Sentada sobre un bloque, bajo el sol de las 3 de la tarde, viendo como funden una columna –sin bomba-, me pregunto si Zaha Hadid construye. Si la gran Zaha Hadid, una de las pocas mujeres súper estrellas en el mundo de la arquitectura contemporánea, pasa tardes enteras bronceándose y ensuciándose, aspirando polvos que son mezclas de cemento con tierra y discutiendo con albañiles que no saben cómo comportarse con ella porque todos sus jefes hasta ahora habían sido hombres y para ellos las mujeres son sólo esas cosas a las que decirles tonteras cuando pasan frente a la construcción, nunca están dentro de una. Me pregunto si incluso le tocará vestirse como una mujer musulmana en los países donde no es permitido mostrar la nariz siquiera: capas y capas de telas negras, en proyectos ubicados en países desérticos. Tal vez nadie tiene problemas con ella porque no es precisamente material de portada de revista. Me pregunto si cambiaría ser lo talentosa, famosa e influyente que es por tener el cuerpo de una modelo.
Ser la única hembra en un océano de machos es de esas cosas que pareciera que hago a propósito para tener algo de qué escribir, pero juro que fue pura coincidencia. Nunca me he sentido más mujer en mi vida que en estos días. A pesar que todo mundo es súper amable y los únicos albañiles que no me irrespetan son los de este proyecto, pareciera que todo se ha conjugado para recordarme que esto es una práctica, es temporal y no sería tan fácil si esto fuera un trabajo verdadero. Todo mundo habla de cómo la construcción es un oficio arduo y absorbente, sin horarios, de mucho esfuerzo físico y que en realidad nunca se termina: cuando todo mundo se ha ido a casa el contratista tiene que llevar el registro de las actividades, las facturas, las planillas, etc. Es un trabajo que no tiene lugar permanente; uno debe seguir las oportunidades donde estén y a veces no están en la ciudad; se tienen que buscar en el campo, en una montaña sin agua, en un barrio marginal infestado de mareros, en una carretera por la frontera con otro país. Y justamente la lejanía y los riesgos de esos lugares son los que desaniman a los dueños de las empresas a asignar como jefes de proyectos a ingenieras o arquitectas. Uno no va a estar con la familia y si tiene la fortuna de tenerla en la misma ciudad probablemente no tenga tiempo de disfrutar con ella, asumiendo que esta mujer en cuestión siente el llamado biológico de tener una. ¿Por qué siempre se asume que una mujer está programada para casarse y tener hijos y se percibe eso como algo negativo? ¿Por qué esto es un impedimento, tan siquiera mental, para que sea exitosa profesionalmente? ¿Por qué se asume que lo ventajoso en la vida es ser un macho sin ataduras y con fuerza física, en lugar de una criatura estéril y sin gracia, condenado a la soledad?
No entiendo cómo es que la vida sigue teniendo ese cisma cuando en la universidad todos y todas recibimos la misma educación: no hay arquitectura o ingeniería sólo para hombres o sólo para mujeres. Todo mundo asume que las niñas no se quieren ensuciar, no les gusta pelear y detestan contorsionarse atravesando cimbras, pero en realidad hay mujeres con la vocación de construir, de estar en el campo y que disfrutan ver una pared levantándose bloque a bloque. Tal vez yo no sea una de ellas, pero me da mucho pesar que todavía se me haga querer creer que no lo puedo hacer o que no me conviene serlo. Al final de cuentas esto es de alguna forma un trabajo automático: la parte artística se debería haber cumplido en el diseño, donde siento un llamado más intenso, lo que es lógico porque estudié arquitectura. ¿Entonces por qué el 99% de los arquitectos famosos e influyentes de todos los tiempos sólo han sido hombres? Como si las mujeres no pudieran pensar ni diseñar o no lo pudieran hacer al mismo nivel. ¿Y qué tuve que haber estudiado según la sociedad? ¿Cuáles son las carreras aptas para mujeres? ¿Trabajo social? ¿Enfermería?
