Nuestro amigo David, fue de vacaciones a su país y nos trajo un pequeño recuerdo de cierto evento, a petición nuestra por supuesto. DSC05273 Ya se imaginan qué estaremos haciendo en el apartamento este viernes a las 10 y media de la mañana: comiendo pastel frente a la tele en nuestros platos nuevos! Como dice Yanis, este es nuestro equivalente al final de la copa del mundo :P

Pequeña aislada que soy, hasta hace pocos días me di cuenta que no sólo yo he tenido que lidiar con la descontextualización y que en realidad existen diferentes formas de enfrentar con el hecho de verse alejado de sus raíces. Es una cuestión de temperamentos, un área en la que yo no me he ganado precisamente la lotería, pero en realidad hasta los reyes del optimismo tienen que pelear contra los obstáculos que representan el idioma distinto en un país que no se caracteriza por su apertura a los extranjeros, la nueva comida en un lugar que se cree la Meca de la gastronomía y bueno, los franceses en sí, unas criaturas con un exterior tan duro que es la envidia de cualquier crustáceo salvaje. Me cuestionaba entonces sobre cuáles son las manifestaciones y adaptaciones a este nuevo ambiente. Los Erasmus, estudiantes europeos que emigran por uno o dos semestres a festejar ininterrumpidamente gracias a su despreocupación por aprobar sus clases, generalmente se quedan con otros Erasmus. Los bares organizan fiestas para ellos, las asociaciones para “integrar” extranjeros organizan viajes sólo con ellos, son un potpourri de nacionalidades transitando temporalmente en un lugar y por ende no sienten necesidad de integrarse. Un sentimiento recíproco al parecer. Conocí a la única Erasmus estudiante de Historia del arte, una española muy simpática y me dijo que el trato que yo había recibido con mis colegas estaba lejos de ser una excepción: a ella incluso la presentaron a sus compañeros como la estudiante de intercambio y tenía problemas hasta para hacer trabajos en grupo a tal punto la ignoraban. Afortunadamente había conocido a toda la colonia española gracias al equivalente de facebook de su país y se hicieron todos amigos, saliendo y algunos hasta viviendo juntos.

El gran dilema que tenemos que enfrentar nosotros expatriados es la elección entre vivir y estudiar, una opción que ni siquiera se me cruzó por cinco segundos cuando vivía en Honduras. Mi compromiso eran mis estudios y punto. No me interesaba salir por las noches, tenía mis amigos y no necesitaba más, no tenía la posibilidad o el interés de hacer turismo local. No me duele que lo único que puedo recordar de mis años de estudio de licenciatura sea el audio de la programación televisiva de la madrugada que me acompañaba mientras trabajaba en Diseño. Pero aquí no es lo mismo: encerrarse a estudiar es particularmente difícil cuando allá afuera hay miles de exposiciones o eventos a los cuales asistir, cuando hay tantos museos, monumentos o ciudades que visitar, cuando se tiene la posibilidad de conocer a gente tan diversa, hasta cuando hace un día de sol después de cuatro meses de no haberse separado del abrigo. Aquí la vida cobra otro sentido y es cuando duele tanto haber recibido una educación tercermundista que no te prepara para las exigencias de este sistema, porque es cuando más se debe estudiar. Hay gente que decide encerrarse ininterrumpidamente y debo decir que en cierta forma los admiro. Es una disciplina que no puedo y en el fondo no quiero tener. Estudio, me organizo lo mejor que puedo, me esfuerzo como nunca antes lo había hecho, pero quiero vivir también. Quiero recordar los lugares a los que fui y las comidas que probé, no sólo los trabajos que tuve que hacer. Evidentemente está el otro extremo, el completo desapego a lo académico, algo en lo que no podría caer, no sólo por mi compromiso con la beca sino también por la oportunidad que es estar aquí. Mi universidad dista de ser una eminencia a nivel internacional y tengo excelentes profesores, con varias publicaciones en su currículo y con áreas de interés diversas y muy interesantes. Sería un desperdicio no aprovechar la oportunidad de aprender de ellos, de seguir sus consejos o de leer sus bibliografías. Y no sólo los maestros, jamás pensé estudiar obras a las que podría tener acceso con unas cuantas horas de viaje. Es cierto, es duro obligarse a estudiar cuando el mundo es tan tentador pero realmente quiero hacer lo mejor que pueda mientras esté aquí. Yo quería irme de Honduras porque anhelaba la posibilidad de probarme a mí misma que podía aprender más, que podía asimilar más de lo que la Autónoma había podido ofrecerme y tenía la intuición de que la arquitectura era mucho más de lo que se hace en mi país actualmente. Lo mucho que me cuesta estar aquí no es porque quiera regresarme, ni mucho menos porque no esté haciendo exactamente lo que debería en este momento: todos mis conflictos los tuve allá y los seguiré teniendo en cualquier lado al que vaya pero estoy consciente que se subordinan a lo que considero es mi misión y a lo que me llena de felicidad.

