Hace unos días me levanté y me di cuenta que tenía la cabeza fuera del agua. Es extraño porque en realidad las circunstancias externas no han cambiado mucho. Sigo tratando de creer que este país no está condenado a ser engullido por la miseria y la corrupción pero no hay razones para que no sea así. Concursé para un puesto de profesor de dibujo técnico en el centro regional de La Ceiba de la Universidad Autónoma. Pedían un arquitecto que reemplazara a uno que dio la clase por más de treinta años y que se jubiló. Se gastó mucho dinero en reunir la documentación porque piden un montón de documentos como constancias de antecedentes penales, declaraciones juradas, certificados médicos y se tuvo que hacer un viaje para ir a la entrevista, haciéndome perder la oportunidad de aplicar a un trabajo en Antropología e Historia. Todo eso para que al final declararan el concurso desierto alegando que ya tenían a un ingeniero en el departamento que podía dar la clase, por lo que no tenían necesidad de contratar a alguien nuevo. Esto lo sé porque he pasado varias semanas llamando al Comisionado Universitario de La Ceiba tratando de averiguar por qué no se nos ha dado notificación oficial de los resultados del concurso. Resulta que el concurso fue una forma descarada de maquillar que le querían dar el trabajo a algún amigo de alguien y la gente de la universidad lo sabe y no hace nada al respecto. He pasado furiosa, asqueada por haber sido víctima directa de la corrupción en mi propia universidad. Siempre había escuchado historias sobre que ese tipo de sucesos es muy común pero no me imaginé que alguna vez me iba a tocar vivirlo. Quería contactar a un abogado, demandarlos, escribir una carta a la rectora, llamar a la prensa, hacer cualquier cosa, pero realmente no vale la pena. Si ese es el comportamiento de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras este país merece ser invadido por pulperías privadas mercantilistas dispensadoras de diplomas.
Aparte de eso mi vida se ha vuelto extremadamente ascética y disciplinada. Trabajo, hago ejercicio, estudio, trato de leer y duermo muy poco para comenzar de nuevo al día siguiente. Los fines de semana el vampírico diplomado me priva de tiempo y energía para vivir. Hubo unos sábados en que insistía en ir al cine a las 9 de la noche, después de las clases, porque no podía creer que no hiciera nada interesante en toda la semana. Esa es la razón por la que tengo unas lagunas mentales en “Zero dark thirty” y “Django unchained” porque no pude evitar dormirme por unos minutos de tan cansada que estaba. El único amigo que veo más o menos regularmente es Herminio, pero no he visto a nadie más desde mucho antes de Navidad.
Así que sigo tratando de mantenerme a flote, queriendo hacer manifiestas esas aspiraciones que a veces puedo sentir a mi alcance y otros días parecen alejarse. Pero hace unos días pude ver todo esto desde afuera y me sentí satisfecha de estar en este proceso. Estoy en paz y estoy contenta porque cargar esta piedra es lo que tengo que hacer en este momento. No renunciaría a esto por cualquier forma de sentar cabeza o por cualquier promesa de seguridad. No cambiaría lo que he vivido, lo que he visto o lo que he aprendido por que los niños ignorantes que nacieron 4 o 5 años después que yo no se rían porque yo sé que “Tren al sur” es una canción original de los Prisioneros y no de Moenia. He pagado muy caro por las experiencias que he tenido y no puedo esperar a tener aún más, así que está bien que los jóvenes sigan disfrutando de su inconciencia. Todavía no veo la luz al final del túnel pero por alguna razón camino con la certeza de que está allí y que estoy avanzando, a ciegas, pero estoy avanzando.
A few days ago I woke up and I realized that my head was out of the water. It’s odd because in fact the circumstances that surround me have not changed very much. I keep trying to believe this country is not doomed to get swallowed by misery and corruption but there aren’t any reasons not to. I participated in a contest for a teaching position in the regional center of the National Autonomous University in La Ceiba, a city in the northern part of the country. The position was meant for an architect who had to replace the one who has been giving the Technical drawing course for over 30 years and was retiring. A lot of money was spent getting together the documentation that was necessary and I had to travel for the interview which meant losing the opportunity for a job elsewhere. All of this so the contest was declared void with the excuse that they already had an engineer who could fill in the position, so they didn’t need to hire someone new. I know this because I’ve been calling the University’s commission in La Ceiba trying to figure out why we haven’t received any official results yet. Turns out that the contest was just a shameless way to cover the fact that they wanted to give the job to someone else’s friend. The people at the university know and they don’t do anything about it. I’ve been furious, disgusted at being the victim of corruption in my own university. I’ve always heard stories about these kinds of events being very frequent but I never imagined having to experience one. I wanted to hire a lawyer, to sue everyone, to write a letter to the dean of the university, to call the press, to do something, but it’s not worth it. If this is the behavior shown by the National Autonomous University of Honduras, this country deserves to be invaded by private mercantilist grocery stores where diplomas are sold.
Besides that, my life has become extremely ascetic and disciplined. I work, I exercise, I study, I try to read and I get very little sleep so that I begin again the next day. During the weekends the vampire-like course in pedagogy sucks out my time and energy to live. There were some Saturdays when I insisted in going to the movies at 9 in the evening, after class, because I couldn’t believe that I didn’t do anything interesting during the week. That’s the reason why I have some blackouts in “Zero dark thirty” and “Django unchained” because I couldn’t help sleeping for a few minutes because of exhaustion. The only friend I hang out with sort of regularly is Herminio, but I haven’t seen anyone else since way before Christmas.
So I keep trying to keep afloat, trying to manifest those aspirations that sometimes feel within reach and other days seem to drift away. But a few days ago I saw it all from outside and I was satisfied to be in this process. I am at peace and I am happy because to carry this stone is what I have to do right now. I wouldn’t give this up for any sort of settling down nor for any promise of security. I wouldn’t trade what I’ve been through, what I’ve seen and what I’ve learned so that ignorant kids, 4 or 5 years younger than me don’t laugh at me because I know that “Tren al sur” is an song by Los Prisioneros and not by Moenia. I’ve paid a very high price for the experiences I’ve had and I cannot wait to have some more, so it’s good that youngsters keep enjoying their unconsciousness. I still cannot see the light at the end of the tunnel but for some reason I keep walking with the certainty that it is out there and that I am moving forward, in the dark, but I’m moving forward.
:'-(
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