Estos últimos meses he estado recorriendo un camino. Pero a orillas de ese camino habían grandes anuncios de neón que me hablaban de otra opción. Todo este tiempo he querido ignorar esas señales, y mis pequeños dramas se han tratado justamente de cómo las cosas no salían como yo quería, lo injusto que es esperar de alguien más lo que yo tengo que buscar en mí misma, la necesidad de revisar viejas estructuras y desechar todo aquello que no sirve, etc.
Esta semana ha sido de grandes cambios: se regresó a la hora normal en el país, finalizaron las protestas insoportables de los maestros (logrando que le terminara de perder el respeto al gobierno y por supuesto al sistema educativo nacional, destacando a: los maestros), mi mejor amiga cruzó finalmente el umbral que la convertía en una adulta según la ley y yo he decidido dejar de hacerme la difícil y escuchar.
Quisiera poder dar más detalles, pero esto es todavía un trabajo en construcción.
Aquí estoy. Lista y alerta. Espero. En los dos sentidos de la palabra.
Esta semana ha sido de grandes cambios: se regresó a la hora normal en el país, finalizaron las protestas insoportables de los maestros (logrando que le terminara de perder el respeto al gobierno y por supuesto al sistema educativo nacional, destacando a: los maestros), mi mejor amiga cruzó finalmente el umbral que la convertía en una adulta según la ley y yo he decidido dejar de hacerme la difícil y escuchar.
Quisiera poder dar más detalles, pero esto es todavía un trabajo en construcción.
Aquí estoy. Lista y alerta. Espero. En los dos sentidos de la palabra.
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