Hoy es un dÃa de post, desde que me levanté y el calentador de agua no funcionaba y eran las 6 de la mañana en un dÃa nublado; era un dÃa de post. Fui a la universidad, a ese lugar horrendo que espero que se queme en su totalidad una vez que tenga cierto cartón en las manos. Desde que me firmaron una constancia de que terminé la práctica y las arpÃas de secretarias no se dignaron en explicarme cuáles son los siguientes pasos para conseguir el tÃtulo, he truncado el proceso. He estado muy ocupada y el enojo que me dan los trabajadores que manejan esa universidad se transmite, por mi bien es mejor alejarme de ellos temporalmente. Pero hoy volvà y me enteré que existe un manual que explica los trámites de graduación; un manual del que desconocÃa su existencia, que nadie habÃa tenido la cortesÃa de avisarme que existÃa y que, como es habitual en el sistema educativo público, sólo se distribuye en una fotocopiadora que hoy estaba cerrada. Pasé por TesorerÃa preguntando cuánto cuesta liberarme de las cadenas del pre grado y me enteré que a los 2000 lempiras en auténticas del Colegio de Abogados, los 4000 del trámite en sÃ, los 2500 por hacerlo por ventanilla, los 100 lempiras de un timbre, el costo de las fotos que no recuerdo y los 30 lempiras de un carnet que nunca se emitió en toda mi vida estudiantil porque la máquina siempre estuvo mala, encima tengo que donar un libro a la biblioteca de la facultad. Qué descaro francamente.
Me fui al taller de curadurÃa en el que he estado toda la semana, y a la hora del almuerzo todo empezó. El paÃs entero ha estado anticipando desastres para el fin de semana, pero no imaginé que todo se iba a adelantar al dÃa de hoy. Los rumores entre mis compañeros eran que las Fuerzas Armadas y la policÃa se habÃan unido para decomisar el material electoral del domingo y que por su lado el presidente se habÃa subido a un bus acompañado de sus secuaces a recuperarlo. Andaban diciendo que habÃan entrado al paÃs aviones procedentes de Cuba y Venezuela con urnas o con soldados para apoyar a Mel y que la empresa privada habÃa liberado a sus empleados para que huyeran de los posibles disturbios en las calles. Recibà una llamada de mi madre ordenándome que me fuera a la casa, pero yo habÃa acordado esperar a alguien para regresar juntos, y sinceramente, preferÃa quedarme en el taller que salir a la ciudad. Tratamos de tener clase lo más que pudimos pero llegaron a decirnos que por órdenes de la embajada de España (estábamos en el CCET), el centro se tenÃa que cerrar. De remate empezó a llover. Asà que salà a la calle, con un tráfico tremendo y sin un bus a la vista, a refugiarme a los Castaños. TenÃa dos horas que matar pero por suerte no estaba desamparada: finalmente tenÃa un rato libre para leer. Afuera se escuchaban los estruendos de la tormenta y en un instante me afligà porque se oyeron unos ruidos que asocié directamente con disparos. Un vigilante salió corriendo en dirección a uno de los accesos, pero a los minutos regresó caminando normal. Poco a poco el centro comercial iba cerrando operaciones pero curiosamente habÃa tanta gente adentro como en un dÃa cualquiera. El libro estaba increÃble pero la silla era muy incómoda, ya me querÃa ir, a pesar de toda la debacle que pudiera haber afuera.
De repente Mafer me envÃa un mensaje. Presentà lo peor -golpe de estado-, tomando en cuenta la última vez que se habÃa puesto en contacto conmigo. Pensé en cómo a veces uno termina siendo testigo o partÃcipe de la Historia de manera involuntaria. Todo es tan difÃcil y tan complejo en circunstancias normales que me parece abrumador que se le agreguen preocupaciones sociales a las torturas individuales. Recordé a varios autores que han llegado a ser grandes a pesar o tal vez a causa de haber narrado los conflictos de sus paÃses. Para ser una absoluta indiferente con respecto al nacionalismo todo indica que tendré demasiado que ver.
Asà que respiré profundo y leà el mensaje: “¿Es cierto que se murió Michael Jackson? Acabo de revisar una página de CNN y confirman su muerte. Fue un ataque al corazón.”
Michael Jackson fue el artista de mi primera rebeldÃa. En mi casa de música toda snob, pseudo intelectual, hippie, progresiva, lo que sea, yo estaba pequeñita y decÃa que él era lo mejor del mundo. Era inconcebible: trabajaban tanto para resguardarme de todo peligro o amenaza externa que nadie entendÃa de dónde me habÃa salido esa afición, pero yo recuerdo que con todo el orgullo de alguien de 4 años yo decÃa que era mi cantante favorito. Y asà estuve por muchos años más.
