24 January 2016

2015

Es más por falta de tiempo que por negación que hasta ahora me da por pensar en el año pasado. Tengo tantas cosas que contar que inevitablemente un post se queda corto, pero voy a tratar de resumir.
 
It’s more because of lack of time more than of denial that it’s until now that I think of last year. I have so much to tell that inevitably a post is too short, but I will try to condense it.
2015
 
 
2015
Con respecto al trabajo, fue bastante intenso. Para empezar, tuve que hacer muchos viajes para la recolecta de datos. Empecé en enero en Munich, un viaje que me preocupó mucho porque no tuvo tantos frutos como esperaba, porque el gran problema de mi tesis es que estoy a merced de otros para conseguir información. En marzo las cosas mejoraron considerablemente en Berlín, pero juré nunca más volver a un hostal o albergue de jóvenes después de aguantar compañeros de cuarto malcriados, ruidosos o simplemente fiesteros. Me he convertido entonces en una experta de Airbnb. En mayo fui a Graz, otro viaje totalmente exitoso, donde recopilé un volumen de datos lo suficientemente importante para no haberlo terminado todavía de analizar. En junio viajé a Metz y a Nancy para un taller de doctorandos sobre la mediación de las ciencias. Me recordó mucho a mi experiencia en Taiwán, en la que éramos personas de varias partes del mundo, pasando mucho tiempo juntos. Al principio esas experiencias son novedosas e interesantes, pero al final me siento exhausta de estar en modo sociable por periodos prolongados e ininterrumpidos de tiempo. En julio estuve en Bristol, con resultados mitigados.
 
El resto del año lo pasé estudiando los archivos que pude recuperar y redactando abstracts para aplicar a conferencias y artículos. Me aceptaron para hablar en la sesión para doctorandos del congreso anual de la Sociedad de Historiadores de Arquitectura, en Pasadena en los Estados Unidos, en abril de este año. Es una presentación de apenas 5 minutos, pero es uno de los congresos más importantes en mi rama y me moría de ganas de asistir, aunque sea una vez en mi vida. Pero yo tuve que pagar de mi bolsillo el pasaje de avión y la estadía y a veces me arrepiento de ponerme en esas situaciones porque mi situación financiera sufre por semanas y semanas después. Me aceptaron también para otra conferencia en Rennes que fue este lunes pasado. Estaba muy emocionada porque era sobre crítica de arquitectura, uno de mis temas favoritos desde mis tiempos de estudiante en la UNAH. Me preparé durante semanas y los días antes estaba hecha un manojo de nervios. Pero al momento de hacer la presentación entré en una especie de trance y me calmé. Disfruté muchísimo hablar delante de los otros participantes, estaba muy orgullosa de mi trabajo y tuve comentarios positivos. Esto me motivó aún más para seguir trabajando.
 
El año pasado redacté mi primer artículo para un número temático de una revista de una escuela de arquitectura en Estados Unidos. La experiencia fue muy extraña. Una vez pasada la euforia de haber sido aceptada, tuve problemas para escribir normalmente. En vez de que las ideas y las palabras fluyeran sin esfuerzo como ha sido siempre mi costumbre, cuestionaba cada frase, cada concepto, preguntándome si era lo suficientemente bueno para ser leído por personas totalmente alejadas de mí. Me salió un artículo dolorosamente tedioso, que obviamente destrozaron en la etapa de peer-review. Pero cuando me llegaron las correcciones ya estaba trabajando en otra cosa y necesitaba trabajar en él eficazmente. Para la segunda versión regresé al 80% a la normalidad: lo escribí en una semana y creo que fue una mejoría considerable con respecto a la primera. Pero espero poder escribir más artículos en el futuro y que esa no sea la única miserable contribución que haga al mundo académico porque sé que puedo hacerlo mejor.
 
