"All we want this Xmas is makeup, shiny hair, skin with a little sparkle and anything else that ups our chances at making out under the mistletoe. "
(Tengo que revisar seriamente las newsletters a las que me suscribo.)
Tienes que aceptarlo, las mesas de dibujo tienen vida propia. Cada una viene con su propio bagaje de frustraciones, expectativas, gustos y deseos.

Por que tú eres el que tiene mayor movilidad de los dos te creas la falsa ilusión de que tienes el control. Pero en realidad ella te maneja a su gusto. Te tiene comiendo de su palma, pues tu proyecto, tu nota, el esfuerzo que has estado haciendo los últimos cuatro meses dependen de ella. Ni modo, recurres al ya popular “finge que sabes lo que estás haciendo”. Pones algo de música, la iluminación correcta, tratas de alcanzarla con un banco decente y empiezas. No olvides cerrar la puerta y desconectar el teléfono. No quieres interrupciones, y sería muy vergonzoso que alguien entrara y te viera en alguna de las miles de posiciones que debes adoptar para conseguir lo que quieres.

Esta mesa en particular es única; tiene muchos años más de experiencia que tú, y no siente ningún remordimiento en recordártelo constantemente. Muchos han tratado de domesticarla, infructuosamente, y por eso tuviste que rescatarla del olvido en la bodega sucia donde hibernó por muchos años. Gracias a ella, descubres que dibujar correctamente sólo puede ser realizado en la privacidad de tu cuarto. En la universidad es demasiado complicado. Las mesas de la Hemeroteca no son de dibujo, y aunque el silencio sepulcral de la sala permite conectarte un poquito mejor con ellas, ellas se esfuerzan, pero no lo logran: no está en su naturaleza.
Dibujar en las mesas de la clase, con el arquitecto pululando entre los alumnos es muy intimidante. Es casi pornográfico cómo te has acostumbrado a manejar tu superficie de trabajo, y ellas han pasado por tantas personas antes que tú, que sencillamente no puedes esperar un trato personalizado, mucho menos satisfactorio.

Así que te resignas. Y te encierras con ella por semanas y semanas, por miles de horas seguidas, esperando alguna señal que te indique que lo está pasando casi tan bien como tú. Pero ella disfruta viéndote sufrir, y tú continúas como si nada, cantando en tu cabeza: “I will turn your face to alabaster, when you find your servant is your master… and you’ll be wrapped around my finger”.
I'm so proud.
Damien Rice tuvo una novia. Una novia de esas que no necesitan un show para estar entretenidas, sino una con la que se sintió cómodo y pudo ser él mismo en paz. Terminaron, y ella ahora está con alguien más. Para distraerse, él también empezó una relación por su lado. Pero le pide a su antigua novia que piense las cosas. Le pregunta si todavía lo recuerda, si su nuevo novio le cambia el mundo o es simplemente una buena compañía. Que se decida ahora, antes de que uno de los dos tenga “bebés accidentales”. Él se disculpa tanto que uno sólo puede imaginarse la cantidad de atrocidades que le habrá hecho a la pobre tipa. No habrá obtenido una respuesta, o no habrá sido satisfactoria, por que después la manda a volar por todas las cosas que ella no hizo.

Damien Rice y yo deberíamos de ir a terapia juntos.
The longer I live the more I see that I am never wrong about anything, and that all the pains I have so humbly taken to verify my notions have only wasted my time.
-- George Bernard Shaw
"No."

-- Amy Carter, (President Jimmy Carter's daughter) when asked by a reporter if she had any message for the children of America
Desde lo lejos se podía ver:


La obra maestra de dos terroristas malévolos:

El blanco de nuestros ataques:
Y la segunda parte, el regalo perfecto:
Texas hold'em for Dummies!!!





