19 October 2009

Falcon Watch

¿Qué será que la gente que más tiene que esconder es la que más desea exhibirse y/o mostrarse de cierta manera?

El jueves pasado todas las cadenas noticiosas mostraban imágenes insólitas de un platillo volador casero deambulando por los aires a toda velocidad, conteniendo, supuestamente, a un niño de seis años en su interior. Fueron dos horas enteras de asombro y angustia culminando en el descenso del globo que resultó estar vacío. Todo empeoró: ¿se había caído el niño? ¿Cómo es posible que no estuviera allí? El universo mediático estaba revuelto, la historia del globo abarcaba tres de los 10 tópicos más populares en Twitter, el facebook estaba inundado, ni hablar de las páginas de inicio de los buscadores o de los periódicos. El mundo esperaba suspendido de un hilo, a un niño que nunca salió del ático de su casa.

La familia Heene seguramente quiso subirse a la ola de programas de realidad que han estado girando alrededor de las familias en los últimos meses. Los Duggars y sus 18 hijos –de una misma madre!-, los destrozados y horrorosos padres Gosselins y los 8 retoños; todo indica que tener una familia está de moda, pero a los Heenes les faltaba el componente “Big Love” y sus intentos de volverse notorios apareciendo en “Wife swap” el año pasado y la propuesta que hicieron al canal TLC de contratarlos para su propia emisión televisiva no resultaron. Sin embargo, era cuestión de tiempo para que todo mundo supiera sus nombres y sus vidas, como siempre lo habían deseado, pero despertaron al monstruo de la fama y lo hicieron enojar; ahora todo se está volviendo en su contra y ya están siendo oficialmente procesados por delitos.

Es intrigante ver cómo los padres crean mundos alternos en sus familias, mundos que ellos llegan a considerar como absolutos, incuestionables e irreprochables. Desde que una pareja se une y empieza a procrearse decide que sus hijos han de ser iguales que ellos; que su nivel de perfección como humanos los hace óptimos para poblar la Tierra de criaturas que se asemejen a ellos. Muchos padres llegan a creerse el arquetipo en base al cual las generaciones siguientes deben moldearse y empiezan a construir una burbuja de obsesión y paranoia: todos me persiguen y buscan mis defectos, todos están pendientes de cada una de mis acciones, todos deben pensar bien de mí. Le siguen los esfuerzos sobrehumanos para proyectar una imagen de moralidad, rectitud, unión familiar, buenas costumbres, cualquier cosa que les haga sentir que la pudrición que los consume no es cierta si nadie más puede conocerla. Es aterrador pensar en cómo han de ser en realidad esas personas si están tan preocupados en parecer algo irreal, en las pestes que han de pensar de los demás para ofuscarse en que no se hable así de ellos, en el asqueroso pasado que han de esconder para tener tantos deseos de controlar el presente.

Pero alguien debió advertirle al señor Heene, que aquello a lo que más te aferras es lo primero que se derrumba. Hay que imaginárselo entrenando a sus hijos en lo habrían de decir el día del lanzamiento del globo, repasando diálogos, excusas y actuaciones, para tener alguna idea de lo que sintió el día de la fatídica entrevista con CNN. Por mucho intento de manipulación que se trate los hijos han de revelar la verdadera cara de sus padres: “You said we did this for a show”.

Y la farsa se vino abajo.

4 comments

  1. Yo vi hace uhh ese episodio de wife swap y cuando vi al viejo loco ese en las noticias porque su niño loco iba en una especie de nave espacial no me pareció nada extraño.

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  2. o_O Ves Wife swap??? :P

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  3. Cuando lo encuentro en la tele... Qué tiene, es entretenido, no ves el tipo de gente que saleeeee.

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  4. Creo que justamente es de Wife swap un episodio clásico de una señora que se secaba el pelo todas las mañanas y ponía a uno de sus hijos sustitutos a que le subiera el breaker a cada 5 segundos que se caía la corriente.

    O también otra señora, extremista religiosa, que rompió el cheque que le dieron por haber estado en el programa, diciendo que era dinero del diablo. Luego se arrepintió de haberlo hecho, no sé si le habrán repuesto el dinero.

    Demasiado divertido.

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