Las dificultades económicas de ese período no les permitieron construir lo que realmente querían, por lo que las escenografías de obras de teatro y películas sirvieron como una fuente de trabajo en esa época, además del refugio que representó la especie de logia que Bruno Taut creó con colegas simpatizantes (los hermanos Luckhardt, Hans Schauroun, Max Taut, Walter Gropius, Hermann Finsterlin, entre otros) llamada la Cadena de Cristal, nombre que fue inspirado por el libro “Arquitectura de Cristal” del poeta Paul Scheebart, un colaborador del grupo que tuvo gran influencia en este movimiento. En esta fraternidad intercambiaban cartas y dibujos de sus propuestas, que se dice parecen ilustraciones del libro que enuncia: “La superficie de la Tierra cambiaría considerablemente si la arquitectura de ladrillo fuese desplazada de todas partes por la arquitectura de cristal. Sería como si la Tierra se enjoyase y vistiese de esmaltes y diamantes”. El uso del vidrio fue entonces lo más importante, ya que era el medio por el que querían vincular el edificio con el entorno.
Las propuestas de estos arquitectos eran edificios con líneas cóncavas, convexas, domos: por ejemplo, el Pabellón de Vidrio que Taut mostró en la Exposición del Werkbund,
o el Gran Teatro de Hans Poelzig.
Una de las construcciones expresionistas más representativas es la Torre Einstein de Eric Mendelsohn.
Otras influencias de este movimiento fue el pensamiento de Friedrich Nietzsche, que abogaba por el rechazo a la burguesía y a la historia, y la oposición del individuo frente a la sociedad: Bruno Taut se inspiró en el retiro a la montaña narrado en “Así habló Zaratustra” para su obra “Arquitectura alpina”. Las investigaciones de Sigmund Freud y Karl Jung, impulsaron a Hermann Finsterlin a tomar ideas de la exploración del inconsciente y de los sueños.
Para 1925 el movimiento expresionista había perdido fuerza, y muchos arquitectos siguieron por una línea llamada “Nueva Objetividad”, con formas más ortogonales, regulares, renegando de sus raíces emotivas. Más tarde el expresionismo sería tildado de arte degenerado por los Nazis.
En la actualidad, uno de los practicantes del Neo Expresionismo es el arquitecto Santiago Calatrava, que prácticamente encarna el ideal Renacentista de arquitecto, ingeniero y artista a la vez. Su formación profesional es impecable: asistió a la escuela de Artes y Oficios de Valencia desde los ocho años, después de secundaria entró a la escuela de Bellas Artes de París, estudió arquitectura en Valencia, y obtuvo su doctorado en ingeniería en el instituto de Tecnología Federal de Suiza. Irónicamente, su mayor inspiración es Le Corbusier, en vez de sus predecesores expresionistas. Es famoso por sus conceptos orgánicos y aerodinámicos, muchas veces inspirados en sus estudios de la figura humana y sus propias esculturas.
Si bien tiene edificios importantes como los que hizo en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias en Valencia, o la extensión del Museo de Arte de Milwaukee, él considera que los puentes son hoy en día culturalmente más relevantes que los museos, puesto que son accesibles para todos.
Si hay una moraleja que puede extraerse de todo este movimiento, es que no sólo puede existir la arquitectura puramente funcional, racional, objetiva: los conceptos utópicos, que dan predominancia a los sentimientos equilibran la balanza, pero deben existir condiciones políticas y económicas favorables para que estas construcciones sean realizables. Somos privilegiados por vivir en una época en que puedan darse obras como las de Calatrava, que dudosamente se verá en la necesidad de cambiarse a un estilo más austero y tradicional, porque sólo pudo dar rienda suelta a su imaginación en dibujos y pinturas.
Maldito Calatrava...
ReplyDeletehabra posibilidad de que en un futuro me podas diseñar mi casa Marce, deconstructiva o expresionistamente, o combinacion de ambas?
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