Hubo venta de carpa en Metromedia. Todos los libros que nunca se venden o que tienen en exceso, los pusieron en descuento. Había una abundancia de García Márquez y Cortázar sorprendente. Se despierta el impulso consumista: hay que comprar por que está barato, no importa la calidad. Aunque sea basura, por lo menos es a bajo precio. Sólo encontré dos libros rescatables: “Cómo leer un libro” (se me ha metido que otro de los múltiples trabajos de mis sueños sería ser crítica literaria, además de arquitectónica, para el New York Times, una Michiko Kakutani hondureña), y otro sobre las obras de Van Gogh. Sorprendente para mí, compré una película que le regalé a mi papá: Million dollar baby. La película que me tuvo llorando hasta 20 minutos después de encendidas las luces en la sala de cine. Y después todo fue una pila de sandeces esenciales: “El tarot de Marsella”, que acabo de descubrir no guarda mucha relación con el que tengo; y después regalos: “La historia cultural del lipstick” justificable por que costaba 10 lempiras; una biografía de Madonna, que me encanta, “A cook’s tour” de Anthony Bourdain, el chef más inteligente y sexy del universo; y “Bistros of Paris”, una guía de cafés de París. Este último, de 10 lps también, fue el típico ejemplo de cosas que no sabías que querías hasta que otra persona las toma. Estaba indecisa sobre llevarlo o no, por que no hay, en los próximos tres años, un viaje potencial a esos rumbos, pero cuando unas tipas que sí van a viajar a Europa en estos días se llevaron las últimas copias, me dio lástima no agarrar uno para mí, en señal de un deseo para el futuro. Moisés, como es increíble, encontró una copia escondida y se las arrebató a las chavas que pensaban llevárselo también. Ya en mi casa, escribí en la primera página la fecha de la compra y la siguiente frase: “Esperando usarlo algún día cercano…”.
Sueño con irme a París y estudiar allá. Saldría los primeros días, como buena turista, con mi cámara, mi diario, los peluches de Hoops and Yoyo para tomarles fotos y con el librito zoroilo, que me daría una lista de lugares adónde ir cuando se acaben los destinos más conocidos. El libro es una forma de recordarme que hay un futuro después de todo este ajetreo que conozco por vida en este momento, que hay más que Tegucigalpa en mi horizonte, y que tengo que encontrar un lugar donde pueda realizar otros sueños imposibles de materializarse aquí.
Un compañero de la facultad, muy inteligente por cierto, me contaba de su amor inquebrantable a su patria, de la literatura revolucionaria que lee, y del deseo de igualdad y justicia entre los seres humanos que busca todos los días. Seré una más del montón, pero me resulta completamente indiferente todo ese palabrerío. Creo que la verdadera revolución comienza a nivel individual, con tu expansión de la conciencia y/o la realización de tus metas. Lo que pase a nivel de colectividad refleja el estado de cada persona, y tratar de solucionar los problemas de la humanidad con arreglos políticos o económicos siempre va a ser infructuoso. No tengo fe. Ni vergüenza: quiero ser feliz yo.
De seguro para cuando tenga la oportunidad de ir a Francia van a haber cerrado la mitad de los establecimientos que aparecen en el libro, pero no importa. Si ahora es mi esperanza en el futuro, más adelante va a ser un recuerdo del camino que recorrí.
También lo que sucede a nivel colectivo nos afecta a nivel individual, la relación causa y efecto entre la persona y su entorno es recíproca, es decir que nuesta realidad personal es en gran medida el producto de la escala de valores culturales y sociales aprendidos a la cual nos hemos visto sometidos en mente y corazón.
ReplyDeleteNosotros hacemos nuestra cultura y la cultura nos hace a nosotros.
Si queremos mejorar nosotros individualmente, ayudemos a otros a mejorar, la ley del dar se aplica aquí también: Dales a tus prójimos algo de tu pan y de tu luz y la vida te va a retribuir del mismo modo.
Procurar la igualdad, la justicia y el bienestar global está muy bien, el desarrollo indivudual es prioritario para cada quien pero no debe ser el único escenario de nuestra atención. Nos hemos de preguntar ¿Qué esperamos de la vida? para luego preguntarnos ¿Qué espera la vida de nosotros?
Lo que les reprocho a los pseudo-revolucionarios, no es su anhelo de paz en el mundo -creo que todos queremos eso en algún nivel-, pero su delirio de creer que pueden arreglar todo lo que está fuera de ellos sin antes haber puesto orden en sus propias vidas. Me da risa por que muchos de ellos son incapaces de tener un trabajo que los haga felices, de tener amigos verdaderos o una simple relación estable, pero se creen con el poder de transformar el planeta Tierra.
ReplyDeleteDo you only, care about the bleeding croud, how about a needing friend...
ReplyDeleteUna canción.
Pues bienvenida al montón amiga... jajajaja Personalmente, todo ese amor a una patria que muchas veces es tan aburrida me parece tan, pero tan ridículo... Vos sabés que siempre lo he pensado. ;)
ReplyDeletePor otra parte, es tan bello imaginarse que se puede salir de este lugar... Quizás es lo único por lo que estamos vivos en estos momentos.
No se confunda el amor a la patria con el amor a la humanidad.
ReplyDeleteEl carecer de la capacidad para tener un buen trabajo y una relación estable no te hace dejar de ser parte de este grupo que llamamos raza humana y está en nuestra más profunda naturaleza biológica procurar el bienestar de nuestra especie. Entonces ¿qué es lo más sano? ¿Hacer lo natural o lo antinatural?
Solucionar la totalidad de los problemas en el mundo se vuelve absurdo al sólo pretenderlo pero...
No desmotivemos a quienes intentan contribuir en la solución de algunos de estos problemas. El intentar mejorar la situación de nuestra especie empezando por nuestro país, se debe simplemente a una circunstancia y a un juicio lógico:
Si quiero hacer el bien, pues mi entorno inmediato resulta un buen lugar por donde empezar. ¿No les parece?
El concepto de país o patria está por fuera de este asunto.
La humanidad somos nosotros, ¿hacia dónde va nuestra evolución?
¿Acaso a convertirnos en seres cada vez más individualistas e indiferentes a lo que le sucede a los miembros de su misma especie? Pues yo no lo creo y no es hacia donde proyecto mis intenciones.
Intenciones y no ideas, intenciones y no creencias, intenciones y no teorías, intenciones y no políticas. Pues las ideas, creencias, teorías y políticas son herramientas, son el medio y no el fin. Si mis intenciones son las apropiadas, el universo se encarga del resto. Si mi aceptación de la vida es real y sincera estaré a tono con mi propia naturaleza humana y por consiguiente con la voluntad de la naturaleza, la naturaleza de la cual tanto yo como quien lee esto es parte.
Aprovecha a Madge! Y me contas en los capitulos en que salga Sean Penn jejeje.
ReplyDeleteI love Million $ Baby q bueno q te guste (de verdad q si nos TENIAMOS q haber conocido alla!) y yo el otro dia me compre el DVD de Bridget Jones (q si no me equivoco es un placer culposo para vos), me entro antojo de ella y hasta que la vi estuve satisfecho.
Estoy de acuerdo con Flavio, tratar de mejorar a la humanidad no va a resultar muy provechoso sobretodo si la humanidad no está lista para recibir el cambio, pero una vez que uno mejora por su cuenta tarde o temprano otros te van a seguir.
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