Los conflictos de paÃses al final sólo son manifestaciones a gran escala del tormento interno de sus habitantes. Este dÃa trágico e histórico lo vivimos ambos, pero Mel podrá invadir el paÃs todo lo que quiera; yo recordaré este dÃa como aquel en que murió uno de los Ãdolos de mi infancia.
7:00 pm: The real world, Denver.
8:00 pm: The Hills
8:30 pm: The City
9:00 pm: Cribs
10:00 pm: E! News
10:30 pm: I love money (ugh, eso sólo demuestra que esa hora es muerta)
11:00 pm: Oprah
8:00 pm: The Hills
8:30 pm: The City
9:00 pm: Cribs
10:00 pm: E! News
10:30 pm: I love money (ugh, eso sólo demuestra que esa hora es muerta)
11:00 pm: Oprah
Si el agua purifica anoche fue un buen comienzo para una nueva etapa en mi vida: empezó a llover a las 4 y media de la tarde y a las 7 de la noche todavÃa no tenÃas las mesas ordenadas para recibir a los invitados porque absolutamente todos los espacios libres en el patio estaban empapados. Asà que las personas empezaron a llegar y todavÃa estábamos moviendo mesas de un lado a otro. Llegaron mis amigos alianzas, mis amigos de la facultad y algunos compañeros del voluntariado, estuvo genial. Yo tenÃa miedo de ver las fotos porque me estuve mojando toda la noche y ni querÃa imaginar cómo andaba el pelo, pero la verdad es que todo estuvo tan divertido que ni me importa cómo me miraba. Asà que aquà estan las mejores imágenes:
El siempre fotogénico Moisés, que fue tan gentil en contribuir con una manada de grullas de origami que medio pudimos usar como decoración y recuerdos para los invitados.
Este año decidà que los regalos familiares de años pasados no cumplÃan con mis estándares de adulta próxima a graduarme: mañana tengo una fiesta/taqueada/celebración-bajo-la-lluvia, porque seguramente va a llover. No ha habido un tan sólo dÃa despejado esta extraña semana que me haya dado un poquito de esperanza para mañana. Los preparativos de fiesta han sido pragmáticos y acelerados; conseguà un teléfono de una señora que hace tacos, la contraté al dÃa siguiente; vi dos anuncios en el periódico de sillas, coticé ambos y me quedé con la primera oferta, la más barata (por 1 lempira por silla); le ahorré una semana en la cárcel al dueño de la casa, ya que el castigo por hacer fiestas sin autorización municipal es de dos mil lempiras y 24 horas en la posta, que se prolongarÃan en una semana conociendo su temperamento. Y lo único que hace falta es ordenar la casa en sà y comprar churros y refrescos. Me pregunto si valdrá la pena secarme el pelo con la humedad relativa destinada a esponjarlo y lo único que realmente quiero de cumpleaños es tener tiempo para comprarme una camisa nueva… y un perro, pero lo último seguramente va a quedar en deseo frustrado una vez más.
La pregunta obligada es que tan diferente es mi vida de hace un año. Se puede entender mucho sólo con el hecho que en esta ocasión quiero ver gente y voy a estar en mi casa. Invité a personas que yo estoy segura que van a venir y que sà me alegra ver, aunque no son los únicos pero son aquellos que pude invitar sin que mis papás echaran el grito al cielo que no iban a caber tantos en la casa.
Los vecinos han agarrado costumbre de hacer parrandas todos los viernes por la noche y este no es la excepción. Agradezco el reto, mañana me voy a encargar de que no puedan dormir, ni por el ruido de la gente, ni por el olor a comida, pero especialmente porque yo sà les voy a poner buena música, no esas baratijas radiales de las que son tan fanáticos. Y yo sà tengo permiso, asà que si mañana aparece casualmente una patrulla pueden estar seguros que sus fiestas semanales habrán llegado a su fin.
¿Qué nos depara el futuro? Espero que mucho trabajo, libros, televisión, ropa y viajes. Graduación… por ventanilla ¬¬. No estoy segura y no quiero adelantarme mucho, nada es seguro en la vida, excepto que ya se acerca el momento en el que no tendré que hacer fila en el banco. Ventanilla de tercera edad, ya estoy por llegar.
En el gimnasio hay un instructor de spinning que da la impresión de ser un militar importado: es rubio, tiene acento español y es muy serio, demasiado serio para ser un instructor de spinning. Es brillante, sus clases son muy buenas y se nota que se toma en serio lo que hace; todos los dÃas, antes de comenzar, dibuja una lÃnea en el espejo que representa el recorrido que vamos a hacer, ya sea en un terreno plano, en pendiente regular o con obstáculos. Permanece casi toda la clase haciendo el mismo ejercicio que sus alumnos, excepto cuando llega a corregir a aquellos que no saben cómo colocar la silla sin importar cuántas veces hayan estado allÃ, como yo. Ya lo he encontrado fuera del gimnasio corriendo y existe la sospecha que él sea uno entre el grupo de ciclistas que ha sido avistado por la universidad, demostrando que eso no es un trabajo para él, es su forma de vida.