Estos días he estado pensando seriamente en el mundo que me ha sido heredado por mis antepasados. Un mundo de crisis financiera, desempleo y destrucción ambiental. Pero nunca he dejado de pensar en el mundo que me heredaron las mujeres que me precedieron. Hoy me puse a hacer una prueba de resistencia del concreto y me costó un mundo tirar la mezcla recién hecha con la cuchara hasta el cilindro, pero no permití que me ayudaran. Sentía que más que caballerosidad era que por dentro se decían que no iba a ser capaz de hacerlo, y me pregunté qué diría mi abuelo, que me mandaba a costurar manteles en lugar de ayudarlo en el taller de carpintería, si me viera en ese momento. Probablemente pensaría que soy una ridícula que nunca va a llegar a hacerlo tan bien como un hombre y que por eso no debería intentarlo ni desperdiciar mi tiempo, y esa es justamente la razón por la que no puedo tener héroes masculinos o son muy pocos. Ellos lo dan todo por sentado y no han tenido que pasar por lo que no tiene que vivir todos los días, porque no se ha acabado, por lo menos aquí, y me pregunto si algún día se terminará. Me pregunto si se ha terminado para Zaha Hadid.
Lamentablemente sos de las pioneras que tienen que luchar para que se les valide. Hay que agradecer a las pioneras antes que vos, pero no por eso asumir que ya no es un problema presente, en especial en latinoamérica. Te felicito por tu valentía.
ReplyDeleteAhora bien, y esto lo digo por mi experiencia, y notá que te lo dice un hombre, en ocasiones aprender a ser modesto no es antónimo de hacerse un buen nombre. Si hay un trabajo forzado que otro puede hacer con menos dificultad que uno y vos podés dedicarte a hacer algo en lo que sós mejor que ellos no pueden (diseño, supervisión, control de calidad, detalles, etc.), yo no veo ninguna actitud mediocre en eso. Veo una distribución apropiada de recursos.
No creés que si hay por ahí un machista que piensa que sos inutil por que no hacés, seguiría pensándolo así lo hicieras? Los que piensan así de torcidos, así les tirés el mundo de evidencias encima, seguirán pensando eso... Ganar la batalla de la igualdad real consiste en que ustedes se crean lo capaces que son, como dice Christina Aguilera 'no matter what they say, words can't bring you down'.
Si no quieres sentir de una forma tan fuerte el conflicto de los géneros, por qué no probás actuar como alguien que no está sintiéndose aludido? Perdón, pero ya tu abuelo no está ahi, y aún si estuviera, no tenés que probarle nada a nadie. Sos brillante, inteligente, y todavía lo serás más y no dependerás de poder o no poder ensuciarte, o cargar algo pesado o algo así.
No que te diga que te conviertas en la vaguita, ni parásita, pero no permitas que una limitación, que cualquiera puede tener, desvalide lo que con tantas agalals has hecho antes. No es justo para vos misma.
Si podés hacer lo que querés, te admiro y te respeto. Pero si no podés, pero ni una micra de mi admiración a la persona y profesional que sos, será cuestionada...
Puede que hasta Zaha tenga que aprender de vos. Sos una luchadora.
un abrazo
dz
mmm posiblemente estes en un lugar donde nunca pediste estar... y talvez sea cierto el decir que tus antecesoras no dieron su cuota en el asunto...
ReplyDeleteLo cierto es que si estas ahi... algo podes aportar... pienso en aquellas grandes mujeres que alguna vez he conocido y creo que que todas estas mujeres han estado en alguna situacion parecida a la tuya...
habra que preguntarse ¿cuantas habran quedado en el anonimato? ya sea tanto que hayan o no hayan logrado su lucha...
creo que estas en el punto adecuado en donde podes competir contra "vos misma"... y superarte como persona, como mujer...
No sera facil, talvez encuentres muchos tropiezos, pero lo que si es que podras ser una pionera de esas de punta de lanza, que abre camino, que disfruta de primero...
Silvio dice... "me han estremecido monton de mujeres... mujeres de fuego, mujeres de viento, mujeres de nieve" talvez vos sos de esas mujeres que pueden estremecer a cualquier hombre... hay que aveirguarlo... aunque no tengo duda que si lo sos