17 March 2009

Vacaciones intelectuales

Tengo el privilegio de interrumpir el automatismo de la práctica por un taller de Curaduría de arte que va a durar toda esta semana. Es un placer en tantos niveles que no he podido dejar de hablar y pensar al respecto; todo lo que estoy leyendo suena en mi cabeza con la voz de la instructora, una cubana con un acento absolutamente exquisito. Enumero los disfrutes en orden creciente de intelectualidad: el taller es a las 9 de la mañana, lo que en teoría debería permitir que me levantara más tarde, pero prefiero ir en bus y caminar tranquila pensando que tengo mucho tiempo para llegar. Recorro una buena parte de la ciudad en ropa que no es holgada (estoy empezando a recordar que sí hay una cintura y unas caderas debajo de las camisas) ni tampoco está llena de lodo o cemento. Es una sensación tan increíble ir a un lugar que esté bien diseñado, en el que uno añora permanecer todo el día (así es cómo debería sentirse la arquitectura! Definitivamente no entiendo a la gente que se conforma con menos que eso). El curso es gratuito y a pesar de ello nos dan dos coffee-breaks, que resultan excelentes para estirar los músculos y platicar un ratito con los participantes, que es un grupo tan divertido. Hay literalmente de todo, desde artistas emergentes (gente joven con pelo largo), antiguos dueños de galerías, profesores de la carrera de Letras que quieren que vaya a dar una charla a cierta universidad privada (¿conferencista, yo?), profesores de Bellas Artes que me invitan a un café sin conocerme (siempre cargo un spray de pimienta, no hay de qué preocuparse), profesores de universidades privadas (que me hacen sentir alegre de haber estudiado en la pública), artistas consumados –algunos con los que sí me gustaría platicar pero me siento muy apenada de hacerlo-, y una terapeuta familiar española embarazada que me hace desear que yo me vea tan bien como ella cuando espere mi primera hija. Yo soy la menor de todos ellos, y me entretengo bastante con sus expresiones cuando les digo que tengo 23 años y ya terminé arquitectura (si supieran que no soy ni siquiera la más joven en haber sobrevivido a eso, aunque es rico sentir por una vez que sí tengo la vida por delante, especialmente en comparación). La maestra es una curadora y crítica de arte de origen cubano pero radicada en Costa Rica, muy entretenida y extremadamente interesante. Pierdo la noción del tiempo, el contenido de las charlas es tan fascinante.

El taller tiene como propósito esclarecer la definición y los roles de los curadores en el mundo del arte contemporáneo, pero nuestra profesora hace mucho hincapié en cómo estos se desarrollan en el contexto latinoamericano, donde la institución del arte está muy atrasada y no recibe el mismo apoyo o prioridad que en otros países. Todos los alumnos deberíamos pensar en un proyecto de curaduría que nos gustaría desarrollar, pero según todo lo que hemos estado aprendiendo este conlleva un proceso de investigación y una planeación muy importante. La idea fundamental es que el curador trata de desarrollar un tema y transmitir conocimientos al respecto, haciendo uso de ciertas obras que organiza de manera que conformen una narrativa coherente en el contexto en el que se inserta. Para ello debe haber leído la mayor cantidad de libros sobre el tema que pueda encontrar, debe conocer a profundidad a los artistas y a las obras, y debe tener una justificación sociológicamente relevante para convencer a las instituciones o a aquellos individuos que puedan interesarse en financiar, contribuir o asistir a la exposición. Es un ejercicio extremadamente creativo, tanto que no puedo evitar añorar ser la creadora en cuestión y no aquella que organiza a los creadores, porque esta es un arma de doble filo también: en algunos lugares el artista pasa a segundo plano, a merced de la legitimación de un curador.

El taller me ha servido para consolarme de no haber hecho nunca una muestra de mis obras pictóricas de juventud. Creo que me estaría muriendo de la vergüenza en retrospectiva si hubiera mostrado aquellos pobres cuadros a diestra y siniestra. Aunque tal vez todo hubiera salido bien y realmente la ignorancia nos haga ser más libres y temerarios (no lo creo). Pero sobretodo estos días han abierto mis ojos en muchos sentidos, en especial al mundo increíble en el que se mueve el arte (el arte en sí es otra cosa). Tengo tanto que leer, que estudiar y que aprender. Se siente un fuego, una emoción, ojalá pudiera experimentar eso todo el tiempo.

5 comments

  1. ¡Qué bien que estés en ese taller!

    ¿Qué profesores de letras están allí? tal vez conozco alguno. Me mató de risa lo del spray de pimienta, pero no sos la primera que me dice llevaría eso a una reunión con alguien de artes XD

    Mi experiencia en talleres es casi la misma, uno se viene a dar cuenta de que hay un desconocimiento sobre ciertos aspectos y la gente sale bien librada gracias a ello, como quizás también podría haber sido mi caso. Además es bonito conocer gente con diversas visiones e incluso las más nuevas y radicales.

    P.D: el problema aquel de mi CPU lo solucioné, gracias por tu ayuda.

    Saludos a todos.

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  2. Anonymous10:17 AM

    Una vez en tepaz participé en una muestra de pintura cuando pequeño, muuy infantil claro, es lo mas cercano que tuve con el arte, aparte de haber participado en concursos de poesias, cuentos e historias...todos de pequeño...era mas activo en esa rama, pero despues, ecatombe...crecí, no fue para dar continuidad, en lo absoluto jejeje pero bueno, me alegra que te la estes pasando chevere, disfrutalo a lo maximo Marcela.

    Al igualque Edmon, lo de la pimienta estuvo de lujo, cacahuate de risa. jejejeje

    Un fuerte abrazo y mis mejores deseos siempre.

    *Disculpame, ayer se me puso en la nuca el jefecito, y habia mucho trabajo... en otra ocasión nos parloteamos. Saludos Marcela. :)

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  3. Ojalá querrás compartir el proyecto que desarrolles en el curso. Siempre es interesante ver la pasión con la que asumís asignaciones...

    Un abrazo

    dz

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  4. Que bueno :D

    Sonreí con lo del spray también jaja.

    Estoy leyendo un libro, se menciona mucho "arquitectura" y siempre se me viene a la mente tu nombre jaja, será porque sos la única arquitecta que conozco :P

    pd: este no fue en otro post xD

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  5. Jajajajajajajaja, lo del spray es necesario!! Uno nunca sabe...

    Ahhh y fijate que el maestro se llama Miguel pero no recuerdo su apellido. Da clases de español ademas de algunas en la carrera de Letras. Te lo voy a describir por msn para ver si algún día lo encontrás.

    Muchos abrazos a todos!

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