Hoy fui a clases con otro instructor, que tiene el mismo nivel de profesionalismo, con un ingrediente adicional. A medida que hacÃamos ejercicio y que él intentaba motivarnos (algo necesario cuando uno está pedaleando salvajemente, estancado en el mismo lugar), no sólo nos gritaba “ánimo” y “falta poco”, sino también que nos enfocáramos en nuestras metas, hacia donde querÃamos llegar. Todo esto suena absurdo y exagerado para tratarse de algo tan trivial, pero cuando lo comparo con otro instructor que aprovecha para coquetear a nenas sudadas durante la clase, creo que estos otros dos muchachos son excepcionales, aunque solamente en comparación a la multitud; la verdad es que no me imagino ser diferente a ellos. No concibo hacer cualquier cosa si no es porque se tiene una meta trazada, un lugar al que aspirar, un propósito, o un sentido de la vocación. Es tan rico dormir y ver televisión que realmente tiene que haber algo importante que hacer en el mundo para tomarse la molestia de vivir en él. O por lo menos es lo que quiero/tengo que creer.
En la tarde me escapé por un ratito a ayudar en el montaje de las litografÃas. Muchas personas ven como una pérdida de tiempo todo esto, el voluntariado, las actividades en el museo, el mundo del arte en general. A simple vista sólo estábamos poniendo cuadros en la pared; para mà estamos cumpliendo una importante misión, no sólo de educación y promoción de la cultura, este es un llamado, es algo que me dice que tengo que estar allà y que eso es lo que debo hacer. El dÃa que me invitaron a promocionar el voluntariado en CEUTEC durante una feria del empleo hasta yo quedé sorprendida de la soltura y la emoción que tenÃa para invitar a las personas a que se nos unieran. Ha de ser comparable al fanatismo religioso pero con mejores libros y ropa más bonita. En el curso de acercamiento al arte contemporáneo se nos explicó que Nueva York se convirtió en uno de los centros más grandes de arte del mundo cuando a mediados de los años 30 del siglo pasado se llevaron a cabo importantes iniciativas para que justamente eso llegara a suceder. Esta es nuestra iniciativa para Tegucigalpa, de algo tiene que servir.
No me hago ilusiones tampoco. Yo soy una pequeña hormiga en un arenal, y probablemente si mañana el bus en el que me suba se estrella contra un poste mi vida no haya contribuido en nada. Sé que esto es transitorio y se va a esfumar tarde o temprano, por la fuerza de la historia o por el calentamiento global; en todo caso no se ve un buen futuro para la humanidad. Y todo esto es inútil y ridÃculo y es un desperdicio de energÃas y de televisión por cable que se paga y no se ve. Y probablemente no sea importante, pero voy a seguir actuando como que sà lo es, porque la alternativa no me convence tampoco. Mi mérito es en tener la conciencia y poder realizar la acción, con el desapego al resultado.
"La Odisea" es una serie de litografÃas realizadas por Marc Chagall para ilustrar el famoso libro del mismo nombre, que a partir de esta semana estará siendo exhibida en el Museo para la Identidad Nacional. Como parte de nuestra práctica en el área de MuseografÃa, todos los voluntarios presentamos una propuesta para hacer el recorrido de la exhibición. TenÃamos que organizar, en dos salones ubicados en el segundo nivel del museo y separados por un largo tramo, 82 cuadros (separados por cantos y algunas en blanco y negro, otras a color), un mapa que ilustra el recorrido de Ulises, una pancarta que explica el proceso para realizar una litografÃa, una maqueta de 1.00 x 1.00 m y un televisor en el que se narraba la vida de Chagall.
A primera vista las dos salas del MIN no se ven muy funcionales. Obligan a dividir la muestra en dos partes, el visitante tiene que caminar (aunque no es mucho castigo, el edificio es impresionante) y hay que lograr que los elementos que acompañan a los cuadros no interrumpan el recorrido.
Formalmente decidà separar las litografÃas según los tomos que ilustran: la sala 1 con aquellas que corresponden al primero, la sala 2 con las del segundo. Las imágenes se mostrarÃan de manera cronológica, agrupadas por cantos, porque eso permite comparar y contrastar aquellas que pertenezcan al mismo evento en la historia.
El acceso se hace por la sala 1, la que tiene entrada directa desde el primer nivel.

