Supongo que no puedo poner de forma impune la caricatura del post anterior sin justificar razonablemente que en realidad veo mucha tele. Demasiada tele. ¿Cómo es posible que una estudiante de arquitectura en su último año tenga tiempo para estudiar teoría, trabajar en miles de planos, reunirse en grupo para calcular presupuestos y todavía ver tele? Señores, los alcances de la voluntad humana desafían los límites del tiempo y el espacio.
Pues voy a hablar sobre las series y programas más recientes que me acompañan a la hora de cenar o en mis noches solitarias de trabajo.
- Gossip girl
Hay varias razones para ver esta serie: primero, ya cancelaron Gilmore Girls, y nos quedamos sin nada decente que ver en el CW. Segundo, cancelaron The O.C., y esta serie es del mismo creador, el productor más joven de toda la historia de la televisión norteamericana, que en sí es un gran logro. Tercero, la serie está basada en una serie de libros para adolescentes de una escritora neoyorquina de la alta sociedad que relata sus historias de la vida real. Pero la verdadera razón para ver esta serie es porque la ropa que usan es bonita. Ya, lo dije.
- Pushing daisies
Las publicidades melosas no la hacen justicia: juré nunca ver esta serie, pero la semana pasada coincidió con la hora de mi cena, un jueves, un día que se quedó sin algo relevante, y no tuve otro remedio. Pero desde el primer instante uno queda fascinado. Se supone que es una combinación de películas de Tim Burton con el estilo visual de “Amèlie”, como un cuento de hadas para adultos. Se centra en la historia de un tipo que tiene el poder de revivir muertos con un primer toque, con el segundo les quita la vida permanentemente. Como la pastelería de la que es dueño está al borde de la quiebra, se ve forzado a emprender una segunda carrera: caza-recompensas. Revive a los muertos, les pregunta quién los mató y cobra el botín. Pero un día le toca revivir a la niña que le gustaba cuando ambos estaban pequeños… lo que significa que no la puede volver a tocar por el resto de su vida. La serie está muy bien escrita, es divertidísima, y tiene un cierto aire melancólico que no le permite caer en lo cursi. Es completamente diferente al resto del panorama televisivo contemporáneo, muy refrescante.
Las publicidades melosas no la hacen justicia: juré nunca ver esta serie, pero la semana pasada coincidió con la hora de mi cena, un jueves, un día que se quedó sin algo relevante, y no tuve otro remedio. Pero desde el primer instante uno queda fascinado. Se supone que es una combinación de películas de Tim Burton con el estilo visual de “Amèlie”, como un cuento de hadas para adultos. Se centra en la historia de un tipo que tiene el poder de revivir muertos con un primer toque, con el segundo les quita la vida permanentemente. Como la pastelería de la que es dueño está al borde de la quiebra, se ve forzado a emprender una segunda carrera: caza-recompensas. Revive a los muertos, les pregunta quién los mató y cobra el botín. Pero un día le toca revivir a la niña que le gustaba cuando ambos estaban pequeños… lo que significa que no la puede volver a tocar por el resto de su vida. La serie está muy bien escrita, es divertidísima, y tiene un cierto aire melancólico que no le permite caer en lo cursi. Es completamente diferente al resto del panorama televisivo contemporáneo, muy refrescante.
- Californication
Todos los días me levanto y me asalta la misma angustia: ¿Por qué no había visto antes “Californication”? ¿Qué pasaba por mi cabeza? Para aquellos tres pelados que alguna vez vimos la malograda y deprimente “Huff”, estamos familiarizados con el tono adulto y suicida que pueden tener algunas historias. Que sean subidas de tono, tampoco es novedad. Pero aquí sale David Duchovny!!! De Mulder a Hank Moody, tengo que confesar, no hay un gran trecho: sigue siendo sombrío, serio, con aquel aspecto de una pereza que ninguna dosis de cafeína puede disolver. Pero ahora es escritor y tiene sentido del humor.
Todos los días me levanto y me asalta la misma angustia: ¿Por qué no había visto antes “Californication”? ¿Qué pasaba por mi cabeza? Para aquellos tres pelados que alguna vez vimos la malograda y deprimente “Huff”, estamos familiarizados con el tono adulto y suicida que pueden tener algunas historias. Que sean subidas de tono, tampoco es novedad. Pero aquí sale David Duchovny!!! De Mulder a Hank Moody, tengo que confesar, no hay un gran trecho: sigue siendo sombrío, serio, con aquel aspecto de una pereza que ninguna dosis de cafeína puede disolver. Pero ahora es escritor y tiene sentido del humor.
- The Hills
Mtv provee un servicio extremadamente caritativo al poner en internet los episodios nuevos de las series, mucho antes de que lleguen al tufoso Mtv latino. No sé qué sería de mi vida si no supiera semana a semana en qué andan las niñas más superficiales pero igualmente fascinantes que alguna vez he visto. Está de más decir que yo soy “Team Lauren”, y que si alguna vez me encuentro a Heidi en la calle le tiraría a la cabeza cualquier cosa que tenga a mano. ¿Qué tiene de especial esta serie? Este es un vistazo al otro lado del espejo, a la realidad alterna que sería haber nacido de forma privilegiada en los Estados Unidos, lejos del Hoy no circula, de los baños portátiles en la Unah, lejos del patriarcado machista. Me sentiría culpable si realmente no hubiera tanto que quisiera bloquear.
