Yo quiero que mis artistas hayan tenido una infancia pobre y desgraciada, con padres divorciados, que los maltrataban físicamente; que no hayan ido a la universidad y se dediquen únicamente a crear su obra, dejen su casa a los 20 años y se muden a Nueva York sin el apoyo de su padre y con sólo 35$ en los bolsillos; que se casen con una persona demasiado corriente pero que sean promiscuos, incestuosos y explícitos en sus narraciones; que queden embarazados a los 21 años, y estén obligados a ser padres solteros; que los violen al darle jalón a un desconocido; que sean misántropos y desadaptados sociales, atormentados religiosos que odien a Dios y por lo tanto no puedan evitar creer en Él, consumidos por los complejos de autoestima, repletos de inseguridades sobre su físico, incapaces de mantener una relación estable con otra entidad humana, discriminados por su género o raza, exiliados políticos que jamás podrían regresar a su país, condenados a muerte por un líder religioso y obligados a vivir a escondidas por el resto de sus vidas, incapaces de pagarse un almuerzo y que hayan dormido unas cuantas noches debajo de un puente; que pasen varias temporadas en la cárcel, o con trabajos forzados en algún campamento de prisioneros en Siberia; que participen en guerras y preferiblemente terminen lisiados, y/o con heridas psicológicas permanentes; que sus profundas depresiones los lleven al alcoholismo o a la automutilación; que consuman drogas, por motivos recreacionales, pero no necesariamente; que sean internados en hospitales psiquiátricos; que un día uno de sus empleados cierre todas las puertas y ventanas de la casa y le prenda fuego con todos sus habitantes dentro; que uno de sus padres, extremistas religiosos, indignado ante la vida de perdición de su hijo lo agarre a balazos; que en su vida nunca logren publicar un libro, o vender una pintura y vivan en la extrema pobreza; que sus hijos mueran de enfermedades misteriosas y estadísticamente improbables; que sin la ayuda de nadie construyan una cabaña en los bosques y se vayan a vivir por dos años sin contacto con otros humanos; que estén tan enfermos que no puedan levantarse de la cama en lo más mínimo y no tengan otro remedio que escribir, o que sean músicos y se queden sordos; que terminen suicidándose, de un escopetazo, o por asfixia al meter la cabeza en el horno de una estufa de gas.
¿Yo? Quiero una vida burguesa y tranquila, donde consiga todo lo que quiera y todo en ella salga bien. Y aún así, dejar detrás algo que merezca la pena ser recordado. Prefiero ver desde lejos cómo otros sufren por su arte, pero me asusta pensar en cómo voy a justificar el mío.
Muchas veces me pregunto si tengo la semilla, pero el precio lo estoy pagando.
Marce que miedo una sola persona a la que le pasará todo eso, pero fijo ahí aprovecharía, haría una película al respecto y me ganaría 15 Oscars.
ReplyDeleteObviamente te llevaría de date a la ceremonia.
creo q un artista (en cualquier disciplina, inclusive las ciencias exactas) tiene algo de tormento. cualquier contribucion significativa no viene de la burgesia, o por lo menos eso dice la historia.
ReplyDeletevos podrias ser el contraejemplo.
Estoy de acuerdo la relación sufrimiento-arte.
ReplyDeletePero bueno, hasta el más tranquilo de los burgueses debe tener sus demonios adentro.
en realidad yo pienso que todos tenemos demonios, somos seres duales...el universo esta presente la dualidad como polos de una misma energia
ReplyDeletetípico estereotipo occidental del artista: una vida desdichada y amarga, el romántico incurable, el sentimental afeminado, alma suicida, sensibilidad desmesurada con posible transtorno bipolar no diagnosticado, traumas de la infancia,etc. Todos ellos puros clichés absurdos derivados del viejo paradigma del genio loco, como una opción más fácilmente mercadeble que las proezas de los autistas.
ReplyDeleteJustifica tu arte en la sabiduría,la espiritualidad,la salud mental, la libertad, la lucidez, la clarividencia, el autoconocimiento y la compasión (en algunos casos se podría incluir el consumo de drogas como una fuente de inspiración válida pero no viene al caso ahora).
Sé buena en el arte de vivir, ese es el arte máximo.