Hoy vengo a hablarles de mi obsesión más reciente: Taylor Swift. Para cualquier
otra persona que no ha vivido los últimos 10 años desconectado de la cultura
popular, esto puede sonar tan revolucionario como descubrir el agua caliente,
pero por una razón que desconozco, hasta ahora Taylor y yo habÃamos vivido en
mundos paralelos sin nunca cruzarnos realmente. Obviamente he escuchado sus
canciones famosas y estaba al tanto del infame incidente en el que Kanye West
le quitó el micrófono en los Video Music Awards de Mtv del 2009 cuando ganó
mejor video femenino. Y no es que no me gustara su música, es que nunca antes
hubiera pensado en escucharla de verdad, prestándole atención.
Todo cambió el año pasado cuando NPR agregó su disco “Folklore” a su
lista semanal de los mejores discos más recientes para el podcast “All SongsConsidered”. Desde hace varios meses me he propuesto como meta escuchar todos
los discos de la semana antes de escuchar el podcast, para tener mi propia
opinión y para descubrir nuevos artistas, porque ya estaba aburrida de escuchar
siempre la misma música. Para mi gran sorpresa, me gustó mucho el disco y lo
terminé bajando.
Para esa misma época, mi amiga Paula me vino a visitar a ParÃs, y una
noche después de andar caminando todo el dÃa por la ciudad, nos encontramos en
mi apartamento con ganas de ver algo ligero. Pusimos “Miss Americana” en
netflix, el documental sobre Taylor. Yo no conocÃa nada de su historia y me
pareció una persona con los pies bien en la tierra, a pesar de la fama
increÃble que tiene, pero todavÃa no sentÃa la curiosidad por escuchar sus
discos anteriores.
Eso ocurrió cuando uno de mis profesores favoritos de guitarra, JustinSandercoe, publicó un tutorial para tocar “Shake it off”. Son solo tres
acordes, pero Justin juega con los tipos de acordes y con el rasgueo para
variar la dinámica en la canción. Escuché la canción original y me pareció muy
divertida que me pregunté cómo era el resto de su música. No me imaginaba en qué
me estaba metiendo, porque Taylor tiene 9 discos. Y como es tan famosa, le han
sacado varios dvds en concierto, innumerables reseñas, artÃculos, reportajes,
podcasts, hasta libros. He pasado las últimas semanas buscando y luego leyendo,
escuchando y viendo todo ese material con la misma exhaustividad con la que
investigaba para mi tesis. Es absolutamente fascinante.
Me gusta mucho y me alivia saber – lo tengo que decir – que Taylor toca la
guitarra y el piano y escribe sus propias canciones. No es simplemente una
chava bonita a la que ponen a cantar lo que los “compositores” de música prefabricada
están sacando en cierta temporada o que ponen a bailar con poca ropa para
esconder que no sabe hacer nada más. Aunque ha trabajado con esos productores que
han homogeneizado/arruinado la música desde finales de los 90s, su fuente
principal de inspiración es su propia vida, sus relaciones, lo que le está
pasando en ese momento. Los colaboradores vienen después, para ayudarla a
plasmar su visión.
Estoy muy impresionada con la manera en que compone sus canciones,
accediendo como a una dimensión en la que esas canciones ya existen y es su
trabajo traducirlas en este plano. Me recuerda lo que explica Elizabeth Gilbert
sobre la creatividad en su libro “Big Magic” o en su charla de TED, asà como lo
que dice Tori Amos sobre que sus canciones son seres que llegan a visitarla y
ella es únicamente el canal que usan para manifestarse. Taylor tiene un
verdadero talento para las melodÃas, que son pegajosas sin ser empalagosas, y
sus textos son eficaces, ingeniosos y muchas veces divertidos. También
encuentro admirable que sus canciones son muy sencillas desde el punto de vista
musical. Usan pocos acordes, muchas veces son los mismos, pero sin que las
canciones suenen iguales, como lo muestra una chica que tiene su canal deyoutube dedicado a enseñar canciones de Taylor para guitarra. Eso tampoco
significa que las canciones son fáciles de tocar, como lo estoy comprobando
estos dÃas.