- Rock of love
A estas alturas de la civilización, deberíamos de estar hastiados de los reality shows de competencia, donde cada semana eliminan a un concursante, en una ceremonia toda pomposa, en la que tratan de lograr que una catch-phrase ultra ridícula tipo Donald Trump se pegue en nuestro vocabulario, de verdad humanidad, deberíamos de estar hastiados. Entonces no me explico cómo es posible que el horroroso, anciano, maquillado y rojo (literalmente) Bret Michaels, ex vocalista de Poison (huh?), sea absolutamente esencial en cualquier agenda televisiva que se respete. De la misma franquicia de VH1 que nos trajeron al detestable Flavor flav, y después a su contraparte femenina igualmente asquerosa, New York, llega a nosotros un programa del tipo “Bachelor” donde todas las mujeres muestran sus mejores atributos para tener una oportunidad de quedarse con un músico de los 80s en peligro de extinción. Lo pseudo diferente de esta serie es que las mujeres son rockeras, pero aquí se trata de redimir a las groupies. Una simple groupie sólo se hubiera metido a la fuerza a su cuarto, consigue lo que quiere y escribe al respecto o hace una estatua de la estrella en cuestión. Una groupie no pasaría por el intricado y humillante proceso de verse en manada junto a otras mujeres sin trabajo, poca autoestima, muchos tatuajes y una monumental capacidad de beber.
Mtv provee un servicio extremadamente caritativo al poner en internet los episodios nuevos de las series, mucho antes de que lleguen al tufoso Mtv latino. No sé qué sería de mi vida si no supiera semana a semana en qué andan las niñas más superficiales pero igualmente fascinantes que alguna vez he visto. Está de más decir que yo soy “Team Lauren”, y que si alguna vez me encuentro a Heidi en la calle le tiraría a la cabeza cualquier cosa que tenga a mano. ¿Qué tiene de especial esta serie? Este es un vistazo al otro lado del espejo, a la realidad alterna que sería haber nacido de forma privilegiada en los Estados Unidos, lejos del Hoy no circula, de los baños portátiles en la Unah, lejos del patriarcado machista. Me sentiría culpable si realmente no hubiera tanto que quisiera bloquear.
- Rock of love
A estas alturas de la civilización, deberíamos de estar hastiados de los reality shows de competencia, donde cada semana eliminan a un concursante, en una ceremonia toda pomposa, en la que tratan de lograr que una catch-phrase ultra ridícula tipo Donald Trump se pegue en nuestro vocabulario, de verdad humanidad, deberíamos de estar hastiados. Entonces no me explico cómo es posible que el horroroso, anciano, maquillado y rojo (literalmente) Bret Michaels, ex vocalista de Poison (huh?), sea absolutamente esencial en cualquier agenda televisiva que se respete. De la misma franquicia de VH1 que nos trajeron al detestable Flavor flav, y después a su contraparte femenina igualmente asquerosa, New York, llega a nosotros un programa del tipo “Bachelor” donde todas las mujeres muestran sus mejores atributos para tener una oportunidad de quedarse con un músico de los 80s en peligro de extinción. Lo pseudo diferente de esta serie es que las mujeres son rockeras, pero aquí se trata de redimir a las groupies. Una simple groupie sólo se hubiera metido a la fuerza a su cuarto, consigue lo que quiere y escribe al respecto o hace una estatua de la estrella en cuestión. Una groupie no pasaría por el intricado y humillante proceso de verse en manada junto a otras mujeres sin trabajo, poca autoestima, muchos tatuajes y una monumental capacidad de beber.
Las pruebas que inventa el señor Michaels para separar a las que pueden estar con él de las que la Madre Naturaleza sí consideraría aptas para la perpetuación de la especie, son brillantes. Un día, para darles una probada de cómo sería la vida en las giras, las subió a un bus que daba vueltas en un estacionamiento, donde habían unas bancas que representaban diferentes ciudades, y de dos a dos, las chavas competían en concursos como “busca la uña de guitarra en un montón de basura”, “cámbiate de ropa en un baño portátil sucio”. ¿Por qué no ver una serie donde las chavas pelean entre ellas, se toman fotos casi pornográficas, Bret Michaels muestra sus ojos extrañamente delineados? De verdad que no me lo explico. Cuando supe que ya están pasando en los Estados la segunda temporada, respiré profundamente de alivio…
¡Buenísimo! Pucha Marcela, hace tiempo que no visitaba tu blog y qué agradable sorpresa ésta! No pude dejar de sonreír leyendo. ¿Pushing Daisies es de verdad buena? Al igual que vos yo también juré nunca ver esa serie pero ya viendo los demás programas que ves, definitivamente probaré, debo decir que odio Californication Y Gosip Girl, aunque nunca los he visto (lo mismo que con Pushing Daisies).
ReplyDeleteA mí también me gusta The Hills... y ya estoy dejando la vergüenza para admitirlo, tenés toda la razón con eso de ver qué pasa con ese tipo de gente que uno de ninguna otra forma podría llegar a conocer, y también yo estoy con Lauren jajaja
Y Rock of Love, ojalá que hoy se vaya Lacey, pero a mí me gustó Flavor flav! Y New York también!
Bueno, creo que me sobrepasé un poco, pero me gusta que pongás este tipo de cosas, en muchos blogs la gente trata de tapar todo eso para verse a otro ''nivel'' más alto.
Sí!! Estoy absolutamente convencida de que la única razón por la que Lacey sigue en ese programa es porque los productores (o será que Bret Michaels SÍ tiene una neurona en el fondo?) han detectado que ella es buen material para la tele, ella es la Omarosa del grupo.
ReplyDeleteDios, solita me doy color...
Un abrazo!!!
Qué genial este post!! Lástima que hay tantas cosas que yo no vea...
ReplyDeletebeh, dejen a Lacey en paz. Recuerden que: "Every roooose has it's thooorrn, just like every night has it's daaaaaaawn..." Jaja,yo sé que se la saben.
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