Este es uno de esos fines de semana.
Fue un extraño comienzo cuando el arq. García Casanova se desmayó en clase. Él es una especie de celebridad en nuestra facultad por que sus diseños son exóticos, puntiagudos, coloridos, una especie de deconstructivismo tropical. Eso no siempre es muy económico o funcional, pero sus proyectos son tan increíbles que a nadie le importa. También es famoso por sus atuendos extravagantes y su visión del mundo que resalta entre una manada de arquitectos genéricos. Colapsó inexplicablemente mientras revisaba a sus alumnos de Diseño. Los otros profesores entraron en pánico, un alumno le dio primeros auxilios y otra llamó a la ambulancia. Cuando recobró la conciencia el arquitecto no quería que avisaran a su familia. Igual les avisaron y se lo llevaron al hospital, dejándonos en shock a todos. Pero nadie aprende en pellejo ajeno, y no me creo el discurso de nuestro profesor de Diseño que supuestamente sintió el acontecimiento como una señal de lo que le podría pasar si no baja el ritmo, si no mejora su carácter voluble.

Esa tarde me tocó llegar a mi casa a recibir a la muchacha que iba a limpiar la casa, a Deysi y a Raúl para trabajar en nuestra maqueta de Instalaciones, y a las dos Ginas y a Luis que querían estar cerca de Raúl mientras trabajaban en su maqueta de Instalaciones. (Me vengué de las Ginas por su música desastrosa que tuve que soportar en el viaje a Guatemala, poniéndoles la selección más aburrida de Tori Amos jamás concebida por el Hombre.) La maqueta es para demostrar el funcionamiento de un circuito eléctrico. Como no se hace examen para esa clase, nadie estudia la teoría, entonces nadie sabía lo que estaba haciendo. De allí la necesidad de Raúl que está en Ing. Eléctrica. Con Deysi teníamos que hacer un circuito normalmente abierto, e íbamos a poner un timbre, un elevador y una persiana en un corte que mostrara la esquina de una casa donde las gradas envolvían al elevador. Dejamos de trabajar a las 7 de la noche, con mucho por hacer todavía, pero tenía una misión más importante aún. Al día siguiente era el cumpleaños de Maria Fernanda, y con Yanis le íbamos a hacer una pancarta toda cursi para felicitarla, y la íbamos a colgar en la única entrada del edificio donde ella lleva clases. Con unos colores todos chillantes, su nombre pintado en rosado, escarcha dorada y el mensaje “Happy B-day Mafer!” sólo la colgamos el sábado en la mañana y huimos de la escena del crimen.

Teníamos examen en unas cinco horas, y como casi no habíamos estudiado, nos fuimos a recluir a un Espresso a jugar “Jeopardy Principios de Economía”. Repasamos después con unos exámenes viejos y aún así nos tostaron. Empezamos tarde por que nuestra profesora no se aparecía. Un examen todo confuso donde en las selecciones múltiples no estaba la respuesta correcta, los términos pareados parecían una prueba psicológica de las que nunca te sacudes la sensación que te están tomando el pelo, y no teníamos a nadie para despejar dudas. La licenciada llegó hasta que todos estábamos saliendo, vestida con un atuendo todo deportivo, me pregunto si a propósito.

Inmediatamente después: siete horas continuas de tratar que funcione correctamente el miserable elevador. Lo peor es que lo eléctrico funcionaba a la perfección, fue la maqueta en sí lo detestable. Que el nylon no se enrolla en el carrete, que el hilo se traba entre el eje y el fomy al lado del eje… Eso sí: descubrí que tengo habilidades naturales con la pistola de soldar y el estaño. Pero me perdí la mayor parte del cumpleaños de Mafer: hicieron sushi en casa de Yanis, y llegué tardísimo con unas ganas terribles de un trago. No contaba que con dos vasos extra largos de un ponche sospechoso, y una cerveza de camionero iba a terminar fumando puros con Moisés en la terraza, en vez de jugar póquer con toda la mara. Terminé mi noche vomitando el sushi en mi casa, y hoy me siento mareada, incapaz siquiera de pensar en comer, y con trabajo de Diseño pendiente para mañana. Just shoot me please.
1) Me gusta alguien
2) Mi madre está de viaje
3) Estoy disfrutando mis aventuras como diva doméstica

Primera:
Mi madre está de viaje, y para llenar el vacío que provoca su ausencia vuelco toda la atención que normalmente le destino a ella, hacia el individuo en cuestión. De alguna extraña forma, las hormonas y la evolución de las especies activan en mí el circuito del Matriarcado y me veo como una potencial jefa de hogar (¿!?) por lo que siento una extraña urgencia por regar plantas y lavar ropa. (En una gran ironía cósmica, en cuanto termino estas dos actividades empieza a llover.)

