28 December 2006

to our grandma's house we go...

El secreto de una placentera estadía en Olancho son dos libros de ficción, uno de arquitectura, una Vogue, el diario y un excelente repelente de zancudos con olor a fruta tropical.
Aunque confieso que no he ocupado mucho mi equipo de emergencia. Llámenme el Llanero Solitario, hoy anduve a caballo. Yo soy el cliché de una criatura citadina completamente inútil e incapaz en un ambiente rodeado de árboles y aire puro, pero logré sobrevivir cuando fui practicamente lanzada encima del animal, para llevar a mi primo a pasear. Después anduve yo sola y me enfrenté a una manada de caballos salvajes y a otra de ganado que se nos atravesó en el camino. Llegamos a un río, que resulta que conocí en mi infancia, pero no lo recordaba. Fue una experiencia trascendental estar aislada en un lugar tan precioso.
Mis tíos y sus hijos de 12 y 9 años están conmigo en casa de mi abuela. De repente me siento sabia y experimentada rodeada de tanta juventud. En mi ingenuidad tenía la impresión que cualquier ser menor de 16 años sólo se expresaba en onomatopeyas, pero estos niños son divertídisimos, leen y conversan de todo tipo de cosas. Si no fuera por que estaba en inglés anoche hubiéramos visto "El cubo cero" juntos.
Viajar en estas fechas es obsceno, fue toda una experiencia. Fueron de esos momentos en los que me doy cuenta que a pesar de ser una niña mimada y burguesa, el día que me toque estar por mi cuenta no me va a ir tan mal. Habían tantos pasajeros que tuve que hacer fila por horas para comprar el boleto. Cuando estaba a dos personas del dependiente me doy cuenta que no tiene cambio. Ser independiente requiere en ocasiones tener fe en que los extraños no te van a robar la maleta y van a respetar tu turno en la fila. Salí a comprarme un refresco y volví con mi cambio. Después otra fila para meter las maletas y otra para abordar. Son las únicas ocasiones en las que me arrepiento por no tener un ipod. Ya instalada en mi asiento lucho con todas mis fuerzas para no sucumbir al sueño. Es una regla de seguridad básica a la hora de viajar solo. Pero me he desvelado tanto en estas vacaciones que me duermo en cualquier lugar en el que permanezco inmóvil por más de 15 minutos. Como no tuve el asiento de la ventana mi panorama consiste en dos señoras a mi lado y el montón de niños con sus padres que me rodean. No es de extrañar: la música es deplorable. Abrazo mi peluche y mi cartera y me duermo profundamente.
Me convenzo de mi excelente decisión de huir de la ciudad cuando recibo una llamada de la madre de los niños a los que les doy tutorías, que quiere llevármelos esta semana. Ojalá aparezca algún trabajo que no me obligue a estar esclavizada en mi casa esperando a esos tres terremotos humanos. La señora me pregunta si puede llegar con ellos el lunes, que yo ya voy a estar de regreso: "¡Pero el lunes es primero de enero!" "¿Y usted va a estar desvelada?"
Vivan los pueblos lejanos.

2 comments

  1. definitivamente vivan. lo mejor es dejar la ciudad un tiempo. yo cuando iba a orocuina, choluteca; me moría del aburrimiento, pero me desenchufaba. no hay nada como saber q todos te van a decir "ahhh...vos sos el hijo(a) de fulano verdad" jijiji enjoy!

    ReplyDelete
  2. Anonymous8:05 PM

    La verdad es facil juzgar la vida de los demas cuando no se esta en ella es facil decir que detestamos la ciudad cuando la mayoria de nuestro tiempo la pasamos ahi y cuando una salida al campo o a otra ciudad nos relaja y nos hace olvidar por un momento la vida que llevamos. Pero si vivieramos en el campo igual seria desearimos salir de ahi para encontrar otro lugar donde poder encontrarnos a nosotros mismos o donde pudieramos desaparecer y donde nadie nos conociera, y que si al regresar a los origenes de nuestros padres nos preguntan si somo hijo(a) del tal o cual es parte de nuestra historia, y la verdad la unica razon por la que buscamos salir es para escapar de nosotros mismos y buscar algo distinto que nos haga sentir que podemos volver a empezar o que por un momento no estamos forzados a hacer las cosas que sabemos que debemos hacer, pero con el tiempo nos damos cuenta que nos acostumbramos al lugar donde estamos y queremos igualmente salir de el...

    ReplyDelete