Hace unos días me llegó al correo otra convocatoria más para hacer una reunión de ex compañeros de mi clase. Si quiero asistir tengo que confirmar mi presencia, antes de este sábado en la noche. Así que igual que el año pasado, he estado profundamente atormentada sobre qué decisión es la correcta, si quedarme en casa o ir. En primer lugar, no entiendo mucho el disfrute de este tipo de reuniones cuando no me llevo regularmente con el 90% de ellos en esta etapa de mi vida. No es la distancia la que nos ha separado, porque entre ellos se llaman cuando andan de visita en Honduras, y los que han quedado también interactúan entre sí; de hecho, con algunos de los restantes he tenido rencillas formales, que muchos años después no creo que valga la pena continuar, pero tampoco es motivo para restablecer la comunicación una vez que han demostrado el tipo de amigos que fueron. Sin embargo, los conflictos son contados, por no decir únicos y específicos, porque también están todos aquellos con quienes perdí contacto, pero que aprecio y quiero muchísimo por la historia que compartimos, las aventuras que vivimos. Lo que nos sucedió fue que el cambio de escenario implicó nuevos intereses y como es bien sabido, a veces los intereses consumen la mayor parte del tiempo: mi vida se ha limitado a mi entorno inmediato, con todo lo que eso significa, lo que me lleva a la verdadera razón por la que no quiero ir a esa reunión.
Recuerdo perfectamente cómo me sentía el día de mi graduación: dichosa por haber terminado el colegio, emocionada por todas las posibilidades que se me abrían, segura de que mi vida iba a ser increíble, un sinfín de sucesos que me llevarían a un lugar donde pudiera aprender lo necesario para tener una existencia acorde a mis expectativas, mis reglas, mis sueños. No podría explicar bien de qué forma me terminé sumergiendo en el hoyo del que siento que no he salido en 6 años y que me parece que nunca voy a superar. Siento tanta vergüenza por encontrarme donde estoy, haciendo lo que hago, en la situación en la que vivo. Jamás pensé que todo este tiempo transcurriría tan lento y tan tortuoso: honestamente creía hace 6 años que tomaba la decisión correcta al estudiar aquí, quedándome en mi casa. Pero ni mi increíble carrera, ni mis buenas notas, nada justifica todo lo demás; nada importa, nada tiene valor o sentido. Hago intentos conscientes por mentalizarme que todo es temporal, que el fin está cerca. Leo libros, tomo medicinas, salgo a distraerme, pero no importa: tengo una imagen tan clara de dónde debo estar y me siento tan impotente al ver que tengo 23 años y sigo sometiéndome y aguantando como cuando tenía 15 o 16. Es injusto que personas que sí desean vivir se esfumen de maneras ridículas o accidentales cuando yo cargo la vida como ese peso del que no me logro liberar. Sin pensarlo un instante ofrecería cambiar de lugar si estuviera en mi poder. Así que no veo la utilidad de mi presencia ese día. No veo la utilidad de mi presencia en ninguna parte. Quisiera esfumarme y nunca volver a aparecer.
Siempre he pensado (talvez por ignorancia o por prejuicio) que ese tipo de reuniones unicamente propician el descaro de presumir tus logros, sacandolo en cara a los demas... o definir cual es el peor miserable de la clase...
ReplyDeletedicen que el orgullo no es grandeza, sino hinchazon... dime de lo que presumes y te dire de lo que careces...
El verdadero profesional no necesita disfrazar, con un monton de aplausos su mediocridad...
juuu sali duro... solo es mi opinion...
veo que vos podes poner reproductores en tus escritos... lo intente pero no pude... :-P asi que pido ayuda jejeje... no se si solo se pone el enlace que aparece, o se coloca algun codigo para q aparezca el reproductor...
hay un cafe pendiente acordate...
Ey, jeje, el jueves es la reunión de mis ex-compañeros de colegio, he tenido los mismos conflictos, no quiero ir porque de hecho me averguenza ir, no es por presumir pero siempre me consideré de los alumnos más prometedores de mi generación, pero terminé estudiando una cosa, gustándome otra y sintiéndome atrapado en mi mini-vida, eso es un poco vergonzoso, honestamente. El lado frivolo, me visto mal, sigo siendo torpe y medio adormitado constantemente, no tengo nada que presumir así que decidi no ir.
ReplyDeleteSobre lo demás, siempre hay oportunidad para cambiar, para mejorar nuestro contexto, estoy 95% seguro de que con mucho esfuerzo, dedicación, entrega y disciplina todo es lograble, nunca es tarde.
Nocturno tiene razón, para eso sirven ese tipo de reuniones. Ocasionalmente veo a mis compañeros, raras veces tenemos reuniones de ese tipo y no sé qué habrá sido de ellos. En el fondo aunque, como se dice comunmente, ellos ya tienen su vida resuelta; yo me siento muy bien por la decisión que tomé hace no mucho tiempo, para mí no valía la pena seguir esforzandome en algo que no amaba realmente. Sólo necesitas "esperar y confiar" como decía Alejandro Dumas, que tu carrera sea un instrumento para realizar lo que realmente deseas; aunque en el fondo se vea dificil.
ReplyDelete