Tengo un serio problema con la “aceptación”. Uno de mis libros favoritos es “Las 7 leyes espirituales del éxito” de Deepak Chopra: siento que me revitaliza cada vez que lo leo, estoy absolutamente de acuerdo con él, pero siempre hay un punto en el que me quedo trabada, no puedo avanzar y salgo al mundo como si nunca lo hubiera leído o entendido porque no puedo aplicarlo y es justamente cuando habla de la aceptación. El concepto es que todo es como es porque el Universo es como debe ser. Este momento miserable es la culminación de todo lo que he vivido en el pasado y luchar en contra de este momento, amargarme porque es así, sufrir y contar mis desgracias, es oponerse al peor de los competidores, el Universo mismo. Puedo “desear” que todo sea diferente, siempre y cuando sea con la conciencia de que el presente es como es. Unas páginas más adelante afirma que: “la atención en un punto específico es aquella calidad de atención que no se doblega en su propósito. La atención sobre un punto específico quiere decir que debes mantener tu atención en el desenlace de tu intención con tal indomable propósito que rechaces totalmente cualquier obstáculo que pueda consumir y disipar la calidad de enfoque de tu atención. Que exista una total y completa exclusión de todo obstáculo en tu conciencia. Tú puedes mantener una serenidad firme y al mismo tiempo dedicarte a tu meta con pasión intensa. Este es el poder de la conciencia sin apego y la atención sobre un punto específico simultáneamente.” ¿Ven la contradicción? ¡Tengo que aceptar las cosas y al mismo tiempo encerrarme en mí misma diciendo que van a ser diferentes, aunque así como están las cosas no van a ser diferentes en el futuro! Mis entrañas no captan el concepto de intención sin apego: yo soy pura intención, obsesión hecha carne, compromiso esperando una causa para ofrecer su vida. No sé cómo desapegarme, cómo transitar por la vida creyendo que todo está bien cuando todo alrededor/en-mi-interior indica lo contrario.
Según lo expuesto anteriormente, el Universo ya está en equilibrio, tiene las cosas en su lugar y mantiene un balance de cuentas perfecto, haciendo que cada quien pague las deudas que le toca en el momento justo. Me permito diferir. Toda esta semana hemos estado haciendo la verificación de la accesibilidad en los edificios, y quitando que ha sido un trabajo agotador que nos ha hecho recorrer la ciudad de extremo a extremo, gastando horas que pude haber aprovechado estudiando para los exámenes de esta semana, comiendo afuera y gastando el dinero de mi mesada en parqueos para carros que ni son míos, es un trabajo que de antemano se sabía que iba a ser inútil y frustrante. Qué ingenua he sido pensando que la gente se va a interesar por los derechos de los tiburones si ni siquiera les importan los derechos de las personas. Las iglesias no tienen entradas para personas con discapacidad, en los hospitales públicos no puede circular alguien en silla de ruedas, no podrían estudiar en ninguna parte, ni siquiera las malditas franquicias gringas invasoras que han convertido esta ciudad en una versión pueblerina de las Vegas con bajo presupuesto tienen rampas o pasillos anchos, puertas de baños por las que una persona pueda entrar. El único lugar al que podrían ir en toda Tegucigalpa es a Chiminike, pero si son como yo y no toleran a los infantes no sé qué tendrán que hacer allí. Estábamos en la universidad analizando el porcentaje de la rampa de acceso desde la entrada peatonal y me moría de ganas por gritarle a cada uno de los vagos que camina por ella si no sabe que es de uso exclusivo para personas con discapacidad, que ellos no tienen razones para no usar las gradas. Pero insisto: yo sabía antes de empezar esto que los resultados iban a ser negativos, que esta era una decepción anticipada y aún así no puedo evitar sentirme desolada por lo confirmado. La gente cree que las únicas personas con discapacidad son los pobres que piden dinero en los semáforos, sentados porque no pueden caminar, pero por cada uno de ellos hay miles que sí están tratando de salir adelante, de estudiar o trabajar y ni siquiera tenemos un mínimo de consideración hacia ellos poniendo una maldita pendiente de concreto a todos los lugares a los que uno debe o quiere ir.
