04 October 2006

El celibato y los malos argumentos, según Liz Hodgkinson

“Este capítulo no está dedicado a los adolescentes que quieran reservarse para el hombre o la mujer de sus sueños. Está dedicado a los jóvenes de ambos sexos que quieran aprender a ser realmente ellos mismos, a descubrir su personalidad, a ser sanos, fuertes y estables, a tener confianza en sí mismos, a seguros de que pueden, si así lo desean, caminar por la vida sin muletas y sin depender del contacto sexual con otro ser humano. Muchos de los supuestos adultos actuales siguen siendo, en el fondo, adolescentes: tímidos, temerosos y dependientes, nunca aprendieron a cuidar de sí mismos. Para muchas personas, el sexo físico es el equivalente adulto del osito de felpa.” (¿Cómo terminó Tofi metido en todo esto?)

“El sexo no es “mejor” o “peor” sólo por que uno esté enamorado de esa otra persona… o prefiera creer, por el momento que lo está. Es solo un acto físico, neutro en sí, y lo dotamos del significado que deseemos en cada momento. A lo largo de los siglos, la humanidad ha entretejido complicadas fantasías del acto sexual, glorificándolo con importancia mística.”

“Para las mujeres no hay placer en el acto sexual por sí: todo depende de su relación con la otra persona en el momento del coito. Si la muchacha en cuestión está terriblemente enamorada de un hombre al que considera el más apuesto, atractivo y deseable del mundo, el acto sexual con él le parecerá una experiencia arrebatadora, aunque el hombre sea, en realidad, un amante mediocre en el plano físico.”

“El psicólogo Glenn Wilson informaba, en su libro “Love’s mysteries”, que la mujer solo experimenta un ardor y una excitación sexual iguales a los del hombre en el comienzo mismo de una nueva relación. Pasado un período de entre nueve y dieciocho meses, pierde en parte su interés por el sexo, por mucho que lo haya deseado en un comienzo.”

“A diferencia de lo que pensaba hace veinte años, ahora estoy convencida de que la actividad sexual a una edad demasiado temprana contribuye directamente a sofocar la inteligencia y el rendimiento educacional. Quienes se dedican al sexo prematuramente suelen concentrarse menos en sus estudios y en los resultados de sus exámenes. Después de todo, sólo contamos con cierta cantidad de energía y, cuanto más la disipemos en actividades físicas, menos tendremos para los fines intelectuales.”

“En general se descubre que el sexo, en vez de afianzar el vínculo lo debilita y aleja a las personas. Uno puede mantener una amistad con miembros del sexo opuesto con quienes no mantiene relaciones sexuales, pero una vez que interviene el sexo, se torna difícil, sobretodo durante la juventud. Cuando termina la relación, los amantes suelen negarse a dirigirse la palabra el resto de la vida. La herida permanece por muchos años y jamás cicatriza del todo.”

“La investigación iniciada para averiguar qué nivel de estrés padecen las jovencitas, descubrió que el mayor motivo de angustia era el amor y el sexo.”

“Otro motivo de que reine la infelicidad en cuestiones de sexo es que los jovencitos que no forman parejas exclusivas suelen tornarse retraídos y melancólicos. Parece existir una presión para que todos formen pareja a edad cada vez más temprana. Los niños de trece años o menos ya se jactan de sus “novios”. El miedo de quedar solo es uno de los motivos que impulsan a tantos jovencitos a intentar el suicidio y a abusar de las drogas.”

Estoy dispuesta a escuchar a esta tipa si quiere venderme la idea del celibato. Pero que no me insulte con sus razones absurdas, simplistas, generalizadoras y ridículas.

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