31 March 2009

Todo lo que usted siempre quiso saber sobre la supervisión y nunca se atrevió a preguntar

Tradicionalmente se ha definido la supervisión como aquel ente que se encarga de verificar que la construcción se esté desarrollando de manera ordenada, segura para los empleados y los vecinos, que esté de acuerdo a los planos, dentro de los límites monetarios presupuestados y en el tiempo estipulado en el contrato. Pero yo ampliaría esa definición diciendo que es el fino arte de observar cómo otro hace el trabajo y buscar la manera de hacer creer que eso es un trabajo también. Tengo una amiga que pronto va a empezar su práctica de construcción y hace poco llegó una chava de parte de la constructora en el proyecto donde estoy (por 2 semanas nada más, es de una universidad privada), por lo que ha llegado el momento de compartir un poco de esa sabiduría duramente adquirida bajo el sol. Hablaré desde los límites de mi subjetividad, es decir sólo de la supervisión, pero creo que hay algunos principios universales aplicables para cualquier novato que va a trabajar por primera vez en una obra.


Lo primero es obviamente aprenderse los nombres de los ingenieros, maestros de obra, jefes carpinteros, jefes armadores, conserjes, aseadoras y dueñas de casetas y/o cafeterías cercanas. Mi amigo Isac tiene una grabadora digital que puede esconder en una bolsa de su camisa, pero el resto de los mortales tenemos que anotar los nombres de las personas, su puesto en el proyecto y una breve descripción -física o de su personalidad- en la agenda de cualquier colegio profesional que andaremos cargando de ahora en adelante sin falta, como si se tratara de la biblia en proceso de redacción. Las descripciones son algo así: “Beto, ayudante de maestro general. Ojos verdes, quiere parecer todo macho pero en el fondo ha de ser muy frágil por la forma en que da la mano”. Si hay serios problemas para recordar los nombres hay que utilizar las muletillas “Dale Carnegie”: “Beto: se esconde en el seto”. Lo importante es asociar rápidamente los nombres a las caras (y los primeros días hay muchos nombres), llamarlos correctamente desde el principio y llamarlos por su nombre siempre que se les salude para que sepan que uno los sabe identificar. Emily Post dice que cuando se nos ha olvidado el nombre de alguien que ya nos han presentado es de muy mala educación que se lo preguntemos, así que en caso de emergencia hay que pedírselo a otra persona. Siempre hay que tratar de presentarse con la gente nueva que uno vaya viendo porque sobran aquellos que faltaron a esa clase de buenos modales y no lo presentan a uno. Las descripciones mencionadas anteriormente tienen que escribirse en lápiz carbón en hojas inutilizables de la agenda porque en ocasiones esta se prestará para los informes diarios, si es que los hacen, y alguien se puede poner a revisar lo que uno ha escrito y no es recomendable que encuentre estas evidencias. En la agenda además se tiene que llevar un control diario y exhaustivo de las actividades que se están realizando en la obra, pero también de las visitas de otros ingenieros o autoridades del proyecto, los cargamentos de materiales recibidos, reuniones, documentos importantes que se recibieron en el día (pruebas de materiales, estimaciones firmadas, etc), actividades que uno ha realizado en el proyecto (desde leer documentos, revisar planos, ayudar con cantidades de obra, hasta presenciar cosas en las que uno no participa pero está aprendiendo cómo se hacen) y problemas encontrados en la obra, las sugerencias que se dieron y la forma en que se solucionaron. Esto ayuda más adelante para llevar continuidad de lo que se hace: cuánto se han tardado en cosas y en cuánto tiempo debieron hacerlo, asuntos por el estilo. Pero también va a ser útil para la elaboración del informe de la práctica, que es el comprobante de todo este tiempo invertido y la razón principal por la que tenemos que atravesar estas penurias. Hago hincapié en que la agenda debe ser de esas que distribuyen los colegios profesionales o las empresas a inicios del año porque el material de las carátulas es resistente contra el agua, el polvo y hasta el concreto, por lo que no va a haber problema en cargarla y ponerla sobre cualquier superficie.

