La oficina de Turismo de Bordeaux ofrece visitas semanales a los “châteaux” productores de vino de las cercanías. Por 15 euros (tarifa de estudiante) tienes transporte a las propiedades, un guía que te explica lo esencial sobre el mundo de los vinos, visita por las bodegas y degustaciones. Mi presencia en el primer recorrido de la temporada fue por pura casualidad: Esther iba a ir con sus amigos y me invitó, yo no sé nada de vinos y estando en Bordeaux eso parece ser un sacrilegio y en el brochure decía que se visitaban “châteaux”, una palabra que generalmente designa castillos, como los medievales que vemos en mi clase de castellología, pero no, mi decepción no conoció límites cuando llegué al lugar y me di cuenta que era una casa normal. Le dicen “château” a la propiedad donde se hacen los vinos. Aún así, fue muy interesante y aprendí un montón. Estar en Bordeaux y rodearse de doctorandos en Enología no es suficiente, hay que adentrarse en el elitista y maravilloso mundo de los vinos para entenderlo.
En 1855, año de una Exposición Universal, se llamó a los productores de vino de Bordeaux a que presentaran la lista de los mejores vinos de la región. Se hizo la primera clasificación de vinos, los “grands crus de Bordeaux”, una jerarquía basada en el precio que tenían los productos en esa época, clasificación que es prohibido modificar, aún en nuestros días. (En realidad, la única modificación que ha habido fue porque el dueño de una bodega pagó mucho dinero y tenía amigos en muy buenos lugares que consiguió que subieran de rango a sus vinos.)
Sin embargo se creó otra clasificación para que los otros productores pudieran competir: los “Crus Bourgeois”. Esta es una clasificación que se modifica cada cierta cantidad de tiempo, y la lista más reciente se publicó hace algunas semanas. La visita nos llevó a dos propiedades recompensados con esta calificación.
En Francia, los vinos tienen una “apelación de origen controlado”, esto es una denominación que indica de dónde provienen pero que al mismo tiempo garantiza su calidad, ya que para llamarse de cierta forma los vinos deben cumplir con estándares estrictos de elaboración. Los vinos llevan el nombre de la región donde se producen, pero los mejores vinos son los producidos en las pequeñas comunas… o por lo menos eso nos dijo el guía.
También nos explicó sobre las cepas: el tipo de uvas usadas para los vinos. En Bordeaux hay dos tipos principales de cepas, el Cabernet Sauvignon y el Merlot. El Cabernet Sauvignon se cultiva mejor en terrenos con gravas y resulta en vinos con muchos taninos, secos, que requieren un paladar experimentado para ser disfrutados. El Merlot se cultiva mejor en terrenos arcillosos y los vinos de estas cepas son más suaves, más “dulces” y fáciles de tomar. Los vinos aquí son fabricados combinando diferentes cepas en diferentes proporciones pero esas dos son las principales utilizadas y lo que se busca es encontrar un equilibrio en entre ellas para crear el vino ideal.
Nuestra primera visita fue al Château de Villegeorge, de la región del Haut-Médoc, donde nos explicaron el proceso de vinificación… que no entendí en lo absoluto, así que lo reservaré para una entrega posterior. En esta bodega utilizan métodos “tradicionales” y lo digo entre comillas porque no son lo más artesanales posibles, pero están lejos de tener todo tecnificado. (Este es nuestro aspecto en una degustación de vinos, luego de una noche de mojitos y vinos baratos…)En la degustación nos hicieron probar un vino que tenía principalmente Cabernet Sauvignon y otro con más Merlot, y puedo decir con mucho orgullo que sentí la diferencia. Ahora el primer paso es diferenciar los olores.
Esta es la propiedad: lejos de ser un castillo de verdad…La segunda propiedad, el Château Fourcas Hosten, que produce vinos de apelación Listrac, pertenece de la familia Hermés, famosa por sus carteras y artículos de lujo. El château en cuestión está siendo remodelado, así que no valía la pena tomarle fotos, pero tienen una propiedad muy grande y muy bonita. Aquí entramos a un universo diferente, con barricas en acero inoxidable, de madera y hasta de concreto, controladas por programas informáticos que cuidan sus temperaturas, entre otros factores. Probamos dos vinos que siguieron el mismo criterio: 45% Cabernet Sauvignon, 45% Merlot y 10%Cabernet franc. Desgraciadamente no pude sentir diferencia entre los dos, tendré que seguir entrenando a mi paladar.
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