01 February 2007

el Doctor Amor y Toda la Destrucción

Antes de ver “Walk the line” Johnny Cash era para mí el viejito vestido de negro que logró hacer que “Hurt” de Nine Inch Nails fuera aún más desgarradora y dolorosa de escuchar. Conocía otras canciones suyas, sobretodo covers y sabía de su vida lo básico que cualquier aficionado de los programas de cultura pop podía manejar.

Su voz ronca, su vestimenta funeraria y su expresión sombría me hacían pensar que era un típico macho sureño gringo, que con su temperamento y arrogancia se habían granjeado una carrera que desearon desde el inicio de los tiempos. La película sobre su vida puede que no sea tan buena, pero su historia sí lo es, y ahora que estoy desengañada tengo más conocimiento y un profundo respeto por el camino que ese hombre tuvo que recorrer.

Múltiples temas lo amarraron a lo largo de su existencia: un padre alcohólico, su madre religiosa, la muerte de su hermano en la niñez. Como cualquier otro en su lugar, tenía prisa por algo de estabilidad, por una oportunidad de enmendar su pasado a través de su propio matrimonio. Pero tuvo la mala suerte de tener como esposa a una mujer que sólo pensaba en su propia comodidad, en criar a sus hijas y tener un esposo normal. No se le puede culpar, pero ella veía como una amenaza a su vida ideal tener un esposo rock-star, y por muchos años lo manipuló y lo ató con sus reproches y expectativas.

Se podría decir que el señor Cash terminó siendo músico muy a pesar suyo, por que fue un llamado que siempre había sentido, pero que nunca creyó posible y por lo tanto se esforzó por encajar en el mundo de los simples mortales, sin mucho éxito. Hacerse famoso y finalmente cumplir con su destino no conlleva necesariamente a haber encontrado paz y descanso, y ahora se suma a la ecuación la magnífica June Carter. Otra persona que fue lo que tuvo que ser, superando sus propios sentimientos de culpa, pues sus elecciones eran incompatibles con las normas de la época, pero ella estaba consciente que no había nada más que quisiera/pudiera hacer

La película quiere dar a entender que la espiral descendente de Cash se justificaba principalmente por que el amor de su vida no estaba a su lado, lo que suena increíblemente dulce, pero simplista e irreal. Una vez que finalmente se casan, por arte de magia todo se arregla, en una secuencia apresurada y algo forzada, pero perdonable. A estas alturas conocimos lo suficiente a ambos personajes para saber que no se creían mensajeros divinos, genios redentores de la humanidad, ni mucho menos (la diferencia entre los héroes de novelas de Salman Rushdie y la vida real). Su talento sólo era igualado por su humildad, sus errores y daños a terceros nunca fueron intencionales y jamás empañaron su vocación inevitable con delirios de grandeza.

Le robaron el maldito Oscar a Joaquín Phoenix.




3 comments

  1. Completamente de acuerdo con lo del Oscar, me encantó esa película.

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  2. I also prefer Joaquin than Mr Hoffman. Walk The Line is a touching and lovely movie, and not a bit preachy. I always loved Witherspoon in it, but it was only in my second screening that I realized how subtle and marvelous Joaquin is as well.

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  3. Anonymous7:50 PM

    Se te olvidó decir que las canciones de la pelicula fueron cantadas por los actores, y debo decir, me gustan más interpretadas por los actores que por los verdaderos.

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