Paneles 1 y 2:

Paneles 3 y 4

Paneles 4 y 5:

Panel 6:

Paneles 7 y 6:


Panel 8:

Panel 9:

Panel 10:

Vista panorámica desde la salida de la sala 1:

Vista desde la entrada de la sala 2:
Para ver saber qué propuesta fue la escogida para el montaje, tendrán que ir al museo ^^
Episodios de la primera temporada (una rareza hoy en dÃa), en español y sin cortes comerciales. Sencillamente no me podÃa dormir.
Deepak Chopra dice que la vocación es aquello que uno hace por amor, perdiendo la noción del tiempo y sin sentir que se está realizando un esfuerzo. Desvelarse por algo podrÃa perfectamente calificar como una manifestación de la vocación pero en todos mis años de estudiante en los que me vi obligada a permanecer despierta trabajando para maestros que no sólo no iban a valorar el sacrificio sino que además lo fomentaban porque todos hemos de sufrir igual o peor de lo que ellos lo hicieron, mientras que todo mundo en mi casa descansaba plácidamente, yo no sentÃa que atendÃa el llamado profundo de mi alma. Como en muchos otros aspectos de mi vida, es el miedo al castigo y a las consecuencias el que ha moldeado gran parte de mis acciones. Asà que ahora que ya estaba lejos del yugo comencé diciendo que de ahora en adelante iba a hacer lo que yo quisiera y nada más que eso. No esperaba que no hubiera ofertas disponibles para lo que yo quisiera.
He idealizado en mi cabeza por tantos años este momento que cuando llegó no me extraña haber tenido una crisis existencial, pero al tratar de hacer limonada de los limones del Universo terminé con un dormitorio color menta claro, pintado con mis propias manos y del cual me siento profundamente orgullosa. Soy otra persona, no por haber tomado un taco para lijar 25 metros cuadrados, ni por haber estado dos dÃas enteros sólo preparando masilla y rellenando huecos, sino porque sin nunca antes haber hecho esto sabÃa cómo tenÃa que quedar y pude hacerlo. No mucha gente puede decir eso: es el cambio que provoca la educación. Son justamente este tipo de cosas las que me han hecho inclinarme tanto por la formación académica en detrimento de la escuela de la vida. El mundo es una guerra sin cuartel y lo único que yo puedo hacer en ella es dibujar planos muy rápido y calcular cantidades de obra. Hay dÃas en los que me levanto y estoy tan orgullosa, otros en los que me pregunto adónde se fue tanto tiempo y por qué lo dejé ir asà nomás. Si el propósito de todo esto ha sido que un dÃa me levante con una existencia tan buena que no hubiera podido soñarla antes, todavÃa no lo he cumplido. Y tengo tanta urgencia porque ya llegue ese dÃa; siempre la he tenido: todo lo he querido atravesar rápido y sin dolor, es hasta ahora que me doy cuenta que la prisa era innecesaria, no hay nada tan emocionante del otro lado que haya valido tanto la pena como para perderme todo el resto de cosas que se me ofrecieron. Sueno demasiado derrotista, pero yo realmente me querÃa graduar a los 23 años, era una compensación aceptable por no haberlo hecho un año antes como lo habÃa planeado cuando terminé el colegio. Ahora con los dÃas se acerca otro año más y me gustarÃa festejar, pero por algo que conseguÃ, no por algo que de todas formas iba a suceder.
