A pesar de que podría pasar el resto del año escribiendo sobre la Bretagne, es el momento de terminar de mostrar lo que he podido visitar en esta región. Empecemos por Lorient, una ciudad que me pareció muy moderna, audaz y elegante. Puede ser sobria, como se puede ver en la simplicidad de los volúmenes de uno de sus colegios, pero puede ser excéntrica cuando quiere, como se puede ver en el teatro de la ciudad. Me gustó mucho caminar por las calles, pero mi lugar preferido es sin lugar a dudas la iglesia Notre-Dame-de-Victoire. Sólo con verla uno puede saber que es de los años cincuenta y todo me encantó en ella: su austeridad en la exposición de concreto y bloque visto, sus dimensiones grandiosas, su versión contemporánea de vitrales y la decoración en su altar. Esta iglesia debería reivindicar la ciudad entera a los ojos de quienes no la quieren por haber sido reconstruida después de la guerra.
In spite of the fact that I could spend the rest of the year writing about Brittany, it is time to finish showing what I could visit of this region so far. Let’s begin with Lorient, a city I found to be modern, edgy and elegant. It can be sober, as it can be seen in the simplicity of the volumes of one of its high schools, but it also can be eccentric when it wants to be, as you can see in the city’s theater. I liked very much wandering in the streets but my favorite place definitively has to be the Notre-Dame-de-Victoire church. Just by looking at it you can know it was built in the 50’s and I loved everything about it: its austerity by showing exposed concrete and block, its grandiose scale, its contemporary version of stained-glass windows and the decoration in the altar. This church alone should make up for the whole city in the eyes of those who don’t love it just for being rebuilt after the war.
De Rennes no conocí mucho, excepto la zona más importante para todos los estudiantes: la “rue de la soif”, la calle de la sed, donde están todos los bares y donde se llena los jueves en la noche de jóvenes borrachos y relajeros. No pude apreciar este espectáculo, pero sí me pude tomar una cerveza allí, antes de ir a caminar por el centro a ver las casitas en las que me imagino que pudo haber vivido Hansel y Gretel.
I didn’t visit Rennes very much except for the most important zone for students: the “rue de la soif”, Thirst Street, where all the bars are and where every Thursday night it gets filled by young and noisy drunks. I couldn’t witness that scene but I did have a beer there, before walking around the city’s center to see all the little houses where I imagine Hansel and Gretel could have lived.
Y finalmente Quimper, donde uno puede sentir que se viaja a la Edad Media por un momento, especialmente por su hermosa e impresionante catedral. Era nuestra última noche en Bretagne y por eso decidimos cenar en una crepería tradicional por última vez. Aprovecho entonces para mostrar lo que es una verdadera crepa bretona. En realidad, crepas son las dulces ya que cuando son saladas se llaman “galettes”. Uno de sus ingredientes es el trigo harinero, que le da ese color oscuro. Son muy grandes y una de las recetas más comunes es con queso, pedacitos de tocino y un huevo. Generalmente se acompañan con cidra. Pues a mi regreso a Honduras decidí ir a comer a una crepería local que ya conocía antes y me pareció muy divertido darme cuenta que lo que yo creía que era una crepa no podía estar más alejado de la realidad. O tal vez sólo sea adaptación al mercado. Aunque yo creo que las verdaderas crepas serían un éxito en Honduras.
And finally Quimper, where you can feel yourself going back to the Middle Ages for a while, especially because of its magnificent cathedral. It was our last night in Brittany and we decided to have dinner in a traditional crêperie one last time. I want to show then what a real crêpe from Brittany looks like. Actually, crêpes are the sweet ones and the salty ones are called “galettes”. One of its ingredients is common wheat which gives them their dark color. They are very big and one of the most common recipes includes cheese, bits of bacon and an egg. You normally drink cider with it. So when I came back to Honduras I decided to eat at a local crêperie I knew before and it was very funny to see that what I believe was a crêpe couldn’t be further away from the truth. Or maybe it’s just adaptation to the local market. But I have a feeling real crêpes would be hugely successful in Honduras.
Crepas hondureñas/Honduran crêpes:
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