No es casualidad que el arquitecto que nos revisa el segundo proyecto de Diseño (un centro de visitantes en San Juancito) haya aparecido en cierta producción fílmica hondureña, en el papel de un profesor que envía a sus alumnos a un pueblo perdido, donde los esperan miles de tribulaciones y en última instancia, la muerte. Las sospechosas similitudes nos persiguieron a los 7 viajeros, durante todo el recorrido por esta aldea a casi 20 kilómetros de Valle de Ángeles, y sólo se fueron acrecentando a medida que pasaba el tiempo. En el cruce a Santa Lucía, mientras pasábamos junto a la casa a la orilla de la carretera, construida en adobe, de un arquitecto de la facultad, empezamos a escuchar un ruido extraño, y cuando se alejó la carcacha vieja que nos perseguía, supimos que era nuestro carro. Se había punchado una llanta.
Moisés no andaba llave de tuerca, así que fuimos en peregrinación a la casa del arquitecto a pedirle una. Pero extrañamente, la llanta de repuesto que había sido revisada el día anterior, hoy casi no tenía aire por que su boquilla estaba defectuosa. El dueño de la casa frente a la cual quedamos varados, se ofreció a llevar a los machos del grupo a un lugar donde pudieran echarle aire temporalmente. Continuamos hasta Valle donde repararon las dos llantas. Por alguna extraña maldición, el instante en que nos subíamos al carro, uno de mis compañeros se mareaba y yo me dormía.
Llegamos al Rosario, dos kilómetros después de San Juancito, una aldea donde vivieron todos los gringos dueños de las minas que hicieron ese cerro una de las zonas más importantes de su época. Cuando las cerraron, ese lugar murió por completo, y ahora el Rosario es un ecoalbergue para los visitantes de La Tigra.
Llegamos al Rosario, dos kilómetros después de San Juancito, una aldea donde vivieron todos los gringos dueños de las minas que hicieron ese cerro una de las zonas más importantes de su época. Cuando las cerraron, ese lugar murió por completo, y ahora el Rosario es un ecoalbergue para los visitantes de La Tigra.
Pero se pueden visitar por fuera las minas, ya sea en los senderos del parque, o en la aldea.
Las casas del Rosario son todas en madera, agringadas, pero muy bonitas. Tomamos miles de fotos, y algunos entraron a las casas en ruinas, pero tuvieron que salir huyendo de un enjambre de abejas africanas diabólicas que el guía del albergue nos había advertido que íbamos a encontrar.
Pudimos ver la primera embajada de los Estados en nuestro país.
Ya en San Juancito, la maldición nos perseguía: sólo había un comedor, con pollo de mala muerte. Esperábamos ver construcciones coloniales, pero en realidad no hay mucho que resaltar. Lo más interesante que existe ahora son las ruinas de la primera central hidroeléctrica de Centro América,
una tienda de souvenirs dentro de un bus, souvenirs que hacen en un taller bien bonito.
Escogimos un terreno para nuestro proyecto. Tendremos que imaginar que esa casa derrumbada desaparece.
Es muy curioso como ese pueblo parece abandonado, pero la gente está muy orgullosa de su historia y hasta de lo que es en la actualidad. Hay una fundación San Juancito para adultos, y una para jóvenes. Nuestro proyecto, que sería el primer lugar que visitarían las personas al llegar a él, funcionaría como un mini museo para que la gente entienda lo que está a punto de ver, y tiene mucho potencial.
El regreso fue digno de cualquier película de terror: Angel venía mareado, y todos en su celular tienen fotos mías en las que aparezco profundamente dormida, con la boca abierta.
Una buena solución para evitar esas fotos es ponerse un pañuelo o algún tipo de manta en la cara :P; que fatal todo ese relajo con el carro, yo digo que el arq de la clase tuvo algo que ver.. demasiada coincidencia diría yo.
ReplyDeleteWowz, no me sabía que la 1era central hidroeléctrica estaba allí; interesante todo lo que uno pasa por alto. (hey... vi una chica guapa de rosado frente a lo que parece un pozo, o es la entrada de una mina? Igual, hay una chica guapa en esa foto...)
El terreno se mira buenísimo, pero ya veo esa terracería prolongándose sobre donde antes estaba esa casita que ya le sentenciaron su destino.
quien andaba de rosa_? estoy quedando daltonico!!!!! supongo q es marce. el lugar esta bueno...pq no le hicieron cosas malas a la embajada yankee? un poco de buen vandalismo no lastima a nadie...
ReplyDeleteun abrazote...lindas pics!!!
as i read it i expected at any moment the description of a psycho coming out of the bushes with an axe or a chain-saw, or someone kidnaping you and your friends and making statues of you. the way you wrote this was great and fun-to-read you're a hell of a writer, i even go scared of the bees!
ReplyDeleteQué divertido!!! Él lunes fui a ese mismo lugar... Mi papá, quien a saber qué bicho le pico, decidió llevarnos a Sonia y a mí a un recorrido por esos lugares. Llegamos a parar en San Juancito a saber por qué... jajaja simplemente porque mi papá quería saber hasta dónde podíamos llegar con el carro. :D jajaja
ReplyDeleteMe gustó la penúltima foto.
ReplyDeleteDe acuerdo con los dos primeros comentarios, salís muy bonita en la foto.
Gracias por la referencia a la pelicula: Almas de la Media Noche. Infelizmente no tiene nada que ver lo que les paso con el carro y lo que les mandé a levantar para el segundo proyecto. Las fotos realmente están buenas.
ReplyDeleteMe gusto su blog marcela. Atte. LE