Último post sobre Londres, por ahora, porque una de las metas de mi vida es volver a esa ciudad. El Tate Modern fue uno de los dos museos que escogí para este viaje, porque era necesario balancear el British Museum con algo de arte moderno y contemporáneo.
Ubicado en una antigua estación eléctrica, el Tate se despliega en seis pisos, de los cuales sólo tres albergan exposiciones, por lo que si sólo se visitan las permanentes – que son las gratis – es completamente factible visitarlo tranquilamente en una tarde. Es un museo muy variado en el sentido que todo mundo va a encontrar por lo menos una obra de su agrado: hay clásico, popular, figurativo, abstracto, monumental, miniaturas, videos, instalaciones y hasta cosas extrañas. En fin, si hay un lugar para llevar a los detractores del arte contemporáneo, es este, ya que el entretenimiento está asegurado. Cada sección de la colección permanente tiene su propio concepto: “Poesía y Sueño”, “Visiones transformadas”, “Estructura y claridad”, “Energía y proceso”. Esto puede ser intimidante, especialmente para los que no somos expertos, pero más allá de los temas de las salas, las obras están muy bien explicadas y están dispuestas de manera que la visita es fluida y pausada, es decir que no hay una acumulación de objetos que resulta agobiante.
El edificio por dentro es sencillo y en el cuarto piso se encuentra pintada en la pared una gran cronología con los principales movimientos artísticos y sus respectivos representantes del siglo XX que fotografié con el fin de reproducirla en mi cuarto. Por suerte venden la versión en papel que definitivamente debe ser el punto de partida para una de arquitectos, algún día.
Last post about London, for now, because one of my life’s goals is to go back to this city. The Tate Modern was one of the two museums I chose for this trip because it’s necessary to balance the British Museum with some Modern and Contemporary art.
Located in a former power station, the Tate occupies six floors, three of which house exhibitions, so if you visit the permanent collection – which is free – it’s feasible to visit it calmly in one afternoon. It’s a diverse museum in the sense that everyone is going to find at least one artwork they like: there’s classic, popular, figurative, abstract, monumental, miniatures, videos, installations and just weird stuff. Anyway, if there is one place to bring all of those who hate contemporary art, it’s this one, since the entertainment is guaranteed. Each section of the permanent collection has its own concept: “Poetry and dream”, “Transformed visions”, “Structure and clarity”, “Energy and process”. This can be intimidating, especially for those of us who are not experts, but beyond the rooms’ themes, each piece is very well-explained and they’re all placed in a very that make the visit fluid and paused, in other words, there is not an accumulation of objects that can be overwhelming.
The building is very simple on the inside and in the fourth floor’s wall there is a huge painted timeline with the principal artistic movements and its main members from the XXth century that I photographed wanting to reproduce it in my room. Luckily they sell the paper version that has to be the starting point for one devoted to architects, one day.
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