La semana antepasada fue la primera evaluación de Teoría Superior y hoy recibo un mensaje de la arquitecta que quiere verme una hora antes de la clase de mañana para discutir los resultados de los exámenes. El mensajito en sí es mala señal: si fueran buenas noticias no habría necesidad de discutir nada, todo estaría bien, nos hubiera felicitado por nuestro trabajo y continuaríamos con los temas del día, pero el siguiente mensajito me dice lo que ya sé. Los resultados son terribles. Cuando yo empecé como asistente de la arquitecta para esta clase lo hice porque adoro esta asignatura, la considero lo esencial de la carrera; es lo que distingue a un maestro de obra de un arquitecto. Toda esa gente que se gradúa sin haber entendido lo que se explica en ella es sencillamente eso, un maestro de obra salido de la universidad. Estará condenado por los siglos de los siglos a ser un urbanizador con casitas que parecen de interés social, va a ser reproductor de revistas, van a llegar clientes con recortes de casitas con detalles mal copiados de obras grecorromanas y ellos gustosos se las van a construir en Las Lomas y todavía van a tener el descaro de colgar un gran afiche con su nombre como si debieran sentirse orgullosos de semejante despliegue de ignorancia, esnobismo y estupidez. Que la arquitecta que da la clase sea brillante es un bonus, es la coincidencia cósmica por la que agradezco haber desperdiciado una parte de mi vida en ese piso mal pintado del L2. Esa mujer es tan inteligente, ha viajado tanto, es tan apasionada por su trabajo. Le ponen un edificio enfrente y puede hablar por horas y horas de lo que significa esa construcción, de si es funcional o no, de si puede ser considerarse arte. Y al mismo tiempo es divertida y carismática. ¿Qué más se le puede pedir? Como ingrediente adicional trabajar para ella me resta 100 horas de mi práctica profesional, algo que no pude hacer con el trabajo tufoso de mis vacaciones pasadas. Comencé muy emocionada con este proyecto, abriendo el blog, preparando exposiciones, redactando las preguntas que les haría a los estudiantes la siguiente clase. A todo mundo le ando pidiendo sus ensayos finales para publicarlos, le paso escribiendo a miles de ex alumnos que nunca me contestan, ando mandando mensajitos a lo loco y no he conseguido ni la mitad de los que me gustaría poner. Alquilé un libro para aprender a enseñar el arte de redactar ensayos de manera que pudiera explicárselo a los alumnos y que tuvieran todas las herramientas para sacar buenas notas. Les he dado materiales de lectura que la maestra en semestres anteriores no había permitido porque quería que cada uno investigara por su cuenta; compré un libro de Hegel para principiantes que pasé toda una tarde escaneando para pasarlo en pdf, les he dado mis correos, mis teléfonos, paso en la facultad casi todo el día en caso de que quieran contactarme, y ¿para qué? Los días que tenían que leer nunca lo hacían, nadie se dignó en abrir el libro de Hegel y cuando les pregunté si habían leído el post sobre cómo escribir un ensayo nadie había entrado al blog una tan sola vez. Yo podría hacer todo eso por las 100 horas y ya, pero he llegado a conocer a los alumnos (eran muchos a los que no les hablaba antes :P), les tengo mucho aprecio y realmente quiero que pasen con buenas notas, especialmente los que sí han demostrado interés y les gusta participar en clase. Pero no es justo que no pongan de su parte tampoco. Son muy pocos los que no faltan a una clase de por medio (aunque sólo es una vez a la semana) y hay varios que ni siquiera fueron al primero de los dos exámenes, sin contar a los que sencillamente se retiraron. Yo creía que podía hacer una diferencia. La clase es genial de por sí, yo sólo quería reforzar las cosas que cada quien tenía que investigar por su lado facilitándoles textos, las presentaciones. Creía que ver los ensayos de ex alumnos los iba a inspirar para que ellos hicieran sus propios intentos y que en cada clase nos íbamos a sentar a discutir los mejores de la semana, pero hasta ahora sólo uno de ellos se ha atrevido a darme algo para publicar. Supongo que es aquí donde debo utilizar la aceptación.