Con respecto a la vida en Ginebra, en el 2015 tuve dos excelentes experiencias: mi tándem con Alice y mis grupos de tejido con Lucie. Conocí a Alice en mi clase de alemán e intercambiamos correos en una clase. Aunque ella no siguió con la clase, decidimos que sería una buena idea hacer un tándem español-inglés para que ella practicara su español que estudió por más de 7 años y para que yo no perdiera mi inglés que se está contaminando de tanto hablar francés. Tratamos de vernos para almorzar por lo menos una vez a la semana y de salir juntas cada vez que logramos coordinar nuestras agendas fuera del trabajo. Es genial porque siempre tenemos cosas que contarnos de nuestras vidas, de los libros que leemos, o de cualquier cosa trivial que esté pasando en el mundo. Me encanta cuando encuentro amigos así.
 
Lucie es una amiga doctoranda con quien compartimos oficina. No sé cómo llegamos a la discusión que a ambas nos gustaba tejer y un día decidimos reunirnos en su casa para una sesión de tejer y tomar cerveza. Invitamos a otras amigas de ella y mías también: Pamela y Esther han venido a Ginebra y han asistido a nuestras sesiones. No se nos escapa la ironía de tener 30 años y estar emocionadas con esta actividad asociada a las señoras mayores, pero honestamente no nos importa. Pocas cosas me dan la satisfacción que siento cuando uso bufandas y gorros que yo misma he hecho. Y estas reuniones son de las pocas ocasiones en las que puedo hacer una de las cosas que más me gustan en compañía de otras personas.
 
Lucie también me introdujo a la “Slut Walk” (en español la “Marcha de las Putas”), una marcha anual que se lleva a cabo en varios países del mundo en protesta contra el acoso callejero a las mujeres. La idea es manifestarse contra los silbidos, piropos y cualquier otra agresión física o verbal que sufrimos las mujeres en la vía pública, especialmente en relación a la manera en que nos vestimos. Viniendo de Honduras donde es normal que en la calle te falten el respeto sólo por ser mujer, sin importar que uno esté totalmente cubierta, este tema me interesaba particularmente. Fui parte de la marcha y este año quiero involucrarme más con la asociación.
 
El año pasado pudimos viajar mucho con Jacques también. Pasamos un fin de semana en Montpellier visitando amigos (y viendo arquitectura postmoderna), una semana en Praga y otra semana en Istanbul. Vinieron también amigos con quien pasamos fines de semana en Lyon y pasé las fiestas con su familia.
 
Leí muchos buenos libros este año, empezando por “Baise-moi” (que se traduciría como “Fuck me”) y “King-Kong théorie” de Virginie Despentes. “Baise-moi” es una novela sobre dos muchachas, una prostituta y la otra residente de un barrio marginal. Por azares del destino se terminan encontrando y empiezan a matar, robar y acostarse con cualquiera mientras recorren el país. El libro es extremadamente explícito, violento y vulgar y es probablemente uno de los mejores que he leído en mucho tiempo. Leerlo fue una experiencia absolutamente liberadora. “King-Kong Théorie” son ensayos sobre diversos temas ligados a la mujer como la prostitución, la pornografía y la violación, en los que Despentes cuenta sus propias experiencias y explica su punto de vista. Es igualmente un libro muy importante, que me hizo ver desde otro punto de vista muchas de las injusticias que vivimos las mujeres.
 
En un registro más ligero, conseguí el audio libro de “Modern Romance: An Investigation” de Aziz Ansari, el actor que interpreta Tom en “Parks and Recreation”, en colaboración con un sociólogo, sobre las relaciones amorosas en nuestra época. El libro parte de la pregunta de por qué es tan difícil tener una relación estable en un mundo en el que tenemos acceso a tanta tecnología para conocer y comunicarnos con los demás. Los autores recorrieron Japón, Francia, Argentina y los Estados Unidos para organizar grupos de estudio e investigar cómo esos países diferían en cuanto a encontrar una pareja se refiere: desde conocerse, a qué edad casarse, qué piensan de la infidelidad y cómo todo eso es diferente ahora de cómo lo era para las generaciones pasadas. Aprendí que gran parte del problema de nuestra sociedad es que nuestras expectativas para una pareja son demasiado altas: queremos que nuestra pareja supla necesidades que antes se dividían entre varias personas. Queremos que una sola persona sea nuestro mejor amigo, amante y que comparta la crianza de los hijos, pero también que remplace a nuestros padres que están lejos, a nuestros amigos que apenas tenemos tiempo de ver, y el psiquiatra que tal vez no podemos pagar. Y en un mundo de infinitas opciones, es necesario aprender a fijar la atención en una sola persona y tomarse el tiempo de construir una relación con ella, en vez de esperar que sea perfecta desde un principio. Igualmente altamente recomendada y con temas muy similares es la nueva serie de Ansari: “Master of None”. Creo que ahora que “Girls” ha caído en lo ridículo y caricatural, Ansari es quien mejor se plantea las preguntas que se hacen la gente de mi edad, que ya tiene los pies bien puestos en la adultez pero están lejos de haber resuelto sus vidas.
 
