03 July 2006

if you don't have a song to sing, you're ok, you know how to get along humming, hmmm...

Me enredé tanto en mis propias neurosis que no sabía por dónde empezar para tener un poco de orden. Estoy intentando regresar. El gran sabio consejo de Krishnamurti: Observa el conflicto. Pues ahí está enfrente de mí, pienso en él a cada instante y a veces siento que me asfixia su presencia, pero si he de tener que aprender a vivir a su lado, pues lo haré. Pero no me voy a estancar más.

Decidí que si mi mente no está tranquila, y mi espíritu mucho menos, por lo menos voy a extenuar mi cuerpo hasta que no pueda pensar o sentir más. Volví a integrarme a la multitud de los que se ejercitan. Me hacía falta todo, desde el perrito minúsculo pero descarado que veo en el recorrido, hasta la mala música del gimnasio. Casi abrazo a la señora que cobra la mensualidad, y quedarme sin aire, por mis tres meses de sedentarismo, fue una experiencia exquisita.

Hoy también marca el regreso de Marcela La Responsable. Mi decadencia tal vez no sea escandalosa, pero bajo mis estándares es alarmante cuando no hago tareas, no me gustan las clases, o paso semanas y semanas sin estudiar.

Extraño mucho disfrutar de la vida, sin tener una razón para ello: sólo levantarme, llevar a cabo las tareas del día y sentir que estoy haciendo algo: que hay días en que el gusto hierve sobre mis poros y otros en los que tengo que escarbar 20 metros para conseguirlo, pero que no importa nada más. Ya ni siquiera se trata de encontrar significado, o algún sentido a todo esto. Por un tiempo quiero tatuarme en la frente las palabras de Milan Kundera: “La misión es una idiotez. No tengo ninguna misión. Nadie tiene ninguna misión. Y es un gran alivio sentir que eres libre, que no tienes una misión.”

1 comment

  1. Deberías empezar por reparar tus problemas personales. Me refiero e esos mal entendidos y diferencias con tus amigos.

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