Una chava dijo el otro día que ella se integraba tan bien a cada país al que iba que sólo se relacionaba con las personas del lugar y que hasta se le olvidaba el español al cabo de un tiempo. Si ese es el estándar de éxito para la emigración pues estoy lejos de alcanzarlo. Pero en cierta forma estoy muy contenta de ser la única hondureña en Bordeaux y que ni siquiera se me presente la oportunidad de crear un enclave en el que mis amigos sean todos hondureños y nos reunamos cada fin de semana a cocinar tortillas con frijoles y a bailar canciones de Polache. Soy una hondureña en Francia y voy a tratar de aprender lo más que pueda de este país, a mi manera. Si eso quiere decir aprender cocina boliviano-germánica, hablar inglés con acento indio y comer en restaurantes brasileños con mis amigos peruanos pues esa va a ser la Francia que voy a recordar, pero no va a ser un pobre intento de recrear un país que justamente es maravilloso porque está lejos. Que nadie espere entonces una asociación de hondureños en Bordeaux.

You are reliable, loyal, and fiercely protective to those who are closest to you. You have a very strong sense of your own values, and befriend only those who share similar beliefs. WoWScrnShot_011211_021821You have a hard time making friends because people have a hard time accepting you for who you really are, as opposed to how they perceive you to be. WoWScrnShot_011611_200252You long to find people to open up with and be your true self around, but are often too shy, when you do get the opportunity. WoWScrnShot_011211_022953You exist by the philosophy “live and let live” and don’t like to be bothered; you aren’t naturally aggressive, but when someone crosses you, or hurts someone you care about, you become enraged and there is no holding you back. WoWScrnShot_082310_213108 World of Warcraft Personality Guide

Adriana está de visita en la ciudad por unos cuantos días. No hay mejor excusa para tomar un descanso y recorrer el centro en el último domingo antes de que las multitudes regresen de vacaciones.

