El sábado pasado fuimos a un festival de vinos en una región cercana a Ginebra. Anduve como por dos semanas diciéndoles a todos mis amigos que iba al “Bourru”, porque el evento se llama “Descubriendo el bourru”. Según yo asà se llamaba el pueblo. Y nada que ver, el “bourru” es como se le conoce al jugo de uva después de unos cuantos dÃas de fermentación.
Last Saturday we went to a wine festival in a region near Geneva. I spent the previous two weeks before that telling all of my friends that I was going to the “Bourru”, since the event was called “Discovering the bourru”. I thought that was the name of the town. And I couldn’t have been more wrong: the “bourru” is the grape juice a few days into fermentation.
En realidad el festival se llevaba a cabo en los pueblos de Begnins, Luins, Vinzel y Bursins, que están muy cerca entre ellos. Durante un fin de semana los productores de vino locales iban a dar degustaciones gratuitas de sus productos. Uno sólo tenÃa que comprar la copa de vino y una bolsita para cargarla.
Fue muy divertido, tanto porque iba en buena compañÃa como porque no habÃa forma de aburrirse tomando vino gratis en un dÃa soleado. En algunos lugares la gente era muy acogedora, nos regalaron sopa gratis y estaban encantados de platicar con los visitantes. En otros lugares se nota que sufrÃan por tener que regalar algo que normalmente venden muy caro. O tal vez es que temblaban de frÃo al ver acercarse esa plaga de langostas disfrazadas de estudiantes extranjeros.
En todo caso no es ningún misterio: cuando a uno lo tratan bien uno gasta dinero. Un muchacho muy amable nos dio a probar de todos los quesos que vende su familia. Fue tan paciente que le compré un queso que sabÃa exquisito con una miel de trufas que él le puso. Ya en mi casa sin la miel resulta que despide un hedor que resulta insoportable hasta para mÃ, que me consideraba apta para cualquier queso.
Y bueno, en otro lugar no pude resistir a la tentación de la “raclette”: queso derretido (esperen a ver la foto de cómo lo derriten) con papas y encurtido. La raclette y la tartiflette son lo único bueno del invierno.
Actually the festival was in the villages of de Begnins, Luins, Vinzel and Bursins and they are all very close. During a weekend the local wine producers were giving free tastings of their products. We just had to buy a glass and a little bag to carry it.
It was very fun, not only because the company was great but also because there was no way of having a bad time drinking free wine on a sunny day. In some places the people was very welcoming, they were offering free soup and they were happy to chat with the visitors. In other places you could tell they were suffering for having to give away for free something that they normally charge a lot of money for. Or maybe they just got scared when they saw this locust plague in the shape of foreign students.
In any case, it’s no mystery that when you are being treated nicely you spend money. A very nice guy gave us a lot of free samples of the cheeses his family sells. He was so patient that I bought from him a cheese that tasted delicious with some truffle honey he added. However, now that I’m home and without the honey it turns out that it gives off a very strong stench that not even I can stand, no matter how ready for any cheese I thought I was.
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