09 March 2006

you're trying too hard... surrender

Mi hermano, un estudiante de medicina, entró este semestre a su facultad. Como bienvenida, matriculó cuatro clases, de dos horas cada una, que recibe todos los días, y que lo mantienen desde las ocho de la mañana, hasta las seis de la tarde, encerrado en el Hospital Escuela. Como llega tan tarde, la única hora en que puede estudiar es en la noche, y se acuesta casi cuando va a amanecer. Desde antes de entrar él estaba anticipando el cambio, pero cuando entró se topó con la magnitud de éste y se ha convertido en una persona completamente diferente. Dejó el tae kwon do en el que le faltaba poco para ser cinta negra, no sale para nada los fines de semana, pasa durmiendo todo el tiempo que no estudia y cuando se levanta uno desea que siguiera acostado, por que su humor es sencillamente insoportable. No es suficiente con que no te salude y te ignore por completo; lo rodea un aura de angustia, desesperación y la sensación de que tiene prisa, aunque no vaya a ninguna parte.

Esto lo dice un testigo externo, pero no necesariamente ajeno a su situación. Desde afuera él parece exagerado, dramático, pero sé que muchos rasgos de su enfoque al trabajo los tengo yo. Desde la semana pasada nos preguntábamos con una amiga, que estudia lo mismo que yo, cómo nos percibirán los demás con respecto a los estudios, y desde entonces, esta pregunta me ha estado persiguiendo. Una conversación con respecto a este tema añadió más componentes a una posible respuesta. Y al parecer sí doy esa sensación de que no logro manejar bien mis responsabilidades, o de cualquier forma, no las disfruto.

Sé que está mal y es muy inmaduro, pero últimamente mi psicosis ha llegado al punto en que aquellos que no tienen ocupaciones, o tantas como yo, se me hacen intolerables a la vista. Me da la sensación de que pierden su tiempo, de que desperdician su juventud, que no se sacrifican y por ende no merecen nada, y es terrible. Es una etapa, y se me va a pasar, pero por ahora así me siento. Estoy constantemente rodeada de gente que trabaja mucho, tal vez demasiado, y ahora muchos de ellos se cuestionan todo lo que sacrifican por sus estudios. No tienen vida personal, hobbies, no pueden salir en la noche a mitad de semana, como los estudiantes de carreras administrativas… La solución que encuentran es matricular menos clases, pero eso alarga el período de tiempo que van a vivir en la universidad, así que pareciera que la corrección es peor aún que el problema.

Desde hace un tiempo, empecé a pensar que no tenía que huir de mi lado oscuro. Todo aquello que no me gusta de mí. He querido empezar a enfrentar mi propia negatividad, mis miedos y paranoias. Verlos de frente, reconocerlos. Y confiar en que para trascenderlos, tengo que dejarlos libres. Por eso escribo tanto de las cosas que salen mal, de todo aquello de lo que temo no estar a la altura. Simone lo dijo una vez: “de los días felices no hay mucho que contar”, y tiene algo de razón, en el sentido de que las situaciones que implican un reto son aquellas que nos hacen analizar todos los elementos en juego, y una forma para ello es escribir. No soy negativa ni pesimista. Pero no puedo callar lo que no concuerda con la imagen que yo o que los demás quisieran tener de mí.

¿Realmente con desearlo mágicamente las cosas se van a hacer fáciles? Es cierto, el verdadero mérito es hacer las cosas sin esfuerzo, y aquellas que hacemos de esa forma son aquellas cosas que amamos. Pero si he aprendido algo del amor es que no es un sentimiento que allí está y bien por él. Es un compromiso que se renueva constantemente, y que necesita alimentarse con atención y entrega. Una actitud positiva es indispensable, pero al reconocer las derrotas momentáneas recordamos un aspecto de nuestra condición humana: la capacidad de caer, para eventualmente volvernos a levantar.

5 comments

  1. Claro, es la mejor forma de llegar a ese punto de "perfeccón", si se le puede llamar así: superarnos cada día, superarnos a nosotros mismos. Aunque tenés que aceptar que para nuestra carrera, pareciera que no fuese necesario caer para estar en un constante deseo e intento de superación; algo eterno.

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  2. Anonymous1:30 AM

    En este mismo momento me estoy jalando los pelos por un proyecto que me tiene amarrado, la luz del monitor me molesta en los ojos por las horas de exposición, estoy cansado y tenso, pero bien en el fondo logro conservar la paz y me pongo por encima de la situación, mi cuerpo responde y flaquea, pero mi espíritu se mantiene sereno, no se perturba y observa, prefiero indentificarme con mí espíritu poque se siente mejor así. Las nubes negras de tristeza cruzan cada vez a mayor distacia de mi ser, las observo siempre pasar, las dejo venir y las dejo ir, son pasajeras, el Ser perdura. ¿Quién soy yo?

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  3. Anonymous1:35 AM

    La realidad es la realidad, el problema es mi actitud. Mis reacciones también son reales, suceden en mí, no las controlo yo porque yo no existo, entonces descanso.

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  4. Anonymous1:46 AM

    Mi Ser es algo que está ocurriendo, está sucediendo, simplemente es aquí y ahora.
    Así se descansa en medio del tedio, la tensión y la privación de sueño.
    ¿Alguien dijo conocimiento innecesario? Sí, pero funcional y práctico.

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  5. lagrimita rodando por mi mejilla :P....

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