Peregrinamos por la calle Sainte Catherine, la vía peatonal más larga de Europa y una fuente incesante de tentaciones cuando las tiendas están abiertas. Fuimos chicas muy prudentes al ir cuando todo estaba cerrado. DSC05231 DSC05235DSC05236DSC05230Su nueva vida en Bilbao le hacía extrañar las “super cookies” de La mie câline, unas galletas gigantescas de chispas de chocolate a las que se les puede sentir la manteca y el azúcar casi sin procesar. Son exquisitas. Yo me fui por un tradicional helado de manzanas y frutas rojas.DSC05239IMG_0727IMG_0729DSC05241IMG_0731DSC05243 IMG_0732Estas deben ser las vitrinas más hermosas de Bordeaux. DSC05249 IMG_0733IMG_0734IMG_0735IMG_0736IMG_0747IMG_0739El lugar más feliz en la Tierra… para mí: Mollat. Una librería de miles de metros cuadrados donde se encuentra virtualmente todo. Con la satisfacción adicional que es un negocio local y único. DSC05254 IMG_0742A lo lejos se distingue la puerta de Dijeaux, que completa la trilogía de arcos de triunfo de la ciudad formada por la puerta de Aquitaine en place de la Victoire y la puerta de Bourgogne frente a la Garonne. DSC05255 IMG_0746La plaza Gambetta, el lugar donde se siente la primavera en toda su plenitud. Alérgicos al polen, abstenerse. IMG_0748IMG_0750IMG_0751IMG_0752IMG_0753DSC05270Y bueno, el resto de nuestra tarde fue muy agitado, pero ya no se podía documentar. La lluvia nos alcanzó y nos refugiamos en un café. Luego fuimos al cine, a ver “Red riding hood”, una película perfecta para una tarde de nenas con un chico guapo y un romanticismo desmesurado, para luego cenar al puro estilo francés en Mc Donalds. Porque no hay nada más francés que Mc Donalds y quisiera estar bromeando, pero no es así.

Tomando como base las tres biblias ya conocidas y el episodio de la huída de Sodoma por parte de Lot y su familia en el que su esposa se transforma en estatua de sal, veremos cómo las biblias moralizadas expresan las diferencias que deben haber entre el clérigo y los laicos. imageEn la Biblia moralizada de Viena, de 1220, el medallón literal representa en el centro a la mujer de Lot en color blanco, ya transformada en estatua de sal. Se encuentra desnuda y la parte baja de su vientre está realzada lo que muestra que se le quiere asociar a la lujuria. Ella es el elemento que divide la destrucción de Sodoma de Lot y sus hijas. Sobre ella se ve el rostro de Cristo (reconocible por el nimbo crucífero). Lot y sus hijas suben una colina, es decir que se elevan física y espiritualmente. imageEl medallón moralizado tiene una composición similar al literal: al centro un personaje, en este caso un monje negro, un benedictino, girado del lado de la ciudad, a las puertas de la cual hay unos personajes con quienes realiza una transacción comercial. En la ciudad se ven personajes que beben. En el eje de Lot se encuentra otro monje también benedictino que se aleja y se eleva. La oposición en este caso es de un monje que todavía está apegado a la vida urbana con respecto a otro que ha logrado escapar del mundo. 

Esto simboliza una visión negativa de la cultura urbana: la ciudad y el desierto donde simbólicamente se refugiaban los monjes, son irreconciliables.

En la zona intermedia, la mujer de Lot mira hacia abajo, así como el monje todavía inclinado hacia las cosas materiales. Estos son personajes que no logran decidir: representan la incertidumbre entre dos modos de vida, son una imagen de la elección.

El Concilio de Letrán IV, entre 1215 y 1216, reafirmó la necesidad de distinguir a los clérigos de los laicos. Se impusieron varias reglas como el uso de ciertas vestimentas, las prohibiciones de actividades como el comercio, los juegos de azar, el estado de ebriedad. Y se dejó muy claro que era mucho mejor nunca haber conocido la vía del Señor, que conocerla y regresar atrás, ya que eso constituía la ruptura de un pacto con Dios. Los monjes que caían en eso eran considerados un fracaso.

La elección del monje negro en este caso es muy simbólica: los benedictinos eran la orden más antigua de la Iglesia y se tenía altas expectativas para ellos, expectativas que hacía que se fuera más estrictos con ellos, que se les perdone menos. imageHecha unos treinta años después, la Biblia moralizada de Oxford, representa el mismo episodio con una distinta moralización. imageEl medallón literal muestra a la mujer de Lot en el centro también, entre la destrucción de Sodoma y su familia que se elevan, pero muestra un contraste entre su desnudez que trata de esconder y el velo de novia que lleva en la cabeza.   imageLa moralización está compuesta en dos partes, pero no hay una correspondencia directa en el eje de la mujer de Lot. Del lado izquierdo, un monje negro realiza lo que parece ser una transacción con un laico, y ambos están asociados a un tablero de juegos. La escena se desarrolla en una ciudad, que se representa con las almenas de la misma.