Segunda:
El arquitecto Velásquez recomienda que no empecemos a trabajar en Diseño si tenemos cosas pendientes. La idea es concentrarse, estar en calma y sin distracciones. Como un método terapéutico despejo mi mente a través de la limpieza del hogar, una salida oportuna del estrés, puesto que la ausencia de mi madre deja un puesto vacante en ese oficio. Que me guste alguien es un evento aislado y sin conexión con el presente dilema.

Tercera:
La conciencia de que el viaje de mi madre es temporal y de corta duración me permite disfrutar de actividades que, de lo contrario, no realizo sino bajo presiones externas y situaciones apremiantes. Cuidar de mi casa sirve para hacerme sentir que ella está aquí por que todo está ordenado. Es también una especie de tributo a estas tareas que nadie le reconoce o agradece. Pero como el quehacer doméstico requiere tan poca energía y no provoca desgaste intelectual… menos mal que me gusta alguien con quien puedo desahogarme.
Era ahora o dentro de unos años que ya no viva en mi casa. Así que decidí agarrar el toro por los cuernos en esta oportunidad que mi mamá está de viaje en Copán. Esto es lo más cercano que podemos estar a un “reality-blog”. En estos instantes la leyenda de la pereza Marcela García se está enfrentando a unas costillas de cerdo terminando de freírse, y a unas papas, fritas también, que acaban de terminar su proceso de cocción. Acabo de aprender por las malas que los carbohidratos y las proteínas tienen distintas duraciones para cocinarse.

No debería de estar escribiendo. Pero no soporto estar plantada frente a la estufa sin hacer nada. Regreso de darle vuelta a las costillas. Se quemaron de un lado, pero considero que es mejor que estén sobre-fritas que sangrando. He escuchado tantos relatos de locura a causa de la triquina que tengo que tomar medidas al respecto. Ya sé que para eso el cerdo tiene que estar contaminado desde antes, pero no importa. No me voy a correr ningún riesgo.

Mi hermano ya hizo el jugo, y hay una ensalada de hace varios días. Y tiene que desaparecer. Tengo hasta un episodio de (…) grabado para verlo mientras como. Acabo de regar plantas, el pececito que se resiste a morir desayuna al mismo tiempo que yo, después de comer voy a arreglar mi cuarto y tal vez tenga ánimos de recoger la basura de la casa. Vamos a pensarlo. Mis habilidades organizativas al servicio de los quehaceres domésticos.

(Pausa para revisar el puerquito)

Toda la cocina está salpicada de grasa. Y la palabra “tostado” ha tomado una nueva dimensión para mí. Le bajo a la temperatura mientras ruego que se termine de cocer.

Mi papá cometió el atroz error de hacer un chiste en el que insinuaba que era mi obligación cocinarle mientras mi madre estaba fuera. No me pregunten dónde está almorzando en este momento. Es un niño grande, debería de poder cuidarse solo.

La radio ahora sofoca el ruido de la carne friéndose. Me largo por que eso ha de significar que ya está listo.

Aparentemente no.

Le vuelvo a subir a la temperatura. (¡Las papas están frías!) Evalúo los peligros potenciales de comer en este estado en vez de esperar un rato más. Martha Stewart estaría tan avergonzada de mí.

Por suerte no hay nadie en mi casa que pueda presenciar este crimen.

Hasta el próximo episodio.


Voy a cerrar formalmente la semana de la arquitectura (que debería de haber terminado hace tiempo) con el fantástico relato de cómo terminé en ella.

