15 January 2010

Jaulas

En los últimos días he estado en un taller sobre crítica de arte, orientado especialmente al arte hondureño. Como proyecto final, todos los participantes escogían una obra de un artista nacional y se redactaba una crítica de la misma. Este es mi proyecto.

Desde su primera aproximación, la obra “Jaulas” de Juan Ramón Laínez muestra claros y definidos contrastes. De fondo se vislumbran líneas verticales y horizontales que quedan casi opacadas por ondas de colores que parecen ir más allá de los límites del cuadro. En el primer plano se pueden apreciar dos objetos pequeños y más atrás dos figuras de gran tamaño, haciendo pensar en algún tipo de comparación o metáfora.

Las figuras de gran tamaño son dos jovencitas muy parecidas que se encuentran frente a una reja, cubiertas con una especie de manto duro, probablemente metálico, que parece encerrarlas, aunque sólo cubre sus cabezas y no impide movimientos a los lados. Frente a ellas están dos pájaros, también con un enrejado de fondo, que tienen en sus plumajes los mismos colores de los vestidos de las muchachas. Es importante mencionar que las rejas son planas y no dan la impresión de encerrar por completo a las figuras.

Si se toma en cuenta el título de la obra, al ver los barrotes de fondo se puede asumir que se están observando a las aves y a las jóvenes desde el interior de su confinamiento. En un sentido tradicional, una jaula se construye para animales peligrosos o para animales hermosos que corren el riesgo de escaparse. En todo caso es un mecanismo para poder controlar o para sentir que se posee a la criatura. La metáfora es casi obvia: de la misma manera en que se pretende encarcelar a un animal destinado a circular libremente, se espera poder restringir a las personas. A las niñas particularmente se les quiere proteger de un mundo cruel y perverso que podría mancillar sus virtudes, pero así como los animales no son capaces de expresarse en su máximo potencial cuando no son libres de andar a su antojo, las personas tampoco cumplen con su vocación al ser constantemente limitadas.

Sin embargo, las jaulas se ven desde adentro y como se mencionó anteriormente, son unidimensionales, lo que podría significar que es un tipo de restricción autoimpuesta. La expresión de las niñas refuerza esta suposición ya que no parecen estar molestas o tener un profundo pesar. Por el contrario, sonríen como si guardaran un secreto, como si el aislamiento fuera su propia elección y así es como realmente les gusta vivir. Lo que para un espectador al otro lado de los barrotes puede parecer tedioso, injusto y un cruel destino, para el individuo que lo experimenta es en realidad una fuente de paz e inspiración, lleno de vida y movimiento, evidenciado por el juego de las líneas en las ropas de las muchachas. Recuerda un poco al fascinante mundo interior de las hermanas Brönte, o al de Emily Dickinson, quienes encontraban mucho más interesante el universo que ellas crearon que aquel que podía estar disponible fuera de las casas que rara vez abandonaron durante sus vidas.

Por lo que se regresa al primer punto: “Jaulas” es un juego de contrastes, entre la rigidez de los barrotes y el movimiento de las ondas que componen a los personajes, pero sobretodo entre la luz y la actividad constante que se desarrolla adentro de los que parecen ser los límites del individuo y los oscuro y tenebroso del mundo exterior.

2 comments

  1. Excelente critica Marcela ! Tu manera de ver abre perspectivas y nuevas maneras de apreciar la obra. El analisis es imaginativo e inspira al lector a ver mas alla de la apariencia (me inspiro a mi en todo caso) ... La critica puede ser todo un arte en si, no crees ;)
    Saludos, y gracias por tu blog - me alegra siempre leerlo ...

    ReplyDelete
  2. Ey Silvio muchas gracias! Por tu comentario y por leer el blog, te mando un fuerte abrazo, espero que estés muy bien!

    ReplyDelete