Ya he dicho, en múltiples ocasiones, que si volviera a nacer me haría castelóloga medieval. Aprendería latín y paleografía y mi vida consistiría en descifrar archivos de hace cientos de años, para poder reconstituir las ruinas de estos hermosos edificios. Tal vez este sueño frustrado sea el resultado de mis clases de maestría, donde mi profesor extremadamente serio parecía brillar de la emoción cuando nos explicaba su profesión. Fueron de las clases que más me gustaron, no sólo porque las lecciones eran interesantes y estabas muy bien estructuradas, también daba ganas de seguir investigando por su propia cuenta. Terminé irremediablemente enamorada de toda la cultura de la Edad Media y de los castillos por supuesto.
I’ve said before, many times, that if I were to be born again I would become a medieval castelologist. I would learn Latin and paleography and my life would be devoted to deciphering archives from hundreds of years back, in order to be able to reconstitute the ruins of these beautiful buildings. Maybe this frustrated dream is the result of my Masters classes where my extremely serious professor seemed to glow of excitement when he explained to us his work. Those were some of the courses I enjoyed the most, not only because the lessons were interesting and very well structured, but because they motivated you to keep researching on your own. I ended up hopelessly in love with medieval culture and its castles of course.
Pues un personaje muy importante en la valorización de los castillos medievales fue Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc, un arquitecto del siglo XIX famoso por sus restauraciones de la iglesia de Notre – Dame de Paris, la Sainte – Chapelle, el castillo de Pierrefonds, entre muchos otros, así como de la ciudadela de Carcassonne.
Viollet-le-Duc es tan fascinante como controversial, ya que su teoría de la restauración – creada en una época donde la conservación de monumentos apenas estaba empezando – determinaba que “Restaurar un edificio no es mantenerlo, repararlo o rehacerlo, es restituirlo en un estado completo que pudo nunca haber existido en un momento dado”, según lo expresa en su Diccionario razonado de la arquitectura francesa del siglo XI al XVI. Esta visión implica que el restaurador tiene libertad de transformar un edificio a un estado que según su criterio es el ideal. Actualmente la restauración sólo es aceptada si se tienen suficientes datos del estado original de la obra, por lo que según los estándares de nuestra época las intervenciones de Viollet-le-Duc y sus discípulos pueden parecer exageradas, erróneas o imprudentes. Sin embargo es gracias a estos arquitectos que muchos monumentos importantes se salvaron y han quedado como testimonios de ese periodo.
Carcassonne fue uno de los proyectos más ambiciosos de restauración de esa época. Consiste en una serie de murallas, un castillo y una iglesia, que Le-Duc no pudo ver terminados, ya que murió antes del final de las obras, siendo relevado por su pupilo Paul Boeswillwald. Para entender la magnitud de la intervención de los arquitectos se puede ver la imagen del antes y después de la restauración.
Well, a very important character in the valorization of medieval castles was Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc, an architect from the XIXth century, famous for his restorations of Notre-Dame de Paris, the Sainte-Chapelle, the Pierrefonds castle, among many others, as well as the cité de Carcassonne.
Viollet-le-Duc was as fascinating as controversial because his restoration theory – created at a time where the preservation of monuments was barely starting – determined that “To restore a building is not only to preserve it, to repair it or to rebuild it, it is to bring it back to a state of completion that may have never existed at any given moment”, according to his Dictionary of French Architecture from the XIth to the XVI century. This vision implies that the restorer is free to transform a building to a state that is ideal according to his criteria. Nowadays restoration is only accepted if there is enough data of the building’s original state, so for our time’s standards Viollet-le-Duc and his disciple’s interventions may seem exaggerated, wrongful or imprudent. However, thanks to these architects many important historical monuments were saved and remain witnesses of their time.
Carcassonne was one of the most ambitious restoration projects of that period. It consists of a series of walls, a castle and a church that Le-Duc didn’t get to see completed, since he died before the end of the construction site. His pupil Paul Boeswillwald took over. I order to grasp the extent of the architects’ intervention you can see the image of the building before and after restoration.
Desde luego, además del castillo y de la iglesia, la ciudadela alberga varias casas que ahora son tiendas, restaurantes, hoteles y hasta un albergue de jóvenes. Hay incluso un teatro al aire libre al que no pudimos acceder porque había un concierto esa noche. De hecho, consideré seriamente quedarme de ilegal en Francia porque Smashing Pumpkins tocaba apenas dos semanas después. Y a pesar de que cumplí uno de mis sueños al visitar este lugar, tengo que volver, porque el paseo está empañado por el resfriado que andaba y la fiebre que me dio esa noche.
Of course, besides the castle and the church, the site has many houses turned into shops, restaurants, hotels and even a youth hostel. There’s even an outdoor theater we didn’t get to visit because there was a concert that night. In fact, I seriously considered staying as an illegal alien in France because there was a Smashing Pumpkins concert two weeks later. And in spite of the fact that it was a dream come true to visit this place, I have to go back, because my trip is blemished from the cold I had that day and the fever I got that night.
Mozart, Viollet-le-Duc, Félix Candela y yo, cumplimos años el mismo día.
ReplyDeleteY se me olvidaba Verdi
ReplyDeletemurió esa fecha
ReplyDeleteQué suerte! De la gente que conozco y que me gusta sólo puedo decir que comparto el cumpleaños con Nicole Kidman.
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