En fin, 2015 fue muy ajetreado y lleno de novedades. 2016 parece que va a serlo también pero de nuevas maneras. Mi resolución más importante es que todo ese torbellino de cosas que hacer no me obligue descuidar mi vida interior. Retomar el blog o el diario, continuar meditando, hacer yoga. Quiero seguir haciendo todas esas cosas que me hagan sentir en paz conmigo misma.

Regarding work, it was pretty intense. For starters, I had to travel a lot to gather data for my thesis. I started in January in Munich, a trip that worried me a lot because it wasn’t as fruitful as I had hoped it to be. A great problem of my thesis is that I’m at the mercy of others to get information. In March things got significantly better in Berlin, but I swore never to go back to a youth hostel again after having to cope with rude, noisy or plain partying roommates. I have therefore become an Airbnb expert. In May I went to Graz, another really successful trip, where I got ahold of a volume of data so important that I haven’t finished going through it yet. In June I went to Metz and to Nancy for a Ph.D. student workshop on mediation in science. It reminded me a lot of my experience in Taiwan, in which we were a lot of people from different countries, spending a lot of time together. At first those experiences are novel and interesting, but in the end I end up feeling exhausted of having to be on social mode for prolonged and uninterrupted periods of time. In July I was in Bristol, with mitigated results.
 
The rest of the year I spent it going through the archives I managed to collect and writing abstracts to apply for conferences and articles. I got accepted to speak on the Ph.D. candidate session of the annual congress of the Society of Architectural Historians that will take place in Pasadena in the U.S., in April this year. It’s a presentation that will last a merely 5 minutes, but this is one of the most important congresses in my field and I was dying to go, even if it’s just for once in my life. But I had to pay out of my pocket for the plane ticket and the accommodation and sometimes I regret putting myself in these positions because my financial situation suffers for weeks and weeks after. I got also accepted for a conference that took place in Rennes last Monday. I was really excited because it was on architecture criticism, one of my favorite topics ever since I was a student in Honduras. I worked on it for weeks and the days before I was really nervous. But the moment I had to present I entered some sort of trance-like state and I calmed down. I enjoyed a lot speaking in front of the other participants; I was really proud of my work and I get positive feedback. This motivated me to keep on working.
 
Last year I wrote my first paper for a thematic issue of a journal from an architecture school in the U.S. The experience was quite odd. Once the euphoria of getting accepted was over, I had problems writing normally. Instead of ideas and word flowing effortlessly as it has always been, I questioned every sentence, every concept, wondering if it was good enough to be read for people far away from me. What resulted was a painfully tedious paper that obviously got ripped apart during peer-review. But when I received the comments, I was already working on something else and I needed to work on it efficiently. For the second version I was 80% back to normal: I wrote it in a week and I think it was a significant improvement from the first one. But I hope that I will get to write more articles in the future and that this will not be my sole contribution to the academic world because I know I can do better.
 