Hay gente que viene a este mundo sabiendo desde pequeños qué es lo que van a hacer el resto de sus vidas, tienen una vocación fija y nunca se cuestionan sobre la posibilidad de otros caminos. Hubiera dado lo que fuera por ser así. No sé si será un asunto de temperamento, signo astrológico, herencia o ambiente, pero yo soy de obsesiones a corto plazo. Me entusiasmo con algo. Creo que es mi camino. Aprendo a desempeñarme en ello. Ser lo mejor que pueda ser. Me aburro y paso a lo siguiente. Me pasó con la escritura, la pintura, la guitarra, con miles de deportes… En el colegio nunca me pregunté a qué me iba a dedicar para ganarme la vida. Traté de vivir con el motto “Carpe Diem” mientras pudiera, y creí que algo se iba a aparecer mágicamente. A lo mucho decía que iba a estudiar Literatura en Francia por que creía que las universidades en Honduras eran lo peor del Universo. Sobretodo la Autónoma.

Todo fluyó tranquilamente hasta último año en que se desmoronó todo. La gran crisis de tener que decidir con 17 años de estar encerrada entre tu casa y la escuela, qué vas a hacer por los siglos de los siglos. En mi colegio estaba la opción de hacer el bachillerato francés por correspondencia (dura dos años después de graduarte del sistema hondureño, antes no habían maestros, estudias por tu cuenta, y te preparas para exámenes en El Salvador que se hacen una vez al año). De repente no sabía qué quería estudiar. No hay nada mejor que la perspectiva del “mundo real” para hacerte sentir que estás escogiendo mal. Miraba las huelgas de los maestros de educación pública y me imaginé el futuro sombrío que me esperaba si optaba por una carrera a la que sólo podía dedicarme a enseñar. Decido hacer el bac científico. Me gradúo del colegio, tranquilamente. En la ceremonia, cuando me tocó caminar hacia el estrado con mis papás, la anfitriona dijo que tenía planes de estudiar arquitectura. Tenía que decir cualquier cosa. Sabía que no quería aguantar pacientes como mi mamá y no quería trabajar con puentes y calles como mi papá. En esa época pintaba y quería una buena excusa para que me dejaran seguirlo haciendo en paz.

Empecé la universidad, sólo para ver cómo era, con la clase de Español y Matemáticas. Por dos meses que tuve vacaciones en el Liceo sólo a ellas me dediqué. Mi gran sorpresa fue que el profesor de Matemáticas resultó un geniecito inspirador, y a mí que nunca me había interesado su clase me terminó encantando. Empezó el bac y los pocos compañeros que tenía se estuvieron reuniendo en vacaciones para empezar a estudiar (exactamente qué es todavía uno de los misterios más grandes de mi vida) sin avisarnos a Bertha y a mí. Todos aspiraban a la única beca que había ofrecido la embajada de Francia, y de repente se convirtió en cada quien por su pellejo. Yo llegaba al colegio a las 9, después de la u, y ellos ya se habían ido a pedir ayuda a profesores antes de que Bertha y yo llegáramos. Yo no quería pasar por dos años presionada a competir con mis compañeros de toda la vida, por una beca que tal vez no conseguiría. Y si no la ganaba eran dos años desperdiciados en el colegio, mientras todos estaban en la u.

Me salí. Y entré al siguiente semestre a la facultad, sin saber lo que me esperaba. Nunca me había interesado la arquitectura. Tengo que confesar que no me empezó a gustar la carrera hasta el semestre pasado (y estoy en cuarto año). Llegué hasta aquí por inercia; por las físicas y las estructuras y por que todavía tenía acumulado ese sentimiento de omnipotencia de alguien graduado del Liceo que cree que la educación pública nacional es inferior. Claro que ya aterricé. Es inferior, y aún así me tengo que esforzar, no quiero empezar a concluir qué significa. No sé si estoy aquí por que este es mi camino. He logrado domesticar las dudas en cierta medida. Sé que no hay otro lugar donde quisiera estar por ahora. Y es lo mejor que he alcanzado en cuatro años.
or you can come to terms and realize you're the only one who cannot forgive yourself.

