Mis más recientes aventuras académicas me llevaron la semana pasada a Los Angeles para asistir y participar en el congreso anual de la Society of Architectural Historians que tuvo lugar en Pasadena. HabÃa dos dÃas de conferencias, asà que aproveché para pasear un poco el resto del tiempo. Generalmente cuando viajo para investigar o asistir a conferencias estoy consciente que el poco tiempo libre que tenga disponible no me va a permitir conocer gran cosa de la ciudad, pero esa sensación se multiplicó mil veces en Los Angeles. La ciudad es gigantesca: nada me habÃa preparado a algo semejante. Y traté de visitar lo más que pude, sabiendo que no tenÃa carro y que estaba a merced del transporte público. Pero más que en términos de visitas, la experiencia fue enriquecedora en cuanto a darme una nueva perspectiva para entender Europa, los Estados Unidos y, en última instancia, Honduras.
My most recent academic adventures brought me last week to Los Angeles to attend and participate in the Society of Architectural Historians annual congress that took place in Pasadena. There were two days of lectures, so I managed to visit a little the rest of the time. Generally, when I travel for research or for conferences I’m aware that the little time I will have left will not allow me to visit the city properly, but that feeling was way more intense in Los Angeles. The city is huge: nothing had prepared me for something like this. And I tried to visit as much as I could, knowing that I didn’t have a car and that I was at the expense of public transportation. But more that in terms of visits, the experience was very enriching in terms of giving me a new perspective to understand Europe, the U.S. and in last instance, Honduras.
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