Esta es la última semana de clases y cada día que pasa es una nueva despedida. Algunas clases da más lástima terminar que otras, y una en particular fue la de italiano. Eran tres horas seguidas todos los miércoles, algo no muy recomendable desde un punto de vista pedagógico y en más de una ocasión estuve a punto de cancelarla, por la cantidad de cosas que tengo que hacer, porque tres horas a veces se siente asfixiante y porque al final la clase no cuenta en el promedio de la carrera. Pero lo que me hizo resistir fue la excelente maestra que tuvimos, una señora italiana, tan carismática como estricta, que animaba esas clases de miles de formas posibles. Yo sabía que ella no descansaría hasta que aprendiéramos de una vez por todas y pensé que sería todo un desperdicio desaprovechar la oportunidad de estudiar con alguien así.
La clase de italiano resultó ser la completa antítesis de mis clases de la maestría. Para empezar, nadie se conocía en la clase, así que todos éramos unos primerizos socialmente y pude notar la diferencia. Entre compañeros nos saludábamos, nos hablábamos, trabajábamos en grupo y era divertido. La mayoría eran estudiantes de Lenguas extranjeras que estudian español, así que hasta hacíamos los mismos errores de confusión de idiomas. En las clases de la maestría el 90% del tiempo me siento como una extranjera renegada, ni siquiera porque vengo de otro país, sino porque estudié otra carrera. Los profesores nos pasan haciendo citaciones de libros que no conozco, hacen referencia a autores que no he leído u obras que no he visto… a veces es un poco intimidante. Me termino sentando en las últimas filas porque tengo un pánico que algún maestro me dirija la palabra y se me salga alguna tontera mal dicha en mi francés, que no es tan malo para ser una foránea que no lo hablaba desde hace 8 años, pero está lejos de parecer nativo. Ya he contado como las interacciones en esas clases son robóticas, espantosas. El maestro habla, el alumno copia; el maestro pregunta, nadie responde. Aquí todos estábamos obligados a hablar, a preguntar y a responder las preguntas. Me sentaba en primera fila y cada vez que necesitaban un voluntario para leer yo era la primera en ofrecerme. Me sentía como la overachiever nerd de siempre. La profesora nos conocía a todos por nuestro nombre, sabía que estudiábamos, hasta de dónde veníamos. Estoy convencida que ni siquiera mi director de investigación sabe cómo me llamo, o se acuerda del tema de mi monografía. Somos todos un montón de caras anónimas que les han de resultar hostiles por lo que de seguro no se molestan en conocerlas.
Italiano tenía el placer adicional que no implicaba mucha presión. Desde luego, hacía las tareas, cinco minutos antes de empezar la clase. No porque no me importara, pero con la pila de libros que tengo que descifrar, de cosas que tengo que escribir, de bibliotecas a las que me toca ir, es casi un milagro que pudiera dedicar tres horas más a otra cosa. Cuando me enfermaba a esta clase sí podía darme el lujo de faltar, porque a la semana siguiente me tocaba ponerme al día pero no estaba tan extraviada como si me hubiera tocado pedir notas a alguno de los niños de mi carrera. Así que fue una interesante semana esa que pasé en las clases de Historia del arte, casi acostada sobre el pupitre, reteniendo mis ganas de estornudar, pero por lo menos ese miércoles por la tarde sí dormí. Para los exámenes me recluía en mi cuarto toda la mañana a estudiar, con pausas forzadas de siestas, comidas, visitas a páginas web y luego trataba de hacer lo que pudiera en la prueba. Muchas veces mis resultados no eran óptimos, pero para este último estoy particularmente satisfecha. Eran cuatro ensayos de 100 palabras cada uno, en torno a varios temas. Todos los escribí basados en eventos de la vida real. Exhibicionismo, pereza de inventar, es un poco de todo. Digamos que mi profesora de italiano sabe más de mi vida que cualquier otro profesor que tendré en estos dos años.