Supongo que el desapego termina surgiendo del cansancio y la resignación. Debes continuar con tu trabajo porque compromiso significa llegar hasta el final, y Teoría no es trabajo para mí, es mi vocación, así que no hay esfuerzo de por medio. Cuando veo la gran mediocridad que es el mundo actualmente el único consuelo que me queda es que estoy haciendo lo mejor que puedo con lo que tengo en las manos y si por ahora sólo puedo denunciar con mi investigación a los edificios que no son accesibles, es lo que voy a hacer entonces, sabiendo que el día que me toque construir al fin voy a poder hacer algo concreto. Quisiera recordar esto todo el tiempo, sentir que lo que hago es importante sin agobiarme porque no es suficiente. Nunca nada es suficiente pero es así, aunque yo siempre desee más.
"Lo importante es no traicionarnos a nostros mismos".
ReplyDelete-George Orwell.
¡Así que adelante!
Sabés que te quiero mucho así que por favor leete esto poniéndome una voz afectuosa, no de abuelito regañón. Si?
ReplyDeleteMe parece que estas siendo un poco injusta con vos misma. Estás esperando que los resultados que definan tu éxito dependan de lo que hagan otros, y eso no te permite ver lo que vos en sí ya comenzaste a obtener de resultados.
Llegaste a la conclusión de lo que te apasiona sobre lo que estás haciendo por casualidad? O es mas bién parte de un proceso que te hace llegar a ese punto? Debe considerarse algo que no ha cambiado el supremo esfuerzo del rastreo de las páginas de un libro, la creación de un blog, y el estar pendiente de tanta gente? No te parece que estás desarrollando ya cualidades que te van a permitir influenciar de una forma positiva en otras personas, y que además de paso estás entendiendo a profundidad lo complejo de las relaciones humanas?
No decís que antes no le hablabas a personas y has desarrollado aprecio por personas? Ese cambio no lo estás celebrando, y me parece posiblemente uno de los más lindos que tendrás.
Es posible que este episodio vuelva en un futuro, cuando te nombren coordinadora sobre cierto grupo de gente por que todo esto que está pasando no son sucesos aislados, sino un patrón que evidencia que vos estás madurando como profesional y que tenés una proactividad que te hará resaltar (como de hecho ya está pasando) sobre el resto. Estoy seguro que escribo un comment para una de las mejores graduadas de tu generación en tu país.
No te ofendás, sin duda tu carrera es apasionante y te va a dar mucha retribución. Pero tu felicidad no depende de ser la mejor en tu campo. Será tu desempeño como ser humano y cuánto toqués en forma positiva la vida de otros, y lo estás haciendo muy bien. Debieras tomarte unos minutos para asumir, somatizar, y asimilar que sos más que una excelente profesional (que también), un gran ser humano.
Tal vez la 'resignación' consista en aprender a tener paciencia. Que las recompensas vienen con un poquito de tiempo más, y que la verdad la fiesta tuya apenas comienza. Sabías que la palabra que se vierte paciencia en la Biblia proviene de un vocablo que significa 'largura de espíritu'?
No creo que te termines de dar cuenta aún el inmenso motor que has puesto en marcha con tus encomiables actitudes. No juzgués el parabrisas entero por el reventón de la esquinita, que queda mucho que ver.
Si la insatisfacción es parte de lo que nos define como humanos en general, no es una gran celebración que te estés haciendo un ser humano tan grande?
Espero que te acordés de mí cuando logrés ver en tu experiencia, los grandes frutos de lo que ya comenzaste.
Abrazos,
dz
Escribime a natymely2202@hotmail.com y te paso el código, no me permite pasarlo por ácá.
ReplyDeleteSaludos,
Nat.-
Estoy de acuerdo con tu indignacion, incluso debiste reclamarles de frente.
ReplyDeleteMarcela, la carrera y el trabajo no lo son todo. Te lo dice alguien que se entrego en cuerpo y alma a la arquitectura 5 anyos en la universidad y los 6 primero anyos de la vida profesional, para darme cuenta que me estaba solo. Recapacitar fue muy duro.
A pesar de su mediocridad es muy probable que tus companeros esten mas felices consigo de lo que estas tu. Disfruta la juventud, no dejes de buscar siempre lo mejor... pero se joven, porque el tiempo se acaba.
"es muy probable que tus companeros esten mas felices consigo de lo que estas tu": Touchée.
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