Este sábado me quedé un rato más tarde que de costumbre en el trabajo terminando unas cosas. Me estaba muriendo del hambre y estaba particularmente ansiosa por llegar a la casa porque desde que estoy en el diplomado cada hora de mi fin de semana se ha vuelto muy preciada, en especial aquellas en las que puedo dormir. Agarré el carro y me quedé atorada en el anillo periférico, donde el inepto de mi alcalde decidió tapar baches justo a la hora en la que todo mundo quiere regresar a su casa. Una media hora después no sólo estaba hambrienta y desesperada sino también enojada con todos esos camioneros que no dan pasada sabiendo que un carril está bloqueado. Recuerdo que todavía me dije a mí misma que no importaba que llegara tarde pero que llegara bien. No me duró mucho la afirmación: iba en el bulevar de las Fuerzas Armadas cuando todos los carros fluían armoniosamente hasta que de repente no fue así. Tengo un hueco en la memoria, pero la imagen que tengo fija es la del carro paila frente a mí y la conciencia de pensar que no me iba a poder detener y que le iba a chocar. Tenía puesto el Unplugged de Alanis Morissette, una extraña música de fondo para un golpe repentino y encontrarme inmóvil diciéndome que había chocado el carro. La música no se detuvo y lo único que quería era apagarla, pero la vista de la cubierta del motor en posición vertical me nubló la cabeza por unos momentos. Llamé a mi mamá y las personas con las que pegué llegaron a verificar que yo estaba bien. Yo no lo sabía en el momento, pero todo empezó porque a un tipo se le zafó una de sus llantas y se detuvo bruscamente. Los dos carros que le seguían, ambos pick-ups, lograron detenerse, algo que yo no pude hacer.
Desde que sucedió esto me ha estado atormentando el por qué pasó esto. No es mi primer choque, pero sí es el primero que ha sido mi culpa y en el que el carro ha tenido serios daños. La definición misma del evento lo clasifica como un “accidente” pero no puedo evitar pensar que esto no lo es. No que yo haya querido estrellarme contra otro carro a propósito, pero sí que hay algo en mi vida que no anda bien y que necesita cambiar. ¿Pero qué puede ser? Hasta ahora estaba tan orgullosa que tengo una meta y estoy trabajando como esclava para que se cumpla. Por meses me he pasado repitiendo que soy una flecha, con una dirección fija, sin marcha atrás y sin nadie capaz de detenerme. Estoy haciendo todo lo que se supone que debería hacer, incluso más que eso. Trabajo, hago ejercicio, estudio –por mi cuenta y en la universidad-, leo. No hay un minuto de mi vida que no tenga utilidad a largo plazo, no hay espacio para las distracciones inútiles, no tengo tiempo que pueda perder. Llegué a un punto en el que la única forma en la que podía dejar de pensar era cuando iba a tomarme un trago que terminaba siendo mucho más de uno, pero hasta eso he eliminado gradualmente. Y nunca se me ha ocurrido cuestionar mi exceso de actividad, mi motivación/obstinación. Todo esto lo hago porque yo quiero, nadie me lo pide o me lo impone y no puedo concebir no hacerlo. Teniendo un propósito en mente siento que sería un desperdicio de tiempo, recursos y juventud no dedicarme enteramente a ello. Así que esto no puede ser lo que esté mal. ¿Entonces qué es?
Una de mis compañeras del diplomado contó una vez que iba conduciendo en el anillo cuando un camión le dio vuelta a su carro al no lograr detenerse a tiempo como hicieron los carros que iban delante de él. Mi compañera se levantó en la cama de un hospital y al poco tiempo se dio cuenta que no sentía sus piernas. Perdió la movilidad de sus extremidades pero gracias a una terapia que siguió por varios meses la recuperó totalmente. Todavía me acuerdo del día en que nos narró este suceso: todos estábamos en silencio, dando gracias por la suerte que teníamos de estar bien. A veces me da frío pensar en que algo grave pudo haberme pasado o pudo haberle pasado a otro por mi culpa. Así que esto debería hacerme recapacitar, debería hacerme cambiar algo, ¿pero qué? Tal vez, como me han dicho algunos, sólo sea mi forma de conducir. Tal vez me complico la vida buscándole significado a una desafortunada casualidad. Sólo que yo no creo que las casualidades, a pesar de que nunca he podido explicar acertadamente alguna de ellas.
This past Saturday, I stayed a little later than usual at work finishing up some stuff. I was starving and I was particularly anxious to get home because since I started the teaching course each hour in my week-ends has become particularly precious, especially those hours in which I can sleep. I got into the car and I got stuck in the beltway, where our stupid Mayor decided to repair the road in the exact same hour when everyone wants to go back home. Half an hour later, I was not only hungry and desperate but also angry with those truck drivers who don’t let you pass in front of them even though they know one of the lanes is blocked. I remember that I said to myself that it didn’t matter I got home late as long as I got home alright. My affirmation didn’t last very long: I was down the Fuerzas Armadas Boulevard when all the cars were harmoniously flowing up until they didn’t. I have a blackout from the moments before but the instant I can perfectly recall is when I saw the pick-up in front of me and I knew I would not be able to stop and I would hit it. Alanis Morissette’s Unplugged was playing, a bizarre soundtrack for a sudden smash and then finding myself paralyzed and knowing I had a car accident. The music didn’t stop and the only thing I wanted to do was turn it off but the view of the hood in vertical position clouded my mind for a while. I called my mother and the people I crashed with came to check if I was ok. I didn’t know it at the time but it all started when the wheel from a guy’s car loosened up and all of a sudden he had to stop. The next two cars that followed him, both pick-ups, managed to stop, something I couldn’t do.
Ever since that day I have been haunted by the question of why did this happen. It’s not my first car accident but it’s the first one where it’s my fault and in which the car has had serious damage. The definition of the event itself defines it as an “accident” but I can’t help thinking it is not. Not that I purposefully wanted to crash into another car but that this means that there is something in my life that it’s not ok and that needs to change. But what can it be? Up until now I’ve been so proud of the fact that I have a goal and I’ve been working my ass off to achieve it. For months now I’ve been repeating that I’m an arrow, with a defined direction, with no turning back and no one capable of stopping me. I’ve been doing everything I’m supposed to be doing, even more than that. I work, I exercise, I study – on my own and in the university -; I read. There isn’t a minute of my time that has no usefulness in the long run, there is no space for trivial distractions, I don’t have any time to waste. I reached a point where the only way I could stop thinking was when I went out to have a drink that ended up being more than one, but even that I’ve been gradually stopping. And it never occurred to me to question my excess of things to do or my motivation/stubbornness. I do all of this because I want to, no one is asking me or demanding me to do it and I can’t think of not doing it. Having a purpose in mind I think it would be a waste of time, resources and youth to not devote myself entirely to it. So this cannot be what is wrong. So what is it?
One of my colleagues in the teaching course one day told us that she was driving down the beltway when a truck threw her car when he wasn’t able to stop in time when the cars in front of him did so. My colleague awoke in a hospital bed where some moments later realized she didn’t feel her legs. She lost her legs’ mobility but thanks to some months of therapy she regained it completely. I still remember that when she told us this, the whole room was silent and we were all thankful we were alright. Sometimes I shiver when I think that something serious could have happened to me or could have happened to someone else because of me. This is what should make me reconsider, should make me change something, but what? Maybe, as some people have pointed out, it’s just my driving that needs to change. Maybe I’m just making my life more complicated trying to find meaning to an unfortunate coincidence. But I don’t believe in coincidences, even though I’ve never been able to accurately explain one of them.
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