El tiramisú siempre ha sido uno de mis postres preferidos, pero mis conocimientos en repostería se limitan al curso de hacer pasteles que llevé con mi mamá a los trece años, que no lo incluyó en su menú. Por suerte tengo a Esther que fue tan amable en transcribirme la receta sacada de un libro de cocina italiana, el favorito de su madre.
Los ingredientes son:
500 gramos de queso Mascarpone
4 yemas de huevo
4 cucharadas de azúcar
La corteza rallada de un limón
Café muy fuerte que se dejó enfriar. La receta dice una taza pero yo utilicé dos.
300 gramos de “boudoirs”, son galletas alargadas cubiertas de azúcar que según Wikipedia se llaman “bizcochos de soletilla”. Se utilizan alrededor de 30 de estas galletas
Cacao en polvo
Las yemas de huevo se baten con el azúcar, en lo que debería ser una batidora, pero que con nuestros recursos estudiantiles lo hice a la mano. Se le agrega el mascarpone y luego la corteza de limón. El café se vierte en un plato que permita sumergir las galletas de forma plana. Se toman la mitad de las galletas y cada una de ellas se sumerge en el café y se ponen en el molde hasta cubrirlo completamente. Tenía dudas sobre qué tanto café debían absorber las galletas, pero parece que eso es una cuestión de gusto. Como el café estaba delicioso dejé las galletas muy empapadas, pero la próxima vez voy a probar dejándolas ligeramente crujientes. Las galletas se cubren con la mitad de la crema de mascarpone. Luego se repite el mismo procedimiento con el resto de las galletas y la crema. Se debe dejar en el refrigerador por cinco horas. Y se espolvorea con cacao en polvo antes de servir. Hice este tiramisú para poder comerlo en mi cumpleaños y debo confesar que tenía mis dudas porque Esther no estaba para supervisarme. Hasta fui y compré otro pastel de emergencia en caso de que terminara siendo horrible, pero la receta es infalible. Es fresco, es un buen uso del café y no es muy dulce, lo que lo hace el postre ideal. En este caso en particular el queso era italiano comprado en el supermercado, el café era boliviano traído por Pamela y el cacao era hondureño enviado por mi madre. Francia contribuyó con las galletas y los huevos (la nacionalidad del limón está por verificar).
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