09 May 2010

Mi último día con Arquímedes

Realmente que los animales son muy inteligentes. Ya para su tercera noche, Arquímedes manejaba a la perfección el fino arte de escaparse de la jaula. De hecho, pasó todo el día prófugo, escondido en algún lado de la casa. Llegué esa tarde para darme cuenta de la angustia de mis padres, hasta que el búho sinvergüenza apareció en la mesa de comedor, a la hora de su cena, esperando comer. Para ese entonces ya ni se le intentaba poner en su jaula, comió tranquilamente en libertad. De allí se puso en mi mano un buen rato en el que anduvimos deambulando. Hasta se dejaba acariciar. Cuando ya me tocó mi turno de cenar, lo puse en la parte alta de un mueble, su lugar favorito, donde nos observaba a todos en nuestros quehaceres. Cuando ya era hora de apagar la luz y dejarlo solo, empezó a cantar. Estuvo volando de mueble en mueble y cantando, como nunca antes lo había hecho mientras estaba encerrado. En la mañana, salía de su escondite entre las maquetas para saludar a aquel que se había levantado. Luego se volvía a refugiar. Esa noche tuve la desgracia de ponerme a investigar sobre el cuidado de los búhos y descubrí que no son precisamente animales susceptibles de convertirse en mascotas. Requieren de cuidado especializado, sus instintos salvajes nunca desaparecen realmente y necesitan de un lugar muy amplio para volar. Sería muy egoísta de mi parte quedármelo y negarle la vida que siempre tuvo que tener sólo porque yo quiero tener un animalito. Y nosotros no estamos en capacidad de darle el hogar que merece... Así que Arquímedes fue llevado al departamento de Biología de la UNAH, donde fue asignado a un alumno de la carrera de Biología, quien lo va a alimentar, le va a enseñar a cazar y eventualmente va a ser liberado en algún bosque.

Tengo que decir que lo extraño mucho; siento que él ya se estaba acostumbrando a su nueva vida y era un animalito precioso y muy listo, pero me consuelo con la esperanza de que donde está seguramente lo están tratando muy bien y que eventualmente va a poder regresar a su verdadera vida en libertad, de donde nunca debió haber salido. No había nada más triste que verlo encerradito en la jaula, me encanta que haya aprendido a salirse de ella. Por lo menos lo conocí y ahora sí sé qué se tiene que hacer cuando se encuentra a un pajarito de estos, extraviado.

Si alguien conoce a estudiantes de Biología, o si logra tener noticias de él allá en la Autónoma, me encantaría saber si está bien.

2 comments

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  2. q bonito vo, en serio... me voy a dar una pasada uno de estos días pa' ver como le va... :)

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