Makes much more sense to live in the present tense."
En mi post de "nueve cosas raras sobre mí" faltó que de vez en cuando me entra un tema y nada puede sacarme de allí. Excepto un virus de computadora. Ayer, en un ataque de limpieza de compu, quería grabar la música acumulada que tengo para poder borrarla. Uno de esos discos, el soundtrack de "Marie Antoinette" venía en formato AAC, sólo leíble por el Real Player. El programa, en la versión que tenés que comprar, tiene una opción para transformar ese tipo de archivos a mp3, pero por alguna razón no me estaba funcionando. Decido volverlo a bajar, con un nuevo crack, y en cuanto lo instalo mi computadora empieza a saturarse de pop-ups. La he infestado. El antivirus está haciendo lo mejor que puede, pero no es suficiente. Estoy esperando el momento en que ni siquiera pueda encender el pobre aparato. Por mientras estoy escondiendo mi culpabilidad con todas mis habilidades de actuación.
El lado oscuro de la arquitectura es que estén construyendo en la casa de la calle de abajo, que los albañiles tengan el radio a todo volumen, y que haya un maratón de Roberto Carlos en "Momentos F.M.".
(Versión editada de una lista de 100 razones!! Todo es exagerado en esta profesión.)
· ...la alarma te dice cuándo comenzar a dormir.

· ...ya no te da pena babear en clase, sobre todo de cálculo estructural.

· ...sabes a qué sabe el UHU.

· ...el café y la coca-cola son herramientas, nunca caprichos.

· ...escuchas el himno nacional dos veces en la radio sin levantarte de tu silla.

· ...has dormido más de 20 horas seguidas en un fin de semana.

· ...el profesor de tu clase de las 7:00AM sabe que no cuenta contigo.

· ...tu hermano(a) cree que es hijo(a) único(a).

· ...has escuchado todos tus discos en menos de 48 horas.

· ...no eres visto en público sin ojeras.

· ...no eres visto en público.

· ...te has cortado el pelo y/o rasurado con un cutter. .

· ...pierdes tu cepillo de pelo por una semana y no te das cuenta.
· ...pierdes las llaves de tu casa por una semana y no te das cuenta.

· ...Tienes pesadillas en las que aparecen momentos flectores.

· ...cuando intentas comunicarte, emites un gemido contínuo y monótono.

· ...cuando alguien te habla en esa forma, le entiendes.

· ...has bailado "YMCA" con coreografía y todo a las tres de la mañana sin UNA gota de alcohol en tu organismo.

· ...tienes más fotografías de edificios que de gente.

· ...los estudiantes de medicina te parecen ociosos.

· ...has pensado en cambiar a medicina.

· ...has llevado a chica(o) a una cita romántica a un edificio en obra negra.

· ...sabes que unas "curvas francesas" no tienen nada de excitante.

· ...puedes vivir sin contacto humano, comida o luz solar, pero si se acaba la tinta del plotter... caos.

· ...a tus papás les da miedo usar las palabras "bonito" o "feo" enfrente de ti.

· ...compras revistas de $400 que NO has leido.

· ...llegas a un restaurante y pides una mesa orientada al poniente.

· ...cuando te prestan una pluma Bic, haces cara de fuchi.

· ... Cuando ves un chico/a dices...que lote tan "bien" urbanizado!!!!

· ... En las fotos de viajes nunca aparece la gente.

· ... Si tenías amigos, la mayoría de ellos ya no se acuerdan de ti y, los que se acuerdan, saben que no cuentan contigo.

· ...Vas a la universidad y ya nadie te conoce.

· -consideras a la ingeniería civil como "el mal camino"

· ... Ves puntos de fuga cuando paseas por la calle.

· -asocias "romántico" con aburrido y obsoleto

· -has convertido tu cuarto en la materialización del concepto de "caos ordenado" pues es un desastre sin pies ni cabeza, pero si alguien mueve un papelito de su lugar, estás perdido

· ...Algún profesor te ha preguntado: "Perdona, pero... ¿tu eres de este grupo? No me suenas...
Nine weird things about me (To Jose, with love)

1- Tengo 21 años y duermo con mi peluche. Lo tengo desde que estoy en quinto grado (desde los 11 años más o menos) se llama Tofi. Mi mamá nos regaló un peluche a mi hermano y a mí, pero sólo yo me quedé con la costumbre de dormir con él. Siempre que viajo me lo tengo que llevar, sino me siento desubicada. Ha ido a Copán, Ceiba, Olancho, San Pedro, pero para el congreso en Guatemala me dio pena llevarlo por los zoroilos de mis compañeros. Él es medio temperamental y no les hubiera aguantado ninguna indirecta.

