Antes que nada, querÃa precisar que ante la evidente falta de motivación que tengo de diseccionar mi vida en este blog (y en cualquier otro medio de hecho, últimamente ando como el emoticon del monito que se cubre los ojos más o menos riendo), he decidido dedicarlo principalmente a hacer reseñas de libros que he leÃdo, series o pelÃculas que he visto, exposiciones que haya visitado, o comidas que haya probado.
Asà que mi intención inicial el dÃa de hoy era escribir sobre la temporada 9 de The Walking Dead, que terminé ayer y me gustó mucho. Pero después de pasar todo el dÃa descifrando los misterios de Revit, el súper programa que usan todos los arquitectos ahora, decidà darme una merecida pausa con un episodio de “Gourmet Makes”, un programa en YouTube creado por la revista de cocina “Bon Appétit”. Desafortunadamente para mÃ, solo me faltaba un episodio de los 15 que ya han sido difundidos, pero eso solo muestra cuánto me ha gustado el programa. La recomendación era inevitable.
First of all, I want to make clear that in light of the evident lack of motivation I have been feeling for dissecting my life for this blog (or for any other media for that matter, lately I feel like the emoticon of the monkey who covers his eyes while laughing, sort of), I have decided to dedicate it mainly to reviews of books I have read, series or movies I have watched, exhibitions I have visited, or foods I have tasted.
So today, mi initial intention was to write about season 9 of The Walking Dead, which I finished yesterday and enjoyed a lot. But after spending the entire day deciphering the mysteries of Revit, the super program that all architects use nowadays, I decided to take a well-deserved break with an episode of “Gourmet Makes”, a show in YouTube created by the food magazine “Bon Appétit”. Unfortunately for me, I only had one episode left of the 15 that have aired until now, but this only shows how much I like the show. The recommendation was thus inevitable.
Descubrà “Gourmet Makes” porque en mi periodo de desintoxicación de las redes sociales remplacé la droga de los blogs por la de las newsletters y me suscribà a todas las que pude. Una de ellas fue “Watching”, la newsletter sobre series y pelÃculas del New York Times. (¿Acaso mi vida entera no es una candidatura para el NYT??) Como al principio eran episodios de 15 minutos, puse uno un sábado en la mañana, en la hora entre desayunar e ir a correr, solo para probar. Al final, ni fue a correr: me quedé en pijama en la cama viendo episodio tras episodio hasta las 3 de la tarde.
El concepto del programa es de escoger una comida chatarra mÃtica, entender cómo es que está hecha y tratar de reproducirla en una versión más refinada, pero conservando sus elementos esenciales, sobre todo la apariencia. La presentadora es Claire Saffitz, una chava muy carismática y al parecer brillante. Buscando información sobre ella encontré que se graduó de Harvard, estudió historia culinaria y llevó clases de cocina en Francia. Es un placer en sà verla en sus repetidos intentos de recrear las chucherÃas, como toda una Marie Curie de la cocina decadente, pero voy a pedir un poco de indulgencia por la siguiente digresión. Aunque no encontré en ningún lado su edad, viendo su recorrido profesional, estimo que Claire ha de tener mi edad o ha de ser un poco menor o mayor. Y tiene muchas canas. No las esconde cambiando el lado en que se peina, no las tiñe; casi que las pavonea. Y me encanta, la adoro por eso. Desde hace varios años me han empezado a salir canas y he estado debatiendo seriamente si teñirme el pelo o no. Con toda honestidad no quiero. Me gusta mi color natural, no quiero convertirme en una esclava de los salones de belleza, ni llenarme el cuerpo de perturbadores endocrinos y mis canas son de familia, por lo que me recuerdan al padre que me las heredó. Pero no son signo de seducción según los estándares patriarcales de nuestra sociedad. Pero al ver a Claire, tan guapa, alegre y seductora con sus canas, ¿por qué no podrÃa ser yo asà también? Asà que por ahora, que se jodan los tintes.
Pero volviendo al tema de la comida, algunas de las chucherÃas que han sido reproducidas y mejoradas incluyen los Pringles (que personalmente, en la versión sour onion, son mi veneno), Snickers, Cheetos, Oreos, Lucky Charms, entre otras decadencias. Ver el proceso es cautivador. Primero, porque Claire lee los ingredientes de cada una de las boquitas originales. Y aunque no es sorpresa para nadie que esas comidas son tóxicas, creo que es bueno recordarlo de vez en cuando. Después, recrear una comida es un talento en sÃ, como tocar una canción después de escucharla. Encuentro esa capacidad fascinante, sobre todo porque hasta ahora me he contentado con cocinar siguiendo instrucciones, pero nunca siguiendo mi creatividad o buscando reproducir un plato. Obviamente, reproducir comida chatarra tiene sus complicaciones, pero Claire tiene a su disposición la gigantesca cocina, los colegas y los recursos de Bon Appétit. En otras palabras, el cielo es el lÃmite. Usa unos ingredientes y utensilios que ni tenÃa idea que existÃan, como el deshidratador para sacarle la humedad a los marshmallows de los Lucky Charms caseros. Además, no pude evitar comparar el método del programa a la investigación cientÃfica. Se parte del objeto en sÃ, para luego hacer una etapa de reseña bibliográfica y luego la experimentación.
