Sobrevivà a mi primer año de tesis. Esta semana tuve la defensa del predoctorado, la famosa monografÃa de primer año, frente a mi directora y a otro profesor de la facultad. Los dÃas antes apenas pude dormir y me dio un extraño resfriado acompañado de tos – que tengo todavÃa-, en esta que es la única semana completamente soleada que hemos tenido este verano. Pero el miércoles en la tarde se acabó todo, temporalmente por lo menos. Los dÃas siguientes los dediqué a pasear con la ciudad con una amiga que vino a visitarme y este martes viajo a Bordeaux, a ver la Bienal de arquitectura (por supuesto que Bordeaux tiene una bienal de arquitectura!!) y a consultar unos archivos. Una forma de tomar distancia y de alistarme para la próxima etapa, de la cual estaba tan confiada hasta que tuve la defensa. Pero no me quiero angustiar de puro gusto antes de tiempo.
Tengo un millón de posts atrasados. Entre ellos estas fotos del Salève, la montaña que veo desde mi ventana en mi apartamento.
I survived my first year of Ph.D. This week I had the predoctorate defense, the famous first year thesis, in front of my advisor and another professor from the faculty. The days before I couldn’t sleep and I got a strange cold mixed with cough – which I still have-, in the only sunny week we have had during this summer. But on Wednesday afternoon I was done with everything, temporarily at least. The next days I spent them walking around town with a friend who came to visit and this Tuesday I travel to Bordeaux, to see the architecture Biennale (of course Bordeaux has an architecture Biennale!!) and to consult some archives. It’s a way to create some distance and to get ready for the next step, which I was so confident about, until the defense. But I don’t want to get upset for nothing beforehand.
I have a thousand posts to catch up on. Among them, these pictures from the Salève, the mountain I see from the window in my apartment.
A pesar que la experiencia suiza par excellence es justamente la de pasear en las montañas, el Salève se encuentra justo al cruzar la frontera, del lado francés. Ir desde Ginebra es ideal, porque se llega con el transporte público y se camina un poco antes de llegar a los senderos que están muy bien señalizados. Para las personas mayores y para los reticentes a entrar en comunión con la naturaleza existe un teleférico, por el que se paga entre 10 y 15 euros, más o menos. A pesar de ser una perezosa confirmada, acepté caminar y un sendero que está marcado para dos horas y media, con mis amigos lo hicimos en una hora con cuarenta minutos. En algunos lugares habÃa que tener mucho cuidado, porque en esos dÃas habÃa llovido y estaba muy lodoso. También, el sendero puede volverse particularmente estrecho, aún para los flacos. Y todavÃa no entiendo cómo hay gente suicida que decide bajar la montaña en bicicleta.
La vista a la ciudad es espectacular. Hicimos un picnic y luego fuimos a ver las atracciones en la cima de la montaña: un templo budista, con todo y restaurante y un observatorio. Hay también un castillo, pero no estaba en nuestro camino. El descenso fue mucho más fácil obviamente, pero al final del dÃa uno sólo quiere llegar a casa, comer y dormir por doce horas.
Me gustó mucho la experiencia y si viajar en Suiza no fuera tan caro creo que harÃa excursiones en montañas más lejanas. Incluso, creo que despertó mi gusto por caminar. No me entusiasma mucho la idea de correr como ejercicio, pero puedo verme caminando por varias horas. Por lo pronto, lo que hago casi todos los dÃas desde entonces es regresar a casa desde la oficina, lo que significa una media hora de caminata. Hay que empezar poco a poco.
In spite of the fact that the Swiss experience par excellence is hiking in the mountains, the Salève is located right after crossing the border, in the French side. It’s ideal to go from Geneva, since you reach it with public transportation and then you walk up to some trails which are very well marked. For elders and people unwilling to engage in communion with nature, there is a cable-car, for which you have to pay between 10 and 15 euros, more or less. Although I’m a confirmed sloth, I agreed to walk and the trail marked for two and half hours, my friends and I did it in an hour and forty minutes. In some places you have to be very careful, because in those days it had been raining and it was very muddy. Also, the trail can get particularly narrow, even for skinny people. And I still don’t understand how suicidal people decide to go down the mountain by bike.
The view to the city is spectacular. We had a picnic and then we visited the attractions on the top: a Buddhist temple, with a restaurant and everything, and an observatory. There is also a castle, but it wasn’t in our way. Climbing down the mountain was obviously a lot easier, but at the end of the day you just want to get home, eat something and sleep for twelve hours straight.
I really liked the experience and if travelling in Switzerland wasn’t that expensive I would surely go hiking to mountains farther away. Even still, I think this awoke in me a certain taste for walking. I’m not thrilled about running as an exercise, but I can see myself walking for many hours. For the time being, I’ve been walking home from the office almost every day lately, which is about half an hour of walking. You have to start step by step.
Que bonito, Marcela! Los ponis tambien.
ReplyDeleteSiiii, bellos los animalitos esos. Y muy sociables también :)
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