24 September 2008

You can say it one more time…

Voy a partir de un enunciado: “la gente te trata como tú te tratas a ti mismo”. Esta afirmación surge de la creencia común que si uno se tiene en una alta estima no permitirá a otras personas que lo menosprecien, lo maltraten o lo hagan sufrir. ¿Dónde entra entonces la responsabilidad de los otros en cuanto a tus traumas personales, si ellos sólo estaban dándote la razón en primer lugar? Me hago esta pregunta porque en el caso hipotético de que las teorías kármicas fueran ciertas, probablemente me vea reencarnando ad infinitum debido a que otros sienten que yo les debo cosas, que a decir verdad, yo no recuerdo. Pienso en todas las personas que han de andar pululando por allí con resentimientos y odios porque yo los decepcioné afectivamente, fui una mala amiga, o hice algo que les cambió por completo en un mal sentido. Mi respuesta a todos ellos es que duermo muy bien por las noches.

En gran parte es porque de la noche a la mañana me levanté y me hice responsable por lo que siento y por lo que sucede en mi vida. He tenido ejemplos muy cercanos de gente a la que yo les echaba la culpa por mi infelicidad y el hecho que no sintieran un ápice de remordimiento me revolvía aún más el estómago. En numerosas ocasiones me encontré al borde de preguntarles descaradamente cuál es su receta para hacer tanto daño y no cargar con remordimientos, hasta que entendí que el daño estaba en mi cabeza: ellos creían que actuaban correctamente. Supe entonces que yo no soy diferente a ellos. He tenido muchos conflictos con mi pasado y con todo aquello que vivo en este momento producto de decisiones que tomé o no tomé, pero no puedo engañarme creyendo que si todo volviera a empezar las cosas serían distintas. En esos tiempos yo tenía la certeza que estaba haciendo lo mejor, que algún tipo de ayuda u oportunidades se iban a presentar, y si no pensaba que lo que hacía era correcto por lo menos estaba tan aturdida que nada habría sido distinto. Recuerdo que hasta en mis más grandes errores siempre actué con plena conciencia, y si hay conciencia no debe haber arrepentimiento: hice lo mejor que pude con la mentalidad que tenía en ese momento y los recursos que tenía a mano. Puedo lamentarme, llorar y culpar – he sacados másters en eso- pero de nada me ha servido; es una pérdida de tiempo.

No hay decisiones buenas o malas, pero en cualquier cosa que uno decide el universo lo apoya. Si alguien quiere seguir castigándose, estoy a la disposición, pero seré un instrumento y no la responsable.

3 comments

  1. Lo más fácil para la inutilidad de gente que no quiere aceptar que el problema son ellos y no los demás, es echarle la culpa al mundo a su alrededor. Y lo más importante y lo único real es que con apuntar el dedo hacia otros no van a hacer desaparecer los fantasmas que hay en sus propias mentes.

    Oooops, si le eché sal a algunas heridas.

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  2. De todos modos, si por un momento asumieras como verdad que vos sos la culpable y te volvieras alrevés tratando de complacerles no lograrías mayor diferencia. Se podrían dejar de quejar de vos pero entonces otro fetiche surgiría como el elegido.

    Es duro andar por la vida denunciando pulgas. No se a quien te referís, pero como persona que confesás haber sufrido lo mismo (y no estarías sola, por que a veces me parece que a todos nos pasa y que aunque lo entendemos por ocasiones podemos tener nuestra recaída), se que entendés que no va a ser sencillo asumir esta responsabilidad que nunca ha sido de otro para esta persona.

    Se te quiere mucho. Un abrazo,

    dz

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  3. "denunciando pulgas"!! Jajaja, qué genial se escuchó eso.

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