A pesar que no hay correspondencia directa con la mujer de Lot, en el eje de este último se encuentra otro monje benedictino, que lleva en sus manos una carta y un halcón. El ave constituye un elemento que descarta por completo una posible asociación entre los dos personajes, ya que es un animal asociado a la caza, una actividad de los nobles prohibida a los clérigos.

Aquí es necesario recordar que la mayoría de los monjes en la Edad Media pertenecían justamente a la clase noble (lo que explica el vocabulario perteneciente al mundo de la guerra en los escritos monásticos). Las familias aristocráticas daban a sus hijos menores o a los más débiles a la Iglesia, pero estos muchachos tenían consciencia de su estatus y eran servidos por otros clérigos pertenecientes a las clases populares.   

Este monje entonces, también está apegado al mundo secular.

En resumen, la imagen quiere expresar que la ciudad es el lugar de todos los vicios donde los monjes se sienten tan cómodos que pueden entrar y salir a su gusto. Es una imagen pesimista de la sociedad medieval, incluso de los religiosos, que se dejan corromper por la vida urbana. Es decir, la sociedad contemporánea es la nueva Sodoma.

Esta composición, donde un elemento es la antítesis de otro que se encuentra en otro medallón pero en su mismo eje, es un esquema raro en las biblias moralizadas.  image El último ejemplo es de la biblia moralizada hecha por los hermanos de Limbourg, 2 siglos después.imageEl medallón literal muestra a la mujer de Lot, ya no en el eje central, de rodillas y convertida en estatua de sal. Su color es gris, el mismo de las cenizas de Sodoma, de las cuales está separada por un puente. La asociación entre la mujer y la ciudad de la perdición está reforzada por el texto que la menciona no como una estatua de sal, pero como una “nube” de sal. Sodoma se encuentra de frente y en oposición a una montaña, que es la que evoca la elevación espiritual de Lot en lugar de la colina en el suelo como en las imágenes anteriores. Lot por su parte, está vestido de blanco, color de la pureza. Hay un contraste también entre la postura firme de Lot, su rectitud, que simula la de la montaña, y la postura de la mujer y su estado de pecado, así como entre el color blanco y el gris que expresa dualidad, regresión espiritual. imageEl medallón moralizado está compuesto en dos partes. A la izquierda un monje juega con un laico debajo de una estructura arquitectónica. Por el color blanco y negro de su túnica se deduce que es un dominicano.

Frente a un lago, un monje de túnica café se encuentra de rodillas. Este es un franciscano. Se ve un ave: un águila, que los bestiarios definen como un animal que sube hasta lo más alto para contemplar el sol porque no tiene párpados, pero debe enseguida sumergirse en las aguas regeneradoras. Es un símbolo de la melancolía, un estado de ánimo que sube y baja, una anomalía que podía afectar a los monjes que elegían la vida solitaria. Era algo muy mal visto en la Edad Media y se le asociaba al pecado de la pereza. El monje franciscano se aburre profundamente y no logra enfrentar la soledad de su estado.

En esta imagen ningún monje, ninguna orden representa la perfección, que al parecer no se encuentra en ninguna parte. En este caso Lot tampoco tiene un alter ego, y aquí el mensaje es que todas las órdenes religiosas son corruptas. imageEn conclusión, las órdenes religiosas están integradas en la sociedad pero es su proximidad con los laicos lo que resulta en su decadencia.

Las biblias moralizadas contienen imágenes que denuncian los comportamientos de los clérigos, así como otras que los exaltan con respecto a los laicos. Siempre hay matices.

