Con los exámenes que se acercan quiero compartir los resúmenes que hago para mis clases (por lo que dejo claro que el contenido no es de mi autoría). Voy a comenzar con las clases del seminario “La imagen del poder religioso en la Edad Media”, impartida por Cécile Voyer. Me temo que no sé si seré capaz de transmitir lo excelente que es su clase, pero haremos el intento.
El propósito de la clase es mostrar cómo la Iglesia expresaba sus intenciones o su poder a través de imágenes. Estudiamos imágenes de algunos manuscritos y luego continuamos con las imágenes en iglesias. Es una excelente oportunidad para ver cómo en una imagen cada elemento tiene su significado, haciendo que el conjunto tenga un mensaje concreto.
La imagen es del Manuscrito latino 1, folio 423, conservado a la BNF. Pertenece a la primera Biblia de Charles le Chauve, también llamada Biblia de Vivien. Fue hecha en Tours, entre 845-851.
Luego que el padre de Charles le Chauve, Louis le Pieux, asesinara a Bernard d’Italie, los obispos lo obligan a arrepentirse públicamente. A partir de entonces comienzan nuevas relaciones de poder en la dinastía carolingia, y sobretodo una nueva reflexión sobre el poder de los obispos. Esto queda confirmado en el Concilio de Paris, en 829, donde se trata el tema de la función mediadora entre Dios y el poder temporal.
Charles le Chauve está sentado en un trono, de manera majestuosa. Está vestido con colores que generalmente están asociados a las imágenes de los Cristos en majestad: amarillo (como el oro) y el rojo. Lleva la corona carolingia.
A ambos lados del emperador se encuentran dos personajes que tocan el trono. Uno de ellos tiene los rasgos físicos del monarca. Los dos llevan prendas de la nobleza y una diadema. El hecho que tocan el trono muestra su relación al mismo: son los herederos, los hijos de Charles le Chauve. Al enmarcar el trono muestran la sucesión.
Al lado de los herederos hay dos soldados, vestidos como soldados romanos. A la derecha del rey el soldado está estático, representa la defensa. Del otro lado el soldado está en movimiento, representando la acción ofensiva. Ellos encarnan la misión militar del emperador: defender el reino, pero también expandirlo.
El trono es la expresión de la permanencia del poder. En el siglo III, en plena crisis política, las monedas se fabricaban con representaciones de tronos para dar a entender que a pesar de la sucesión de emperadores el reino persistía. El trono es más grande que el emperador: esto deja claro que la imagen no es una glorificación del emperador, él sólo es un ocupante del trono.
La cortina marca la frontera entre la zona divina y la humana. La mano de Dios abre los cielos para marcar la elección del emperador y las lámparas de aceite refuerzan la semántica de la luz.
Debajo del trono hay una asamblea. Tres monjes presentan, con las manos veladas, la Biblia a un laico, Vivien. Usan el velo porque el manuscrito es considerado la palabra sagrada, no es un libro con la Biblia escrita, es la Biblia misma.
De todos los obispos que se encuentran debajo del emperador ninguno de ellos mira al monarca. Unos conversan entre ellos, y dos miran a Vivien.
En los ángulos de la imagen hay dos personajes que presentan una corona al personaje central. Son Virtudes y su presencia simboliza que el poder necesita cualidades, virtudes. El fondo azul en que se encuentran estos personajes es el mismo del lugar donde están los obispos.
La imagen está compuesta en círculo, que es símbolo de perfección y está estructurada en tres partes. La zona celeste, con la mano de Dios; la zona del poder espiritual con las Virtudes y los obispos y la zona del poder temporal con sus obligaciones definidas: la sucesión, la defensa y la expansión del reino. La permanencia del reino es posible por la sucesión de la dinastía, son los hijos que dan estabilidad al imperio.
Charles le Chauve está enmarcado por el poder de Dios y el espiritual. Los obispos son los mediadores entre los hombres y Dios y tienen una moralidad absoluta, aún mayor que la del emperador, superioridad que les da su conocimiento de los textos divinos.
En el acuerdo de Coulaines, en 843, se definió que la permanencia del soberano está basada en su capacidad de asegurar la permanencia del reino por la autoridad de sus obispos. Es una realeza contractual.
En resumen, la imagen muestra que la autoridad moral enmarca el poder temporal y es una definición de lo que desean los clérigos.
Sería un eufemismo decir que el experimento de hacer las enchiladas mexicanas de mi madre estuvo repleto de contratiempos. Para empezar, cuatro horas de ver tiendas en Mériadeck, el “mall” de Bordeaux, dejan atrofiado a cualquiera. La idea original era ayudar a Larry a comprar ropa, pero como ya había ido por su cuenta entonces tanto él como Bruno nos tuvieron que aguantar a Pamela y a mí mientras mirábamos ropa de mujer y cuando luego fuimos al supermercado.
Como nos estábamos preparando para el pasaje a la televisión digital, yo estaba algo distraída tratando de descifrar los misterios del decodificador, sobretodo el hecho que aún con ese aparato se sigue dependiendo de la antena para captar señal. Lo divertido es que con todo instalado el aparato no funcionaba, según yo porque hacía falta un cable coaxial que uniera la tele con el decodificador pero el vendedor del supermercado había sido muy enfático –e insoportable- al decirme que no era el caso. Lo estaba maldiciendo y ya me imaginaba mi pelea al día siguiente cuando se me ocurrió ajustar bien el cable perital de la tele. Y qué cosas, funcionó. Pero no captaba todos los canales y cuando cerraba la ventana la señal se interrumpía. Es un relajo eso, pero ya podemos almorzar viendo “Friends” o “Los Simpson”, y cenamos viendo “Scènes de ménage”.
En fin, la receta es así: se ponen a cocer en agua 4 pechugas de pollo, para luego desmenuzarlas, pero como yo estaba de técnica electrónica las corté antes de cocerlas. Si no fuera por Pame las hubiera freído creo yo.Había comprado harina de maíz en la sección de productos exóticos del mercado de Capucins, así que podíamos hacer nuestras propias tortillas. De hecho, hubiera querido filmar los primeros intentos de hacer tortillas al estilo tradicional: un fracaso rotundo. Pero gracias a nuestro ingenio logramos hacerlas perfectamente redondas. (Llámese ingenio a aplastar bolitas de masa con la tabla de picar.) Bruno estaba encargado de cortar la lechuga en tiras. Pame freía las tortillas (le tengo un pavor al aceite caliente en grandes cantidades). Esta imagen puede hacer creer que Larry sólo disfrutaba de la nueva tele digital, pero tuvo un momento protagónico cuando señorita aquí se cortó el dedo tratando de abrir una lata de pasta de tomate y él con Bruno quedaron a cargo de la cocina. La herida esa no dejaba de sangrar. No ayudó mucho que les contara la historia de Nena Daconte, del cuento de García Márquez, que se pinchó el dedo y se desangró por completo. Pamela tuvo que intervenir y abandonar el frente culinario momentáneamente.
Por mientras se freían 3 o 4 cebollas que habían sido cortadas en rodajas. Luego se combinan con el pollo, la pasta de tomate y se condimentan. Estuvimos cocinando por horas, al punto que todo el apartamento estaba repleto del humo del aceite de las tortillas. Pero todo salió bien, las enchiladas se arman con el pollo, se les pone la lechuga encima y se aderezan con mantequilla, pero en nuestro caso la reemplazamos con crema ligera que se había salado previamente. Habíamos comido papas fritas sabor mostaza. Era la única forma de resistir 4 horas de preparación de comida. Pero las enchiladas quedaron espectaculares.
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