Por último, ver ese programa me ha abierto los ojos a todo un nuevo campo profesional. Hay gente a la que le pagan por inventar recetas, obvio, pero resulta que hay otros a los que le pagan por probarlas, para ver si tienen errores y si son comprensibles. No hace falta decir que a los 33 años al fin he encontrado mi vocación.
No veo en mi futuro tratar de hacer Skittles caseros y Claire tiene otra serie en YouTube en la que da clases de pastelerÃa. Honestamente la podrÃan grabar quitándole las piedritas a los frijoles secos antes de cocer y la mirarÃa. Pero me encanta la idea de desenmascarar la comida chatarra y de hacer tu propia en versión lujosa. ¿Acaso soy la única que no sabÃa que los chocolates Ferrero Rocher están llenos de la asquerosa Nutella por que son de la misma empresa? Decepción total.
I discovered “Gourmet Makes” because during my period of detox from social media I replaced the drug of blogs by that of newsletters and I subscribed to as many as I could. One of them was “Watching”, the series and movies newsletter from the New York Times. (Isn’t my entire life just an application for the NYT???) Since at the beginning they were only 15-minute episodes, I played one a Saturday morning in the hour right after breakfast and before going running, just to try it. In the end, there was no run that day: I stayed on my pajamas in bed watching episode after episode until 3 in the afternoon.
The concept of the show is to choose a mythic junk food, to understand how is made and to try to reproduce it in a more refined version, but keeping its essential elements, especially the appearance. The host is Claire Saffitz, a very charismatic girl and apparently brilliant as well. Searching for information on her, I discovered that she graduated from Harvard, she studied culinary history and took cooking classes in France. It is a pleasure to watch her repeated attempts to recreate junk food, like a Marie Curie of decadent cooking, but I will ask for some indulgence for the following digression. Even though I was not able to find out her age, by looking at her professional experience, I estimate that she is my age, probably a little older or younger. And she has many gray hairs. She does not hide them by changing the way she combs her hair, she does not dye them; she almost flaunts them. And I love it, I love her for it. Since a few years, I have been getting some gray hairs and I have been debating whether to dye my hair or not. In all honesty, I do not want to. I like my natural hair color, I do not want to become a slave of hair salons, nor to fill my body with endocrine disruptors and my gray hairs come from my family, so they remind me of the father whom I inherited them from. But they are not a sign of seduction according to the patriarchal standards of our society. And yet, seeing Claire, so handsome, joyous and seductive with her gray hairs, why couldn’t I be like that as well? So for the moment, screw dyeing.
Getting back to the topic of food, some of the junk food that has been reproduced and improved includes Pringles (my personal poison in their sour onion version), Snickers, Cheetos, Oreos, Lucky Charms, among other decadences. To watch the process is captivating. First, because Claire reads the ingredients of the original snacks. And even though it is not a surprise to learn that they are toxic, it is good to be reminded of it from time to time. Then, because recreating a snack or a meal is a talent in itself, like playing a song after hearing it. I marvel at this capacity, especially because up until now I only cook by reading instructions, never by following my own creativity or by trying to reproduce something else. Obviously, reproducing junk food has its own challenges, but Claire has at her disposal the gigantic kitchen, the colleagues and the resources from Bon Appétit. In other words, the sky is the limit. She uses ingredients and utensils I did not even know existed, like the dehydrator to extract the humidity from the marshmallows from the homemade Lucky Charms. Besides, I could not help myself in comparing the show’s method to scientific research. You start from the object, to then conduct a literature review, and then move on to experimentation.
Finally, watching this show has opened my eyes to a whole new professional field. There is people who gets paid to invent recipes, obviously, but turns out that there are others who get paid to try them, to seem whether they have mistakes and are understandable. Needless to say, at 33 years old, I have finally found my calling.
I do not see in my future trying to make homemade Skittles and Claire has another show in YouTube for cooking classes. Honestly, they could tape her taking out the pebbles out of a bunch of beans before cooking and I would watch her. But I love the idea of unmasking junk food and making your own in a luxurious version. Was I the only one who did not know that Ferrero Rocher chocolates were filled with disgusting Nutella because they are from the same company? Total disappointment.
"Isn’t my entire life just an application for the NYT???" -> YES!!! ^^
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