When it comes to Geneva, in 2015 I had two excellent experiences: my tandem with Alice and my knitting groups with Lucie. I met Alice in my German class and we exchanged e-mails during a class. Though she didn’t continue with her classes, we decided that it would be a good idea to do a tandem Spanish-English so that she could practice her Spanish that she studied for more than 7 years and so that I didn’t lose my English that it’s getting contaminated for speaking so much French. We try to see each other at lunch at least once a week and to go out every time that we manage to coordinate our agendas outside of work. It’s great because we always have so much to talk about, when it comes to our lives, the books we are reading, or from any silly thing that is happening in the world. I love finding friends like that.
 
Lucie is a friend, another Ph.D. student, with whom we share the same office. I don’t know how we ended discussing how much we both like to knit, and one day we decided to meet at her place for a knitting and drinking beer session. We invited some of her friends and some of mine as well: Pamela and Esther have come to Geneva and joined us in our sessions. The irony is not lost on us being 30 years old and enjoying this activity associated with elderly ladies, but honestly we don’t care. Few things give me more satisfaction than when I wear scarves and hats that I have made myself. And these gatherings are one of the few occasions that I get to do one of my favorite things in company of other people.
 
Last year we also travelled a lot with Jacques as well. We spent a weekend in Montpellier visiting friends (and seeing Postmodern architecture), a week in Prague and another in Istanbul. We also had friends over with whom we spent weekends in Lyon and I spent the holidays with his family.
 
I read many good books this year, starting with “Baise-moi” (which could be translated as “Fuck me”) and “King-Kong théorie” both by Virginie Despentes. “Baise-moi” is a novel about two young girls, one a prostitute and the other an inhabitant of a difficult neighborhood. They coincidentally meet each other and start killing, stealing and sleeping with anyone while they travel around the country. The book is extremely explicit, violent and vulgar, yet it is probably one of the best ones I have read in a long time. Reading it was an absolutely liberating experience. “King-Kong théorie” is a series of essays on many subjects concerning women such as prostitution, pornography and rape, in which Despentes tells her own experiences and explains her point of view. It is another equally important book that made me see from another point of view many of the injustices women suffer from.
 
In a lighter register, I got ahold of the book “Modern Romance: An Investigation” from Aziz Ansari, the actor that plays Tom in “Parks and Recreation”, in collaboration with a sociologist, on romantic relationships in our age. The book starts with the question of why it is so difficult to have a stable relationship in a world where we have so much access to technology to meet and communicate with others. The authors went to Japan, France, Argentina and the U.S. to organize focus groups and do research on the way these countries are different when it comes to finding a mate: from getting to know other people, the age to get married, what they think of infidelity and how all of these things are different now than they were for previous generations. I learned that a big part of the problem nowadays is that our society has too much expectations when it comes to our partner: we want our partner to supply needs that used to be divided among many different people. We want just one person to be our best friend, our lover, and the person to share parenting responsibilities with, but also that he replaces our parents that are far away, our friends that we barely get to see, and the shrink we can’t afford. And in a world of infinite possibilities, it’s necessary to learn to stay focused on one person and take the time to build a relationship with her, instead of expecting it to be perfect from the beginning. Equally highly recommended and dealing with similar issues is Ansari’s latest TV series: “Master of None. I think now that “Girls” has become ridiculous, Ansari is the one that better deals with the question that people my age have to face, those who are well into adulthood but are far from having our lives figured out.
 
Anyways, 2015 was a busy year, full with novelties. It seems that 2016 will be that way as well but in other ways. My most important resolution is that the whirlwind of things to do will not make me give less attention to my inner life. That I will be able to pick up the blog again, write in my diary, keep meditating, and resume doing yoga. I want to keep doing things that make me feel at peace with myself.
 
Algunas imágenes inéditas del año pasado / Some unpublished photos from last year:
Nancy:
2015
2015
2015


2015
2015


2015
2015
2015
2015
Montpellier:
2015
2015
2015
2015
2015
2015
2015 2015
2015
2015
2015
2015
2015

3 comments

  1. Mi resolucion es leer tu blog mas seguido.

    ReplyDelete
  2. Mi resolucion es leer tu blog mas seguido.

    ReplyDelete
    Replies
    1. Awww muchas gracias Matt!!! Y aprovecho para desearte muchas felicidades! ;)

      Delete