Descrivi una tua giornata tipo durante la settimana (attività quotidiane, hobbies...) da quando ti svegli a quando vai a dormire
Durante la settimana mi sveglio alle 8, ma non è facile: voglio sempre dormire fino alle 10 o 11. Faccio la doccia e prendo la stessa colazione ogni giorno: un frutto, poù essere una mela o una pera; cereali e caffè solo, non mi piace il caffè con zucchero o latte.
Dopo la colazione studio per le mie lezioni. Di solito devo leggere molto e anche scrivere. I libri che devo leggere sono interessanti ma non sono sempre facile da capire perchè il francese non è la mia lingua materna.
Abito con due amiche: Pamela e Esther. Pamela è boliviana e Esther è tedesca. Pamela ha lezioni tutto il giorno, dunque con Esther facciamo il pranzo insieme.
Le mie lezioni sono al pomeriggio e poi ritorno a casa a studiare un po’ prima di cena. Dopo cena guardiamo la tv con le mie amiche e poi mi piace leggere fino alle 11.
Racconta cosa facevi da adolescente durante le vacanze
Quando erò adolescente, durante ogni vacanza, mio fratello ed io andavamo a visitare nostra nonna in campagna. Erano delle vacanze divertenti perchè potevano fare tutte le cose che i nostri genitori non ci lasciavano fare, come dormire fino a mezzo giorno. Mia nonna faceva tutti i nostri pasti preferiti, dunque mangiavamo troppo. Guardavamo molto la tv e ogni sera guardavamo la telenovela che nostra nonna preferiva. Avevano molti amici che abitavano vicino e giocavamo a carte, guardavamo dei film o facevamo un giro in centro. Ci piacevano molto queste vacanze.
Cosa farai nelle prossime vacanze estive?
Nelle prossime vacanze estive, con un amico andremo in Italia per 11 giorni. La prima città che conosceremo sarà Milano, ma per un giorno probabilmente. Vorremo andare a Venezia il secondo giorno e ritornare a Milano la sera, per rincontrare a un amico che non abbiamo visto da molto tempo. Un giorno andremo tutti a Como, dove abita il nostro amico. Poi, vogliamo conoscere Firenze, dove rimarremo per tre giorni, prima di andare a Roma. A Roma staremo per quattro giorni dove visiteremo i principali musei e monumenti. E dopo, ritorneremo a Milano per prendere l’aereo per Bordeaux.
Dopo le vacanze in Italia non so che farò, credo che devo leggere e studiare un po’ prima di ritornare all’università, ma non conosco altre paesi in Europa e credo che devo viaggiare più.
Scrivi un’email a un tuo amico italiano per raccontare come hai trascorso l’ultimo fine settimana
Caro Dino,
Ti scrivo per raccontarti che cosa ho fatto l’ultimo fine settimana. Venerdì sera, con Pamela abbiamo guardato la tv fino a mezzanotte. Ogni venerdì guardiamo un film insieme, ma quella sera non abbiamo deciso tra due film e alla fine abbiamo preferito la tv. Sabato ho dovuto correggere un esercizio che doveva presentare lunedì. A mezzogiorno è venuto Jorge e abbiamo pranzato con lui e anche Pamela. Il pomeriggio Jorge è partito e noi siamo andate a fare un giro in centro perchè faceva bel tempo e non voglievamo rimanere a casa. Poi, abbiamo fatto le spese come ogni sabato. La sera abbiamo cenato con altri due amici, Larry e Bruno, e siamo andati con loro a ballare un po’, ma siamo ritornati a mezzanotte. Siamo stati molto stanchi dopo questa giornata!
Ti abbraccio,
Marcela
Pufff Marce! Te acordás de los tweets que escribía en italiano? Me dijiste que no los entendías!
ReplyDeleteMe alegra que hayas recibo este curso, yo sólo lleve italiano 1, pero voglio imparare la lingua!
Cuidate mucho... e desídero per te il meglio del mondo :)
Molto grazie cara Daniela ;)
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