Tengo una fascinación anormal con los comienzos. No puedo evitarlo: me aburro rápido y necesito intentar algo nuevo. Cuando algo me gusta me empapo de esa cuestión hasta la saciedad, hasta exprimir su última gota de vida, para seguir con otra cosa después. Puedo encontrar múltiples conocidos que confirmen mi testimonio.
Quisiera decir que me molesta, que me hace incómoda la vida, pero no es así.
Con las personas es un poquito diferente: únicamente por que guardo mucha distancia. Hay tantas estupideces que no cometo por que cuando te involucras con una persona, hay una serie de conexiones con son imposibles de ignorar. Mi prima me aconsejaba tener muchas relaciones mientras esté joven, por que después se ve mal estar mayor y tratar de recuperar el tiempo perdido. Pero yo soy incapaz de tomarme las cosas tan a la ligera: ella salta de un tipo a otro, y sus experiencias se convierten en anécdotas divertidas que contar en reuniones familiares. A veces deseo ser así, que todos esos tipos que alguna vez quise no fueran esa carga que no logro sacudir, ese horrendo estándar con el que juzgo a los demás. Sufro de miopía emocional, y sí, le doy importancia a cosas que otros consideran insignificantes, pero tengo derecho a que nadie me cuestione al respecto.
¿Será que alguna vez dejaré de sentir dudas? He aprendido a vivir con ellas, a no sentir que son señales, por que las cosas generalmente salen bien a pesar de su existencia, pero me paralizan en ciertos aspectos en los que estoy convencida en que no va a valer la pena mover un dedo hasta que aparezca una razón que trascienda todas las objeciones que yo pueda hacer. Supongo que algún día también me voy a aburrir de pensar así, y voy a lanzarme a la primera posibilidad que se ofrezca, sin pensar, y con posibles resultados desastrosos, pero con mucho aprendizaje. (Oh, maldición, ya he hecho eso también.)
Quisiera decir que me molesta, que me hace incómoda la vida, pero no es así.
Con las personas es un poquito diferente: únicamente por que guardo mucha distancia. Hay tantas estupideces que no cometo por que cuando te involucras con una persona, hay una serie de conexiones con son imposibles de ignorar. Mi prima me aconsejaba tener muchas relaciones mientras esté joven, por que después se ve mal estar mayor y tratar de recuperar el tiempo perdido. Pero yo soy incapaz de tomarme las cosas tan a la ligera: ella salta de un tipo a otro, y sus experiencias se convierten en anécdotas divertidas que contar en reuniones familiares. A veces deseo ser así, que todos esos tipos que alguna vez quise no fueran esa carga que no logro sacudir, ese horrendo estándar con el que juzgo a los demás. Sufro de miopía emocional, y sí, le doy importancia a cosas que otros consideran insignificantes, pero tengo derecho a que nadie me cuestione al respecto.
¿Será que alguna vez dejaré de sentir dudas? He aprendido a vivir con ellas, a no sentir que son señales, por que las cosas generalmente salen bien a pesar de su existencia, pero me paralizan en ciertos aspectos en los que estoy convencida en que no va a valer la pena mover un dedo hasta que aparezca una razón que trascienda todas las objeciones que yo pueda hacer. Supongo que algún día también me voy a aburrir de pensar así, y voy a lanzarme a la primera posibilidad que se ofrezca, sin pensar, y con posibles resultados desastrosos, pero con mucho aprendizaje. (Oh, maldición, ya he hecho eso también.)
¿Te sentís desesperada?
ReplyDelete"Sufro de miopía emocional, y sí, le doy importancia a cosas que otros consideran insignificantes, pero tengo derecho a que nadie me cuestione al respecto"
ReplyDeleteEl derecho es tuyo, siempre que no perjudique a otros.