2- Es muy conocido por todos que tengo una extraña fascinación por el pollo frito. Odio los mariscos, me encantan las carnes rojas, pero siempre tengo antojos de pollo frito. Es tan vulgar, lo reconozco, pero no puedo evitarlo. Uno de los mejores momentos que puede tener un día para mí es estar sola en mi casa, viendo un buen programa con comida de algún restaurante de especialización avícola, que no sea Popeye’s. Popeye’s sucks.

3- Duermo con tres colchas, pero sin calcetines. Soy el ser humano más friolento del mundo, la gran desventaja de ser flaquita. Tengo que tener las tres colchas ultra-gruesas, me pongo encima al perro gigantesco además de Tofi, otras tres almohadas, y hasta uso un suéter si es posible, pero no puedo tener calcetines. Me hacen sentirme restringida.


4- No me gusta repetir productos de belleza. Uso una única vez shampoos, cremas, astringentes, desodorantes, etc. En cuanto se acaban tengo que comprar uno diferente. Por muy bueno que sea el que haya terminado, siempre creo que existe otro mejor que no he descubierto aún. La fobia al compromiso tiene diferentes facetas.

5- Cuando estoy enferma veo mala televisión. Es la única ocasión en la que puedo ver cosas como “Friends” o “Dawson’s creek”. Si estoy demasiado adolorida como para cambiar el canal. La cuestión es que la disfruto en ese estado, pero al volver a mi estado natural no las soporto.


6- Tengo una retentiva musical impresionante. Sólo tengo que escuchar una vez una canción para que al sólo escuchar los primeros acordes la pueda identificar, aunque tenga miles de años de no haberla vuelto a oír. Me aprendo fácilmente las voces de los cantantes, y me acuerdo de miles de canciones de cualquier categoría, hasta de las que es vergonzoso confesar que me las se. Esto nos lleva al siguiente punto.

7- I am a closeted karaoke singer. Siempre que vamos a un karaoke, no sólo conozco las canciones de hierro que siempre ponen, además de los vejestorios que responsabilizo a mi padre por que él las pone en la casa. Confieso que siempre he querido cantar, a pesar de que no creo que los resultados sean impresionantes. Nunca lo he hecho por que no hay suficiente cantidad de alcohol en el planeta Tierra que me haga superar la pena de cantar frente a un público.

8- Mis relaciones bizarras con los libros. Nunca puedo leer un solo libro a la vez. Siempre leo tres o cuatro al mismo tiempo, por que me emociono rápidamente con uno, pero al tiempo aparece otro que tengo que leer con mayor urgencia. Soy una compradora compulsiva, me encanta tenerlos y no importa que no tenga tiempo, me consuela saber que están allí dispuestos para ser tomados en cualquier momento. Tengo que tener mucha confianza con alguien para que yo le preste un libro y es una ofensa mortal que me lo devuelvan en mal estado.

9- Me gusta inventar palabras o expresiones, además que me encantan las palabras que empiezan por z: zonzo, zoquete… de ellas deriva zoroilo. Casi me caigo de espalda cuando el profesor de laboratorio de Topografía dijo en clase una palabra de la que me adjudico los derechos de autor: pixin.
He cumplido uno de mis más grandes sueños al diseñar un proyecto deconstructivista. Es una discoteca VIP. Espero que Santa Zaha Hadid esté orgullosa.
Planta de conjunto:



Fachada frontal:


Fachada lateral:


Perspectiva interior de la sala de videos, pink!!



Perspectiva interior del baño de hombres, cortesía del el-Yanis:



Y las fabulosas perspectivas exteriores. Maya rules, no tuve necesidad de hacer maqueta.






