El acceso a la colección del siglo XX y XXI del Museo de Artes Decorativas de Bordeaux se hace de manera gradual, comenzando en el tercer piso del Hotel Lalande con piezas locales de cerrajería que van desde el siglo XV hasta el XVIII, para luego avanzar hacia cerámica del siglo XIX. 
El siglo XX empieza en pequeñas salas, cada una decorada en forma distinta. Los colores diferencian los períodos y los estilos: las vitrinas y la pieza en color lila tienen obras Art Nouveau, las azules son de los años 20s y 30s de Bordeaux, así como las de la pieza anaranjada, pero la diferencia cromática evoca una colección distinta. 
La sala roja fue una de mis favoritas con todas esas obras de influencia (proveniencia tal vez, no recuerdo) oriental y africana. 
En un anexo, separado de las colecciones históricas, se encuentra la colección del siglo XX y XXI, más reciente, en donde destacan las producciones de los diseñadores locales o egresados de la Escuela de Bellas Artes de Bordeaux. De igual manera se encuentran algunos diseños icónicos o de diseñadores muy reconocidos. 
Si alguien se preguntaba adónde han ido a parar nuestros bosques, helos aquí: este escritorio está hecho de pura caoba hondureña.
Mi vida no estará completa hasta que tenga esta cómoda: me fascina! 
En el segundo piso del anexo se encuentra un espacio donde se muestran exposiciones temporales. En esta ocasión estaba expuesto un trabajo del arquitecto Sylvain Dubuisson y se llamaba “12.07”. En un espacio de esa área el arquitecto propuso un apartamento que él imaginó en sus tiempos como estudiante, que personalmente me gustaba mucho, excepto que no tenía baño propio. 
En resumen, el museo ofrece una excelente experiencia, para los puristas del diseño antiguo como para los contemporáneos. Definitivamente un lugar importante a conocer en Bordeaux y para regresar con sus exposiciones temporales.
El siglo XX empieza en pequeñas salas, cada una decorada en forma distinta. Los colores diferencian los períodos y los estilos: las vitrinas y la pieza en color lila tienen obras Art Nouveau, las azules son de los años 20s y 30s de Bordeaux, así como las de la pieza anaranjada, pero la diferencia cromática evoca una colección distinta. 
La sala roja fue una de mis favoritas con todas esas obras de influencia (proveniencia tal vez, no recuerdo) oriental y africana. 
En un anexo, separado de las colecciones históricas, se encuentra la colección del siglo XX y XXI, más reciente, en donde destacan las producciones de los diseñadores locales o egresados de la Escuela de Bellas Artes de Bordeaux. De igual manera se encuentran algunos diseños icónicos o de diseñadores muy reconocidos. 
Si alguien se preguntaba adónde han ido a parar nuestros bosques, helos aquí: este escritorio está hecho de pura caoba hondureña.
Mi vida no estará completa hasta que tenga esta cómoda: me fascina! 
En el segundo piso del anexo se encuentra un espacio donde se muestran exposiciones temporales. En esta ocasión estaba expuesto un trabajo del arquitecto Sylvain Dubuisson y se llamaba “12.07”. En un espacio de esa área el arquitecto propuso un apartamento que él imaginó en sus tiempos como estudiante, que personalmente me gustaba mucho, excepto que no tenía baño propio. 
En resumen, el museo ofrece una excelente experiencia, para los puristas del diseño antiguo como para los contemporáneos. Definitivamente un lugar importante a conocer en Bordeaux y para regresar con sus exposiciones temporales. 
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