02 November 2006

a bad dream

Estaba soñando que Madonna actuaba en un episodio de “Grey’s Anatomy”, en el que ella era una cirujana que iba a someterse a una operación experimental donde corría un alto riesgo de morir, por lo que desaparecía del hospital y todos la estaban buscando. Un fuerte zumbido, como de vibrador, me despertó. Por un segundo temí que fuera una llamada desagradable al celular, pero cuando comprobé que no era el caso, empecé a paranoiquear que era el platillo volador que he temido durante todos estos años. Estoy tratando de convencerme que simplemente se trataba de un insecto que se golpeó en mi ventana. De todas formas, no puedo conciliar el sueño.

Me levanté con un serio caso de autocompasión. Ando con dolor de garganta agudo, el único vestigio de una gripe que no pudo ser, y es terrible por que ando diciendo estupideces sin poder controlarlas. Una metáfora interesante de tener en huelga el sector que se encarga de dar veredictos sobre lo que es aceptable decir o no, entonces, aquello que normalmente no pasaría el control de calidad se está dando un festín sin mi consentimiento.

Trato de analizar mi tendencia a la segregación. Sé que es un patrón que repito a cualquier lugar al que voy. Me voy a uno de los dos extremos: o soy el centro de atención, o me agarro a una persona para estar aparte, o si no hay una disponible, me quedo sola. Intento ver el problema desde el otro punto de vista, y reconozco que he de parecer engreída o malcriada. Miles de veces ocurre que me presentan a alguien, y si no establezco una conversación esa primera vez, cuando lo vuelvo a encontrar, no lo saludo de vuelta. Miles de veces olvido a esa persona cinco segundos después que me la han presentado, no es a propósito. Desde luego, la gente no entiende eso.

Perfectamente puedo pensar que los demás son unos descerebrados (es el caso la mayoría de las veces), que no tenemos nada en común, que es su pérdida si no quieren conocerme. Confieso que me cuesta creerlo. Más que nada por que es muy difícil sostener esa teoría cuando pasa en todas partes, pero sobretodo por que me hace falta una tonelada más de seguridad y coraje como para enfrentarme al resto del mundo por mi cuenta.

Es más fácil intentar conocer nueva gente en otros lugares que remediar lo dañado en mis dominios habituales. Rápidamente los nuevos parajes se transforman en lo viejo con caras desconocidas. A veces me consuela pensar que “sólo” me quedan dos años de estudio, que la universidad es una tortura que eventualmente va a llegar a su fin, que hay gente que sí vale la pena fuera de ella. Pero son dos años de tener que convivir, trabajar en grupo, viajes a congresos, clases presenciales… y es atroz ver que esos “descerebrados” se la pasan súper bien y yo que tengo delirios de poseer una neurona estoy de lado.

Podría ser madura y enfrentar el problema. Desgraciadamente eso implica hacerle saber a los demás que lo que hacen me hiere, y no es su culpa que yo me sienta así, yo lo estoy permitiendo. Desgraciadamente no hay remedio para convertirme en popular, o por lo menos sentirme aceptada. Podría mandarlos a todos al carajo y terapearme con que es mejor estar sola que mal acompañada. Pero decido solamente escribir al respecto y quedarme callada hasta que el dolor de garganta se me pase y la censura vuelva a estar en funcionamiento.

2 comments

  1. Anonymous12:15 PM

    Ay Marcelita bien me vendría una gripe de esas en estos días.
    I'm bitchier y más cínico que nunca, lo bueno es que ya no temo estar solo, bueno por los momentos.
    Oh un sueño con Madonna? I'm proud of you!

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  2. Estupideces? Platillos voladores? Madonna en "Grey's Anatomy"? Wow, en verdad algo extraño.

    Entiendo perfectamente a lo que te referís con eso de la gente a tú alrededor. Es tan difícil encontrar alguien con una neurona (como vos lo decís. Es realmente increíble cuánto de todo lo que escribiste me pasa. Agradece al menos que sólo son 2 años, comparados con los 3 que me faltan a mí.

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