Sin mucha sorpresa, no logro conectar con los primeros discos, los que
sacó a finales de su adolescencia-inicios de su vida adulta. Voy a esperar que
los vuelva a grabar para escucharlos de nuevo y ver si cambio de opinión. Pero con
la excepción de algunas canciones, en especial en “Reputation”, me ha encantado
descubrir los discos a partir de “1989”, sus presentaciones en ceremonias de
premios y sus conciertos, en especial cuando toca las canciones en versión
acústica. Su concierto de “Tiny Desk” para NPR, el concierto en ParÃs para
promover “Lover” y el más reciente en el que toca por primera vez las canciones
de “Folklore” son joyas absolutas.
Obviamente, mucho se ha escrito sobre su vida como celebridad, sus
novios, exnovios, amigas, rivales etc. Para cualquier persona reticente a
escuchar su música por todo ese ruido, sepan que eso no tiene ningún valor. Soy
partidaria del enfoque de Rob Sheffield de la revista “Rolling Stone”, que sabe
de todo eso, pero que prefiere concentrarse en Taylor la compositora y cantante,
al punto de haberse convertido en una verdadera enciclopedia andante sobre la
obra de Swift. De hecho, estar leyendo todos esos artÃculos de Sheffield me
recordó a qué punto me gusta cómo escribe, y me hizo buscar su libro
absolutamente genial “Love is a Mix Tape” y continuar con los siguientes.
Para terminar, en estos tiempos en los que se está viendo cada vez más
claramente la discriminación, los abusos y la pura y simple misoginia que
sufren las mujeres en todos los campos, pero en especial cuando se atreven a
salir a la luz pública, no puedo evitar celebrar alguien como Swift. Muchos de
los conflictos que ha tenido le han hecho ver de frente lo dañinos que son los
comportamientos que se nos enseñan a las mujeres, como el gusto por complacer a
otros, la dependencia a la validación externa, en su caso de premios, la prensa
y colegas, o el no querer quedar mal con nadie. Su respuesta ha sido afirmarse
como feminista, denunciar, defenderse y hasta llevar a juicio a un tipo que la
acosó, y comprometerse polÃticamente después de muchos años de no hacerlo para
no afectar su imagen pública. Y sÃ, creo que mucha de la cubertura mediática
que ha tenido, en especial con respecto a sus relaciones, ha sido profundamente
sexista y deja claro cómo se trata diferente a los artistas hombres de las
mujeres. Y es por eso que, si tengo que elegir una canción para acompañar este
post, serÃa la versión acústica de “The Man” del concierto en ParÃs.
Today, I come to talk to you about my latest obsession: Taylor Swift.
For any other person who has not lived disconnected from popular culture during
the latest 10 years, this may sound as revolutionary as discovering hot water
but, for an unknown reason, up until now Taylor and I had been living in
parallel worlds that never really crossed. Obviously, I had listened to her famous
songs and I was aware of the infamous incident in which Kanye West took her microphone
after she won best female video at the Mtv Video Music Awards in 2009. And it
is not that I did not like her music, it is just that I had never considered
really listening to it, to pay attention to it.
Everything changed last year when NPR included her album “Folklore” to
its list of the best albums of the week for the podcast “All Songs Considered”.
For many months now, I try to listen to all of the albums of the week before
listening to the podcast, to form my own opinion and to discover new artists
because I was bored of always listening to the same music. To my surprise, I
really liked the album and ended up downloading it.
At the same time, my friend Paula came to visit me in Paris and one
evening after spending all day walking around the city, we found ourselves in
my apartment wanting to watch something light. We put “Miss Americana”, the
documentary on Taylor, on netflix. I did not know anything on her story and I
found her to be someone really grounded, despite how famous she is, but I was still
not curious to listen to her previous records.
