Los alemanes dejaron su huella en Bordeaux durante la Segunda Guerra Mundial, construyendo un edificio de 42 000 metros cuadrados para albergar sus submarinos. Actualmente funciona como un centro de exposiciones y eventos que combinándolo con su importancia histórica lo convierten en un paseo obligado en la ciudad. Nosotros, sacrílegos, tenemos cinco meses aquí y no lo conocíamos todavía. Enmendamos ese error la semana pasada pero, como buenos residentes que dejaron de ser turistas, no llevamos mapa y agarramos el que resultó ser el camino más largo pero también el más lleno de vistas y paisajes hasta ahora desconocidos. Esta es la base a lo lejos, un edificio monumental e inusual, pero inofensivo. Todavía faltaba mucho para llegar.El ambiente sombrío y tétrico resulta perfecto para exposiciones y en este caso pudimos ver una de fotografías en 3 dimensiones (que no me dejaron documentar) de dos artistas locales. Pero más allá de los posibles usos y de su bagaje histórico, el lugar está hermoso y es muy bueno que lo conserven y lo protejan.
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Barquitos!! Haciendo eso a un lado, las fotos están increíbles. Qué buena idea eso de usar una base como lugar de exposiciones.
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