05 February 2012

Bordeaux under the snow

Una de las grandes ventajas de vivir en el sur es que los inviernos son mucho más llevaderos que en otras partes de Francia. Vemos el sol más seguido y no hace tanto frío, pero por otro lado, casi nunca vemos la nieve. Esta última semana ha habido una intensa ola de frío que me ha hecho maldecir al CROUS más de una vez por nunca haber reparado la calefacción en mi cuarto. Y me decía que si de todas formas vamos a estarnos congelando, por lo menos que haya nieve. Así que tengo una semana en la que lo primero que hago por la mañana es abrir la cortina esperando ver el jardín completamente cubierto de nieve. Hoy finalmente se cumplió mi deseo.

En lo que resultó ser una misión casi suicida, se me ocurrió ir al centro a tomar fotos. Digo suicida porque no había tranvía ni buses –otra consecuencia de no estar acostumbrados a la nieve-, y se harán comedias mudas sobre una chica de origen tropical andando en bicicleta en calles nevadas.

Nuestro día no pudo haber terminado mejor que con una tartiflette preparada por Deborah, en su apartamento donde sí funciona la calefacción y donde estoy seriamente considerando invadirle por el resto del invierno.

El Universo va a pensar que soy codiciosa, pero ¿podría seguir nevando los próximos días? Todavía me falta ver un montón de lugares bajo la nieve y esta ola de frío es la excusa perfecta para ir a comprarme otro abrigo. En fin, tal vez termine mudándome más al norte sólo por días como estos.


One of the greatest advantages of living in the south is that winters are more easy-going than in other parts of France. We see the sun more often and it is never really that cold, but on the other hand, we rarely get any snow. This last week there has been an intense cold wave that has made me curse the CROUS more than once for never fixing up the heater in my room. And I was saying to myself that if we will be freezing anyway, it might as well be snowing. So it’s been a week now when the first thing I do in the mornings is open up the window shutters hoping to see the garden covered in snow. And today I finally got my wish.

In what turned out to be an almost suicidal mission, I got the idea of going downtown to take some pictures. I say suicidal because there were no buses and no tram –another consequence of not being used to snow- and sitcoms will be made about a girl of tropical origins riding a bike in snowed streets.

Our day couldn’t have ended any better than with a tartiflette prepared by Deborah, in her apartment where the heater does work and where I am seriously considering squatting for the rest of the winter.

The Universe might think I’m greedy but, could it keep snowing for the next days? I still have a lot of places to see under the snow and this cold wave is the perfect excuse for getting another coat. Anyway, I might be moving up north just for days like these.

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2 comments

  1. Despues de los 4 años que llevo viviendo aqui, no soporto mas la nieve, Marce. Ayer casi me pongo a llorar cuando me dijeron que habia nevado!!! jajajja POr suerte se derritio rapido y se fue!
    Con algo si estoy dz acuerdo: las fotos de paisajes nevados son bellas!

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  2. Ah... me hace tanta falta la nieve. Me encanta. Sé que es un joder en muchas ocasiones, pero existe un "no sé qué" que la hace mágica.

    Las fotos están geniales, especialmente la de la catedral! Ojalá que pueda seguir disfrutando de más días nevados... en especial porque sé que tiene las botas para soportarlo ;)

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