Por un segundo casi me engulle la rueda del automatismo otra vez. Con una nueva etapa aparecen una nueva serie de preocupaciones: la crisis económica, la falta de trabajo, el paÃs que se está yendo al carajo (simbólica y literalmente). El mundo está en modalidad de supervivencia y de conformarse con lo que sea, justo cuando yo deberÃa de estar enfocando mis energÃas en conseguir que lo que me gusta sea al mismo tiempo rentable. Resulta que también estoy ampliando los horizontes de lo que me gusta, pero eso no quiere decir que yo sea tan fácil de comprar. No se me quita la selectividad.
No es posible retroceder, tampoco harÃa gran diferencia; tengo que hacer lo mejor que pueda con lo que tengo en estos momentos. Tal vez algún dÃa alguien esté dispuesto a pagar por mi paciencia y mi dedicación para desvelarme poniendo 82 cuadros de Marc Chagall en Autocad para hacer el montaje de la exposición que va a haber en el MIN en versión tridimensional. Por mientras me toca hacerlo de gratis. Y es por eso que terminé viendo televisión a las dos de la mañana, que resultó ser Gilmore Girls. Sencillamente no me podÃa dormir.
La vida de algunos muebles es tan difÃcil. Muchos de ellos terminan abandonados, en una bodega a la intemperie, expuestos a las inclemencias del clima, los insectos y la carcoma. Algunos no viven para contarlo, otros son rescatados por personas generosas que tratarán de limpiar sus heridas y entrenarlos para que puedan ser aptos para la vida en sociedad, todo con la intención de que alguna familia los adopte.
El primer paso en todo este proceso es darles un buen baño, con lija número 80.


Se dan dos capas de pintura, pero resultaron insuficientes.
Una más al dÃa siguiente; recuerden este es un proceso gradual.


La lijada es extenuante, especialmente porque los muebles muchas veces no quieren cooperar; sólo muestran sus partes malas y grises.
Se retocan con lija número 180 y se les deja descansar una noche. Todo esto es mucha información para ellos.
El siguiente paso es pintarlos. Hasta ahora he tenido buenos resultados con cáusticos oscuros; tan buenos que he decidido adoptar algunos espécimenes para mi cuarto, pero si estos se portan bien tal vez mi madre los encuentre dignos de codearse con el resto del mobiliario de la casa. Ella escogió el color blanco, que me recomendaron fuera de pintura de agua. Compré una brocha toda suavecita, para que pintar fuera lo más agradable posible para los muebles en cuestión.
¡Victoria! Uno de ellos ha sido adoptado por una familia amorosa que lo ha acogido en su comedor.
Y ha hecho nuevos amigos.
El otro todavÃa espera alguien que lo quiera... :(
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