La próxima semana inicia la semana científica en la universidad. Todos los departamentos van a organizar charlas y eventos enfocándose en su área de estudio. Arquitectura no se va a quedar atrás. Pero como me toca entregar para Diseño el lunes y el miércoles, además que nos asignan nuevo proyecto el viernes, seguramente me voy a perder las buenas charlas (la vez pasada trajeron a un arquitecto que trabajó en la firma de Zaha Hadid y no pude asistir), por lo que he decidido dedicarme la otra semana a mi propia pequeña celebración de mi carrera tortuosa y apasionante.

Es extraño observar que mientras más me interesa una persona, románticamente hablando, más siento el impulso de ajustarla a mis parámetros, manipularla para que se comporte como quiero y espero de ella actitudes y reacciones que no me atrevería a pedirle de frente, pero igual de alguna forma consigo presenciarlas. Se supone que si me gusta, me atrae por lo que es, pero siento un disfrute peculiar en saber que me permite manejarlo.
Estaba soñando que Madonna actuaba en un episodio de “Grey’s Anatomy”, en el que ella era una cirujana que iba a someterse a una operación experimental donde corría un alto riesgo de morir, por lo que desaparecía del hospital y todos la estaban buscando. Un fuerte zumbido, como de vibrador, me despertó. Por un segundo temí que fuera una llamada desagradable al celular, pero cuando comprobé que no era el caso, empecé a paranoiquear que era el platillo volador que he temido durante todos estos años. Estoy tratando de convencerme que simplemente se trataba de un insecto que se golpeó en mi ventana. De todas formas, no puedo conciliar el sueño.

Me levanté con un serio caso de autocompasión. Ando con dolor de garganta agudo, el único vestigio de una gripe que no pudo ser, y es terrible por que ando diciendo estupideces sin poder controlarlas. Una metáfora interesante de tener en huelga el sector que se encarga de dar veredictos sobre lo que es aceptable decir o no, entonces, aquello que normalmente no pasaría el control de calidad se está dando un festín sin mi consentimiento.

Trato de analizar mi tendencia a la segregación. Sé que es un patrón que repito a cualquier lugar al que voy. Me voy a uno de los dos extremos: o soy el centro de atención, o me agarro a una persona para estar aparte, o si no hay una disponible, me quedo sola. Intento ver el problema desde el otro punto de vista, y reconozco que he de parecer engreída o malcriada. Miles de veces ocurre que me presentan a alguien, y si no establezco una conversación esa primera vez, cuando lo vuelvo a encontrar, no lo saludo de vuelta. Miles de veces olvido a esa persona cinco segundos después que me la han presentado, no es a propósito. Desde luego, la gente no entiende eso.

Perfectamente puedo pensar que los demás son unos descerebrados (es el caso la mayoría de las veces), que no tenemos nada en común, que es su pérdida si no quieren conocerme. Confieso que me cuesta creerlo. Más que nada por que es muy difícil sostener esa teoría cuando pasa en todas partes, pero sobretodo por que me hace falta una tonelada más de seguridad y coraje como para enfrentarme al resto del mundo por mi cuenta.

Es más fácil intentar conocer nueva gente en otros lugares que remediar lo dañado en mis dominios habituales. Rápidamente los nuevos parajes se transforman en lo viejo con caras desconocidas. A veces me consuela pensar que “sólo” me quedan dos años de estudio, que la universidad es una tortura que eventualmente va a llegar a su fin, que hay gente que sí vale la pena fuera de ella. Pero son dos años de tener que convivir, trabajar en grupo, viajes a congresos, clases presenciales… y es atroz ver que esos “descerebrados” se la pasan súper bien y yo que tengo delirios de poseer una neurona estoy de lado.

Podría ser madura y enfrentar el problema. Desgraciadamente eso implica hacerle saber a los demás que lo que hacen me hiere, y no es su culpa que yo me sienta así, yo lo estoy permitiendo. Desgraciadamente no hay remedio para convertirme en popular, o por lo menos sentirme aceptada. Podría mandarlos a todos al carajo y terapearme con que es mejor estar sola que mal acompañada. Pero decido solamente escribir al respecto y quedarme callada hasta que el dolor de garganta se me pase y la censura vuelva a estar en funcionamiento.

Con Fiona Apple cantando "Sally's song" del soundtrack "Nightmare before Christmas".


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