El siguiente paso es conocer el proyecto. Hay una primera visita inicial, para conocer el punto en que uno agarró la construcción. Dependiendo de eso el guardarropa puede cambiar, pero en general si hay lodo y hay cemento es mejor ropa a la que uno no esté tan apegado y que se vea más o menos profesional. Recomiendo la ropa categoría 2: de más de seis meses de haberse comprado, de algodón, con mangas de cualquier tamaño. Nunca se deben andar los hombros descubiertos. Algunos albañiles encuentran esta parte del cuerpo ligeramente erótica y además la piel de los hombros se quema fácilmente. Las personas que vean su futuro en este ámbito del mundo del trabajo tienen que considerar seriamente invertir en unos burros, una alta y muy poco estética inversión pero desgraciadamente útil cuando hay presencia de clavos en el suelo. Supuestamente en las construcciones tienen que haber senderos para que circulen las carretas o muchachos con carga pesada: hay q aprender a identificarlos y a transitarlos. Los peores senderos son los de las losas de entrepiso, que conectan las vigas sin tener el resto de la losa construida por lo que uno está literalmente en el aire y expuesto a caídas. Es mejor hacer el ridículo agarrando la mano de alguien que caerse, recuerden que los practicantes no tenemos seguro médico. Como parte de la supervisión uno debería poder pedir que esos senderos sean seguros, pero la gente va a creer que uno es un novato y uno ya lo es, no se necesita proveerle más confirmación. Luego de la visita inicial se pasa a la lectura de documentos. En teoría una supervisión seria tiene todos los documentos importantes en la obra: contratos, especificaciones técnicas, plan de gestión de calidad, planos, fichas, etc. Uno debe leerlo TODO (menos las fichas, esas sólo en caso de consulta) varias veces. Las especificaciones técnicas especialmente. Según las actividades de turno se van subrayando o escribiendo aparte las indicaciones importantes para comprobar si se están cumpliendo. Y como todo buen juego, la supervisión tiene cheat codes: mi favorito es imprimir un plano en tamaño carta para andarlo en la agenda y llevar en él un control de las actividades. Por ejemplo, en mi caso yo estuve para la mayor parte de la cimentación del edificio, por lo que a cada elemento le escribía su fecha de fundición y según las especificaciones iba revisando si se desencofraban a tiempo o se curaban menos de lo debido. El supervisor siempre tiene que andar los juegos de planos grandes, pero el practicante debe andar los suyos también. En ellos se lleva un registro de la ubicación de pruebas de densidades de material compactado, para que al entregarse sus resultados uno sepa cuáles son las partes que hay que corregir. Uno gana el juego de la construcción si se anticipa a los errores propios del diseño; los planos muchas veces tienen equivocaciones o difieren unos de los otros, y es deber de la supervisión encontrarlos y prevenirlos. Es un deber y una buena distracción cuando no hay nada que hacer (que es muy seguido). Esta revisión puede hacerse con el método de la vieja escuela, viendo plano por plano, comparando constructivos con estructurales, con instalaciones, entre otros, pero yo tengo un mejor método: haciendo el dibujo en 3D del edificio. Es lento, pero uno realmente llega a familiarizarse con el proyecto y como es una construcción virtual se puede ir viendo con más claridad aquellas incoherencias casi inevitables del dibujo. Esto desde luego sólo es posible si la oficina de la supervisión cuenta con una computadora, aún más, con una buena computadora que soporte 3D. Si no van a tener que hacer como yo, que paso salvando en wireframe después de cada comando, que me he puesto a bajar el service pack 3, a pasar el Ccleaner a cada rato, no puedo tener otro programa ejecutándose y aún así me he tenido que acostumbrar a que los reinicios sean constantes.

La logística en la supervisión es de suma importancia: cómo resolver los asuntos de comida y posible (por no decir, inevitable) aburrimiento. Yo soy partidaria de las loncheras, pero esto me deja a expensas de los microondas, aunque honestamente, ya ni tengo inconvenientes en comer frío. Generalmente la gente cobra por el servicio de calentar, pero si cobran más de 5 lempiras es excesivo, yo pagaba 2. Hay que llevar galletas o dulces que sirven como postre, o para subir el azúcar cuando todavía no es hora de comer y uno muere del hambre. Para evitar dormir después de almuerzo hay que tomar café, mucho café, traído de casa para no seguir enriqueciendo a esos rateros de Espresso Americano. Si el café no es recomendado por asuntos de salud este es buen momento para empezar a tomar vitaminas. Tal vez se tiene la suerte de tener buenos restaurantes o cafeterías cercanas, pero si uno decide comer en las casetas frente a la construcción, puestos de hot dog, vendedoras ambulantes de jugo o cualquier lugar que no tenga una plancha de cemento en el piso y que esté directamente expuesto a la tierra hay que estar listo para desparasitarse inmediatamente se termine la práctica. Yo puedo decir que aquella horchata valió la pena por lo menos.

He aumentado mi lista de instrumentos que considero indispensables para la vida del trabajo: cepillo y pasta de dientes portátiles, gel antibacterial, brillo de labios, chapstick con protector solar, lentes de sol, reproductor de mp3 y dvds de series para el eventual almuerzo en solitario. No recomiendo libros porque generalmente la construcción es tan ruidosa que va a costar concentrarse y ningún libro merece recordarse con sonidos de sierras, mezcladoras o cargadoras. A pesar que sólo me quedan 4 días de las 350 horas hoy aprendí que debo escribir una lista de links que me gustaría visitar cuando todo mundo se haya ido a hacer mandados y lleven una semana en el mismo armado de la losa, dejándome en el más triste y provechoso de los aislamientos. El conocimiento nunca se detiene. Para despedirme, mi reflexión final es que uno siempre debe dar la impresión que ya ha visto todo para no parecer tan impresionable, joven e inexperimentado. Fingir hasta morir, o aprender.

3 comments

  1. Toda una joya este post, y sip, talvéz un poco tarde lo he leido, o vio laluz, m hubiera servido un poco en cuando a los consejos de superviviencia en campo, fuera de ello, se supo salir de la situación a lo mas primigenio, bueno, no recuerdo cómo, pero en todo caso que importa. Eeh los nombres, eterno problema, siempre me es difícil asociarlos...bueno también por la falta de practica he dejado de hacerlo (por cierto todavía tengo los folletos de Dale Carnegie).

    Me pregunto, ¿por casualidad no usaste alguna gorra, sombrero o similar para esos hermoso días soleados? uno de junco siempre caen cheveres para esas ocasiones.

    En verdad que una muy buena guia de sugerencias y ¿supervivencia?, similares a "A prueba de Todo", sip, encuentro similitud en ello solo que con tu distintivo y fino toque.

    Bueno, un abrazo Marcela y exitos :)

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  2. SANTA MARCE!!!! no sabes lo bien que me viene tu post, supuestamente mañana inicio en el campo (en pleno VERANO!!).... Aún me estoy acostumbrando a la idea de que tengo que olvidarme del aire acondicionado de la oficina y todavía no he comprado la agenda, ni ropa, ni nada!!! pero será lo primero en mi lista de cosas que hacer el sábado.... ahí t cuento ;)

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  3. Mucha suerte!!! Estoy segura que te va a ir muy bien, vieras a Scarlett en un edificio por el mall, Yanis fue a ver una fundición de losa adonde está. Te deseo lo mejor!!!!

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