Este es el comienzo del viaje: el camino lodoso para llegar al parqueNuestra cabaña
Aquí, Yanis y Moisés nos preparaban la comida. Vivan los niños que cocinan.
El mapa de los senderosEsto mirabas al caminar: plantas y bichos por todos lados.Vistas del Lago de Yojoa, desde las montañas
La cascada que nos salvó la vida
El poncho que nos sirvió de mantel para el pic-nic
Los cuatro viajeros, posando frente a la segunda cascada
(Moi es muy fotogénico)
Pulhapanzak: acceso
La catarata más impresionante de HondurasCasa de las tías de Moisés
Como ahora todos son adultos responsables, los viajeros somos cada vez menos. A pesar de la planeación cuidadosa, al final sólo pudimos ir Deysi, Moisés, Yanis y yo. Ninguno conocía el lugar, sólo nos guiaban las recomendaciones de otros amigos que ya habían ido. El primer paso fue comprar comida, por que el centro de visitantes no tiene un restaurante permanente, pero sí prestan la cocina para que uno prepare lo que quiera. Empacamos para dos días: comidas enlatadas, todo lo necesario para sándwiches de jamón o atún, frijoles Natura’s y tortillas.
Todos los caminos llevan a La Guama. O por lo menos son su punto de partida. Desde allí, a 7 km, se encuentra el parque nacional Cerro Azul Meámbar, que está en medio de un bosque en una montaña, cerca del Lago. Un tramo de esos 7 km lo hicimos en bus, pero al final quisimos caminar. Las niñas llevábamos sólo una mochila, pero los chavos andaban maletas grandes (para llevar lo que no cupo en las mochilas de las niñas, o mejor dicho en la mía), y fue muy divertido vernos caminar en la calle lodosa, sobrecargados, rodeados de montañas. Ya cerca del centro, llegó en carro la administradora del lugar y se llevó nuestro equipaje para que pudiéramos seguir caminando en paz. Ella nos explicó que desde hace 14 años pueden llegar turistas, pero es en los últimos meses que el lugar ha tenido una renovación intensa. Hay cabañas especiales para grandes grupos, como para los evangélicos que iban a un retiro justo ese fin de semana (o sea que estuvimos en una montaña ambientada con coritos y reguetón a todo volumen, por que llegaron otros tipos a acampar en sonido estéreo), y otras para pequeñas familias, un poco apartadas, como en las que nos quedamos nosotros.
El sábado nos dedicamos a caminar. Hay varios senderos cortos, o se puede optar por el largo de cuatro horas. Nosotros, jóvenes sedentarios veinteañeros, recorrimos el largo en siete horas. Llevamos comida para almorzar frente a una de las cascadas, que es la que suple de agua al centro y a la aldea junto a él. Los senderos son serpenteantes, muy inclinados, interrumpidos por miradores que tenían un mapa que indicaban en dónde estabas y en donde mirabas el lago y las montañas con vistas impresionantes. Fueron esos paisajes los que justificaron el hambre y el cansancio, además que hicimos el ejercicio suficiente para el resto del año.
Gracias a la creación de un fondo comunal, teníamos dinero para seguir vagando, por lo que Moisés nos invitó al pueblo natal de su madre, San Buenaventura, donde ella andaba de visita también. Todos los habitantes de ese pueblo a la orilla de la carretera, son familiares de Moisés, y todas las propiedades están conectadas por que empezaron siendo una sola y se fueron repartiendo entre los hijos con el tiempo. Caminas cinco minutos desde la casa de las tías de Moi y estás en las cataratas de Pulhapanzak. Otra cosa que te deja sin aliento, y completamente empapado cuando bajas a verla de frente. Me sorprendió cómo estos lugares han mejorado para atender visitantes.
El lunes lo dedicamos a San Pedro. San Pedro, entiéndase el City Mall. Pero estábamos sucios, cansados y desvelados de tanto levantarnos temprano. Por lo que el tiempo pasó lento, muy lento. Pero regresamos en un buen bus que iba a paso de tortuga por la neblina de la tarde, y llegamos a Tegucigalpa como a las 9 de la noche.
Con eso empieza la última semana de vacaciones. El otro lunes empiezo con el yugo de la universidad, así que en los próximos días he de salir, ver películas y dormir como si no hubiera mañana.
Debido a alguna extraña alineación planetaria, en los últimos días me ha tocado escuchar una infinidad de estupideces, proveniente de varios individuos. El patrón siempre es el mismo:
- Discusión de algún tema
- Persona se exalta, y emite sus opiniones autoritarias, la mayoría de las veces ignorantes e infundadas, otras sencillamente maleducadas
- Silencio de mi parte
- Cinco minutos después me llega a la cabeza la respuesta que debí haber dado para que la persona en cuestión se callara la boca, se arrepintiera de sus palabras y tuviera más cuidado en el futuro de hacerme escuchar sus irracionalidades
Tic, toc, tic, toc, tic…
18 January 2007
“Most boys would like to think they’re the flu, wouldn’t they? But they’re really just a… hachoo”
Ok. Lo reconozco. He dicho hasta la saciedad que los hombres y las mujeres son iguales y que las diferencias que se les atribuyen son puramente clichés sociales que uno elige deliberadamente usar. Por recomendación de un muy buen amigo, estoy leyendo “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus”. Y no quería que fuera así, me duele admitirlo. Pero los hombres son realmente machos cavernícolas y las mujeres son princesas mimadas. El primer enunciado del autor es que no va a explorar el origen o las razones de esas diferencias entre los sexos (por lo menos no en este libro, pero escribió otro al respecto, qué casualidad) y su moraleja es que ambos sexos no quieren lo mismo, nunca van a decir abiertamente lo que quieren (¡Dios no lo permita!) y sin embargo están destinados a estar juntos.
Ayn Rand, “The fountainhead”
Por favor, que alguien le regale un trípode a Lars Von Trier.
Pero allí donde Selma vio truncada su redención al ser ahorcada, Grace castiga a sus malhechores en uno de los tiroteos e incendios más catárticos que he presenciado.
En este caso, no.
Hay pequeñas brechas en el tiempo en las que estoy exenta de responsabilidades, y en las se crea la ilusión de que todos avanzan a toda velocidad mientras que yo pululo felizmente a la orilla de la carretera. En mi grupo de amistades y conocidos, ahora somos la minoría los que seguimos estudiando; todos trabajan, hacen sus prácticas, buscan su maestría… sólo me falta conocer a alguien que ya haya decidido casarse y empezar una familia. Y sólo tenemos de
Espero que la disfruten, este es el link.
(Para fotos tendré que esperar a que el hada de las computadoras repare mágicamente este espécimen en estado de convalecencia.)
Me retiro por unos días a Copán. Regresaré con fotos y nuevas aventuras que postear.
Por mientras, me enorgullece presentar el blog oficial de los a*l*e*r*o*s:
http://aleroshn.blogspot.com/
Un abrazo.
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