En lo que ha de ser la máxima obra de generosidad que alguna vez he realizado, me ofrecí para ayudar a una de mis compañeras de clase a hacerle el volumen en 3D de un molino fortificado medieval del cual está haciendo su monografía de primer año. Obra caritativa de mayor amplitud cuando se considera la cantidad limitada de tiempo de la cual dispongo y el hecho que mi computadora está atravesando una crisis de identidad que no le permite ni siquiera poner materiales a los volúmenes. Es mi turno de agradecerle a Yanis por eso. En fin, si tan sólo las recompensas de las buenas acciones las viéramos en esta vida… estaría en un yate en las Bahamas durante estas vacaciones :PRender1Render2Render3Render4  

Render5

DSC04164 Big Minis, Fetiches de crisis, es una exposición que hubo en el Museo de Arte Contemporáneo de Bordeaux entre el 19 de noviembre del año pasado hasta el 27 de febrero de este año. Era una exposición colectiva que recopilaba obras de más de 60 artistas –algunos de ellos muy importantes y famosos-, alrededor del tema de las miniaturas en tiempos de crisis económica.
Como toda una verdadera exposición de arte contemporáneo, esta no era fácilmente comprensible. Para empezar las obras eran mostradas sin título o nombre del autor, supongo que en un intento de hacer que el visitante las aprehendiera liberado de conceptos ajenos a la obra en sí, como explicaciones que pudieran resultar del nombre de la obra o de la reputación del artista.
La exposición quería jugar con los contrastes entre las proporciones de las obras: unas eran gigantescas y otras eran absurdamente pequeñitas. Había una variedad de técnicas y de medios, desde videos, grabaciones, pinturas y esculturas. DSC04166 DSC04167DSC04168DSC04284DSC04286DSC04287DSC04174Me dio mucho gusto que la exposición tenía tres obras de Marcel Duchamp: la botella conteniendo 50 cc de aire de París, el maravilloso “Desnudo bajando las escaleras” y “La novia”.DSC04288DSC04169Del mismo período de sus lienzos gigantescos que ya se habían presentado en el CAPC, Jim Shaw recopiló un montón de objetos que estaban en exhibición.DSC04170DSC04178DSC04176DSC04172 DSC04173DSC04179DSC04192DSC04184DSC04183DSC04182Creo que esta es una de mis obras favoritas de todo lo que vi: una serie de fotografías de la trayectoria fílmica y política de Arnold Schwarzenegger, intercaladas con dos citaciones muy apropiadas. La primera de 1977: “If I see a girl with big tits I’m going to stare and stare and I’m going to think in my mind what I’m going to do with her if I would have her”; y la segunda de 1990: “My relationship to power and authority is that I’m all for it. Ninety-five percent of the people in the world need to be told what to do and how to behave”. DSC04187Esta es una silla hecha a partir de un cubito de azúcar.  DSC04188DSC04189DSC04190DSC04191DSC04193DSC04194DSC04195Hablando de kitsch…  DSC04197Y quería terminar con esta obra porque creo que simboliza muy bien el debate alrededor del arte contemporáneo. Es casi inevitable que uno de los argumentos que siempre aparece a la hora de devaluar el arte de nuestra época es que carece de técnica al punto que hasta un niño podría hacerlo. Me pregunto si la intención de un niño puede llegar a ser la de provocar un diálogo con respecto al mundo y mercado del arte, la de apropiarse de referencias de artistas del pasado y transformarlas en nuevas obras, en reflexionar sobre las condiciones de vida de nuestra sociedad o la de transgredir explícitamente códigos o reglas impuestas por la Academia o el buen gusto. Cualquiera puede tirar pintura en un lienzo que se encuentra en el suelo, o recoger basura y pintarla de dorado, pero una obra de arte es más que un objeto, es una teoría que la trasciende, por muy asqueroso o ridículo que sea el objeto. No digo que absolutamente todo lo que se produce en arte contemporáneo tenga el mismo valor, o valor en lo absoluto, pero por lo menos debe concedérsele el beneficio de la duda y intentar entender lo que trata de expresar.  DSC04196