That happened when one of my favorite guitar teachers, Justin Sandercoe,
posted a tutorial for “Shake it off”. It only has three chords, but Justin
plays with the types of chords and with strumming to change the song’s dynamic.
I listened to the original version and found it so fun that I wondered what the
rest of her music was like. I had no idea of what I was getting into, because
Taylor has nine albums already. And since she is so famous, there are many dvds
of her concerts, countless reviews, articles, podcasts, even books on her. I
have spent the last weeks searching and then reading, listening and watching
all this material with the same exhaustivity I used to investigate for my Ph.D.
It is absolutely fascinating.
I really like and I am relieved to know – I have to say it – that Taylor
plays the guitar and the piano and writes her own songs. She is not simply a
pretty girl who is put to sing whatever the prefabricated music “composers” are
making at a certain time or who is put to dance with little clothing to hide
the fact that she is incapable of doing anything else. Even though she was
worked with these producers who have homogenized/ruined music since the late 90s,
her main source of inspiration is her own life, her relationships, whatever she
is going through at the moment. The collaborators come after, to help her
execute her vision.
I am very impressed with the way she writes songs, accessing some sort
of dimension in which her songs already exist and her work consists in
translating them into this realm. It reminds me of everything Elizabeth Gilbert
explains on creativity in her book “Big Magic” or in her TED talk, as well as
what Tori Amos says about her songs being entities that come visit her and she
is only the channel they use to manifest themselves. Taylor has a real talent
for melodies, which are catchy without being corny, and her texts are effective,
clever and many times fun. I also find it impressive that her songs are very
simple from a musical point of view. She uses few chords, many times the same
ones, but her songs do not sound alike, as demonstrated by a girl who has an
entire youtube channel devoted to teaching Taylor’s songs on guitar. This does
not mean that the songs are easy to play, as I am finding out these days.
Unsurprisingly, I am having a hard time connecting with her first albums,
the ones she recorded at the end of her teenage years-beginning of her adult life.
I will wait for her to re-record them to listen to them again and see if I change
my mind. But, with the exception of some songs, especially on “Reputation”, I
have enjoyed discovering the records from “1989” on, her award shows
performances and her concerts, especially when she plays the songs in acoustic
versions. Her “Tiny Desk” concert for NPR, the concert in Paris to promote “Lover”
and the most recent in which she plays live for the first time the songs on “Folklore”
are pure jewels.
Obviously, much has been written about her life as a celebrity, her
boyfriends, ex-boyfriends, friends, rivals, etc. To anyone who is reticent to
listen to her music because of all this noise know all that has no importance
whatsoever. I am a partisan of Rob Sheffield’s approach, from Rolling Stone
magazine, who knows all about that, but prefers to focus on Taylor the
songwriter and singer, to the point of becoming a true walking encyclopedia on
Swift’s oeuvre. Actually, reading all those Sheffield’s articles reminded of how
much I love his writing and made me look for his absolutely brilliant book “Love
is a Mix Tape” and continue with the following ones.
To conclude, in these times in which it is becoming increasingly clear
the discrimination, the abuses and the pure and simple misogyny that women
suffer in all fields, but especially when they dare going in the public light,
I cannot help celebrating someone like Swift. Many of the issues she has faced have
shown her how harmful the behaviors we are taught as women are, such as living
to please others, depending on external validation, in her case awards, the
press and peers, or not wanting to be in conflict with others. She has responded
by affirming herself as a feminist, by denouncing, defending herself and even
taking to court a guy who harassed her, and taking political stands, after many
years of not doing so to not affect her public image. And yes, I do believe
that much of the media coverage she has faced, especially when it comes to her
relationships, is deeply sexist and shows explicitly who male and female
artists are treated differently. That is why, if I have to choose only one song
to include in this post it would be the acoustic version of “The Man”, for “Tiny
Desk”.
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