07 January 2008

“Es mejor pájaro en mano…”

De todos los experimentos sociológicos que MTV ha desarrollado hasta ahora, debo decir que “The X effect” es sin lugar a dudas el más cruel de ellos. A una pareja de ex novios los invitan a un hotel de lujo a pasar juntos el fin de semana. Sin que ellos lo sepan, sus novios actuales están también en el mismo hotel, espiándolos, ya sea viendo por televisión lo que hacen –sin audio- o escuchando lo que dicen, sin imagen. Ponen a los ex novios en todo tipo de situaciones comprometedoras como hacerlos dormir en la suite de luna de miel debido a “reparaciones imprevistas de mantenimiento”, o con actividades del tipo aprendan a aplicarse mutuamente pintura corporal. Han pasado muchas veces que los ex reviven los sentimientos pasados y aprovechan la oportunidad que se les presenta. Pero al final de los 3 días se les revela que han sido vigilados todo ese tiempo y se les pide escoger entre su novio(a) actual o el anterior, para ver qué opinan sus parejas. Incluso ha sucedido que los ex regresan, y el chavo y la chava que han sido traicionados se quedan juntos, para vengarse, según ellos.

Algunas de las principales reglas sobre cómo leer ficción, según Mortimer Adler y Charles Van Doren son “no intentar resistirse al efecto que nos produce una obra de literatura imaginativa” y “no criticar una obra de literatura imaginativa* hasta haber apreciado plenamente lo que el autor ha intentado hacernos experimentar.”

*Supongo que a sus personajes tampoco.

Pero mientras llegamos al desenlace, tratemos de entender el dilema que plantea Simone de Beauvoir en “La invitada”. A finales de los años 30, en París, vive una pareja de artistas, Francisca y Pedro. Trabajan juntos, dirigiendo una compañía de teatro en la que ellos escriben las obras; Pedro actúa en ellas también. Son los bohemios cliché, saliendo a cafés, a bares, discotecas, con sus vidas definidas, independientes y dedicadas enteramente a su arte. Pedro y Francisca están tan seguros de su relación que Pedro tiene ocasionales aventuras con otras mujeres, Francisca lo sabe y no le importa. Según ella la conexión que tienen es tan profunda que nada podría interponerse entre ellos.
Francisca tiene una amiga, Javiera. Es una joven de pueblo, tan impresionada con la capital y tan aburrida de su vida en casa, que se le ofrece quedarse a vivir en el mismo hotel que nuestros protagonistas principales. Es una persona con todos los defectos propios de la juventud: caprichosa, insolente, la vida no tiene sentido si no es exactamente como yo la quiero, no pienso doblegarme ante la necesidad de vivir en sociedad, conseguir un trabajo y atarme a una rutina, prefiero morir antes que comprometerme. Si al principio Francisca se apiada de semejante personalidad romántica, pronto se hastía de su constante criticismo ante todo, incluso del estilo de vida que lleva. Y se perturba aún más cuando aquel que consideraba su alma gemela se siente extrañamente fascinado ante este espécimen contestatario y empieza a descuidarla por estarle prestando atención. Los celos son inevitables. Pero estamos dentro de la cabeza de una mujer que no va a permitirse experimentar algo tan inferior como celos. Pedro le pregunta si desea prolongar esta situación, él no siente nada por esa niña, pero ahora que ella forma parte del cuerpo de actores de la compañía es necesario que trabaje con ella, dándole clases. Francisca accede: “Javiera existía y no había que negarla; había que asumir todos los riesgos que su existencia entrañaba”.

Y aquí entramos al reino de lo que yo denomino “el error fatal”. Entiendo perfectamente la necesidad de Francisca de aparentar que todo está bien, actuar con naturalidad todo el tiempo, queriendo obviar que Pedro pasa más pendiente de esa tipa en las conversaciones; queriendo consolarse a sí misma diciendo que ella lo conoce desde hace mucho tiempo y de maneras que la otra jamás podría aspirar a hacer, como si la anterioridad fuera algún tipo de garantía y la profundidad no fuera fácilmente alcanzable cuando así se quiere. Pero por dentro están las cóleras reprimidas, los delirios y las paranoias que alcanzan niveles alarmantes en los que llega por momentos a preferir abandonar al dizque amor de su vida con tal de no seguir en esa zozobra.

¿Cuál es el problema de Francisca? No haber escuchado a aquel que dijo que cuando uno pelea contra sus instintos es uno mismo el que terminará perdiendo. Por muy irracionales que sean sus celos, estos existen, y si nos ubicamos desde la perspectiva existencialista son tan reales como la persona que los provocan y por eso no se pueden olvidar impunemente. También se le puede acusar de no tratar su vida amorosa con la ligereza y desechabilidad con la que MTV pretende que enfrentemos la nuestra. Y al parecer la desilusión es inevitable, ya sea que uno entre a una relación con toda la seriedad del mundo, pensando en el futuro, o por puro entretenimiento: no existen las certezas.

“Hemos tratado de edificar nuestro amor más allá de los instantes, pero únicamente los instantes existen con seguridad; para el resto se necesita fe. ¿Y la fe es coraje o pereza?”

7 comments

  1. uuuuffff, fumado, cada dia me sorprendes mas Marce, un tratado de los celos perfecto...maldeeto mtv y compañia(muchos muchos muchos) que enlata los impulsos humanos básicos para entretenimiento de todos...
    Hay una cancion de los tres muy buena que se llama "No me falles", ahi te la paso, es algo graciosa pero veridica, hay una parte que dice..."No tengo la vocacion de un suicida asesino, pero si es preciso afilo el cuchillo" Los celos vienen default en nuestro sistema operativo.

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  2. Solo quiero saber si este post fue a raiz de la conversación que tuvimos en espresso

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  3. Digamos que la conversación, el libro y el programa fueron demasiadas coincidencias, pero de la conversación no puedo hablar ;)

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  4. Adore este post... :o Realmente tengo que leer ese libro!

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  5. Que conversacion, que conversacion!!!! awww, como extraño esas idas a espresso con ustedes

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  6. menos mal que no veo mtv.

    citandolo a dr. house, "everybody lies". de ahi parte la base de muchas de mis relaciones personales.

    p.d. decile a herminio que se deje de guarangadas :P

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  7. Estoy de acuerdo con el pd de Andrés. Mi término a usar sería otro, pero creo que todos captamos el mensaje :P

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