Después de leer su historia sobre los cerdos, los tejidos rayados y algunos artículos sobre los colores, hasta ahora no había tenido la ocasión de conocer al verdadero Pastoureau, el estudioso de la Edad Media. Este es un período que me ha encantado desde mis primeras clases de imágenes y castillos medievales en la maestría. Si hay una razón por la cual me gustaría que la rencarnación fuera cierta sería para convertirme en una castélologa medieval. Supongo que por no haber tenido la oportunidad de realizarlos por mi cuenta serán de esos sueños que tendré que imponerles a mis hijas, cuando las tenga.
Para Pastoureau, la pasión por la Edad oscura empezó a los ocho años cuando vio por primera vez la película de 1952 de Ivanhoe, protagonizada por Elizabeth Taylor, Robert Taylor y Joan Fontaine. Dedicó entonces su tesis de doctorado al bestiario heráldico medieval, luego se adentró en el estudio de los escudos de armas, los sellos y las imágenes para luego dedicarse al color. En este libro, Una historia simbólica de la Edad Media occidental, Pastoureau abarca una variedad de temas de los cuales explica las nociones más básicas para luego mostrar las preguntas que todavía no se han planteados los académicos. Entre estos temas se encuentran los animales, el mundo vegetal, los colores, los escudos, las banderas, los juegos y evoca finalmente los textos de la Fontaine, un poema de Gerard de Nerval y termina con Ivanhoe de Walter Scott.
Todos estos son tópicos que podrían quedarse en lo anecdótico y eso es muy tentador, tomando en cuenta la cantidad de hábitos e ideologías de la Edad Media que suenan tan exóticas para nosotros. Como el hecho que los animales podían ser juzgados e incluso excomulgados por sus faltas, o que la dificultad para teñir un tejido en cierto color influía en cómo ese color era apreciado o rechazado, o que en las imágenes medievales Judas generalmente era representado como un hombre pelirrojo y zurdo, o que todas las explicaciones que creemos tener sobre las banderas de los países actuales son una forma de volver aceptable el hecho que son herencias de las familias nobles europeas, o que en la Edad Media el ajedrez no tenía como objetivo final matar o atrapar al rey, algo inconcebible para la mentalidad de la época. Todo esto es muy interesante y en ciertos momentos hasta divertido, pero en realidad lo que Pastoureau pretende es mostrar que estos los símbolos tienen que ser tomados en serio y que está en manos de los futuros historiadores abordarlos y profundizarlos. Pastoureau los acompaña en sus primeros pasos: para cada tema presenta la bibliografía general que hay que consultar, así como los trabajos académicos notables existentes y en algunas ocasiones hasta los que no merecen ese apelativo. Nos presenta igualmente todas las facetas del tema que quedan por ser investigadas. Este libro puede entonces ser un excelente punto de partida para los estudiantes en los primeros años de licenciatura que quieren orientarse hacia la Edad Media, especialmente para aquellos que no temen adentrarse en territorio desconocido o que sienten en ellos mismos el potencial para ser los primeros especialistas en algo que hasta entonces no había recibido el prestigio que merece.
Siempre me ha impresionado la fluidez de Pastoureau, su sencillez a la hora de explicar temas que podrían ser muy complicados y su recurrente sentido del humor. Pero más allá de eso me impresiona su erudición y su talento para encontrar significados profundos a cosas que nunca hubiera sospechado que podría tenerlas. Hablo de un hombre que pudo leer las fábulas de La Fontaine según las técnicas de la heráldica. Es exactamente mi tipo de héroe.
After reading his history of pigs, striped tissues and some of his articles on colors, up until now I haven’t had the chance of knowing the real Pastoureau, the one devoted to study the Middle Ages. This is a period I have grown to love since my first classes on medieval castles and images during the Master. If there is a reason why I would like reincarnation to be true it would so that I could become a medieval castellologist. I guess that since I didn’t get the chance to make those dreams come true on my own I shall impose them to my daughters, when I have them.
For Pastoureau, his passion for the Middle Ages started when he was eight years old when he watched for the first time the 1952 Ivanhoe movie, starring Elizabeth Taylor, Robert Taylor and Joan Fontaine. He later devoted his PhD thesis on the medieval heraldic bestiary, he went on to study blazons, seals and images and then he turned to color. In this book, A symbolic history of the Occidental Middle Ages, Pastoureau explains a wide range of subjects and explains their most basic notions in order to bring attention to those questions that academicians have not yet asked. Among these subjects we find animals, the vegetal world, colors, blazons, flags, games and in the end he turns to texts from La Fontaine, a Gerard de Nerval’s poem and finishes with Walter Scott’s Ivanhoe.
All of these are topics that could remain sole anecdotes and indeed it is tempting, considering the quantity of habits and ideologies from the Middle Ages that sound so exotic for us. Like the fact that animals could be judged and excommunicated for their misdeeds, or that the difficulty in dyeing a tissue in a certain color influenced the way this color was praised or rejected, or that in medieval images Judas was generally represented as red-haired and left-handed, or that all the explanations we may have on the countries’ current flags are a way of twisting the fact that they are inherited from European noble families, or that in the Middle Ages the ultimate objective in chess was not killing or capturing the king, something that was inconceivable for people in that period. All of this is very interesting and at times fun, but what Pastoureau really wants to do is showing that symbols should be taken seriously and that it is in the hands of future historians to take them on and deepen their studies. Pastoureau accompanies them through their first steps: for each subject he presents the general bibliography that must be consulted, as well as existing notable academic works and sometimes those which don’t deserve that label. He presents as well all the aspects of the theme that are yet to be researched on. This book can then be an excellent starting point for students in their first year of Bachelor who want to study the Middle Ages, especially those students who are not afraid in going into unknown territory or that feel in themselves the potential to become the first specialists in something that has not yet achieved the prestige it deserves.
I have always been impressed at Pastoureau’s fluidity, his simplicity when explaining very complicated subjects and his recurrent sense of humor. But beyond all of this, I’m impressed by his erudition and his talent for finding deep meaning in things I would have never suspected they had it. I’m talking about a man capable of reading La Fontaine’s fables according to the rules of heraldic. He’s exactly my type of hero.
Hola
ReplyDeleteAlgo similar me sucedió con "El occidente medieval" de Le Goff, si bien no pude leer toda sucesión cronológica de un tirón sino que me detenía en las notas que direccionaban hacia temas como el Bestiario, la vida de los hermitaños y la construcción de las catedrales. Gracias por el dato de este autor! ¿Conoces algún libro de este tipo que ahonde sobre la mitología de la cultura azteca, maya e incaica? Un saludo y gracias nuevamente!
Me muero por leer Le Goff ^^
ReplyDeletePor ahora no conozco libros similares para los mayas, aztecas o incas. Me gustaría encontrar uno en todo caso.
Muchos saludos!