29 May 2008

¿”Alumno” significa “sin luz”?


Esto es como una pesadilla de la que no logro despertarme. Pero sé que no es un sueño porque eso implicaría cierto grado de reposo, descanso, inactividad, y no podría estar más alejada de ese estado utópico. La universidad la cierran el 30 de mayo. Así: van a dejar de trabajar los empleados, los profesores estarán de vacaciones, los portones van a estar cerrados; el desierto de Atacama envidiaría esos pasillos vacíos y sin vida. Pero mis clases terminan hasta el 16 de junio. Es un tipo de castigo en el que sobre mi cabeza deambula una nube negra que empapa todo lo que hago. Ni siquiera puedo hacer una crónica honesta de todo lo que ha pasado últimamente porque estamos censurados por si no lo recuerdan. Pero después de una semana horrible, se me vino encima el examen del tercer parcial de Obras II, para el que sí había estudiado, pero en el que sencillamente me bloqueé. Mañana estamos todos obligados a hacer el examen de reposición, y estoy encendiendo candelas, rogando por milagros. Me queda todavía terminar el proyecto, que originalmente era para el lunes pasado, después para este lunes que viene, ahora para el miércoles. Pero después de eso me toca trabajar para Diseño, porque el profesor quiere que retoquemos el proyecto, si es que queremos sacar una mejor nota, y nos dio de plazo hasta el 16, día de inicio de las clases del período corto, que muchas gracias facultad, no puedo llevar porque no abrieron ninguna clase que yo ocupe.

Muchas veces me siento tan frustrada con esa facultad estúpida, esas clases ridículas, la maldita decisión de estudiar esta calamidad que parece no tener fin. Me he dedicado exclusivamente a estudiar, a llevar clase tras clase, sin ningún tipo de hobby, de trabajo, sin dedicarle tiempo a mi familia o a mis amigos, sin viajar a ningún lado, sin hacer nada que no sea esclavizarme a esto, para que todos los semestres pongan la mayor cantidad de trabajo al final y no termine haciendo bien nada; para que la escuela prefiera impartir clases que definitivamente no pueden cubrirse en dos meses en vez de cosas por las que voy a perder tres mañanas a la semana por cuatro o cinco meses. Ni siquiera soy tan buena en la idiotez esta como para justificar que haya desperdiciado los mejores años de mi vida en ella. No es por falta de tratar, no es por falta de organización, ni siquiera sé qué carajos es lo que estoy haciendo mal. Cómo quisiera asfixiarme con una bolsa y volver a empezar desde cero.

Como no voy a llevar clases, quería trabajar aunque fueran 2 meses. Pero con esa fregadera de atrasar todas las entregas, si quisiera hacer las dos cosas al mismo tiempo ni trabajaría bien, ni terminaría tampoco.

No soporto ni mi propia desolación estos días. De origen ocupacional, existencial, relativo al género, a la impotencia, a la necesidad imperiosa de estar en otro cuerpo, con otra sangre, en un estado de letargo y falta de respuesta que dure por mucho, mucho tiempo.

1 comment

  1. "Nunca se pone más oscuro [...]"

    un abrazo

    dz

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