Una amiga mía, una asidua lectora de libros de auto-ayuda (cosa que creo que está bien por que demuestra su deseo de superación), ha convertido en una de sus más recurrentes características unos despliegues de sinceridad desmesurados. Al principio creía que era algo dulce cuando ella te apartaba y expresaba cosas como su admiración hacia alguien o su deseo de aprender, pero resulta que también tiene la misma apertura para decirle los defectos a los demás. A mí no me ha dicho nada, por ahora, así que este no es un escrito de venganza, pero estoy cuestionando seriamente ese hábito suyo de “decir las cosas como son”. El otro día que le estaba diciendo a otra amiga como ella sólo se fija en las cosas malas que hacen los demás estuve a un paso de pararla en seco y decirle que no era la única.
Desde que leí “Demian” aprendí que todo aquello que nos molesta de los demás es por que nosotros lo tenemos en alguna medida y odiamos verlo reflejado en otros. Nada que no seamos nos puede incomodar. Por lo que la tendencia de esta chava de estar corrigiendo o intentando mejorar a los demás es completamente innecesaria y refleja una intolerancia bárbara. ¿Por qué mejor no se pregunta las razones por las cuales ella considera el comportamiento de los demás como equivocado, y trata de mejorar ella en su interior, en lugar de malgastar energía queriendo enderezar al mundo externo (algo imposible)?
Desde que leí “Demian” aprendí que todo aquello que nos molesta de los demás es por que nosotros lo tenemos en alguna medida y odiamos verlo reflejado en otros. Nada que no seamos nos puede incomodar. Por lo que la tendencia de esta chava de estar corrigiendo o intentando mejorar a los demás es completamente innecesaria y refleja una intolerancia bárbara. ¿Por qué mejor no se pregunta las razones por las cuales ella considera el comportamiento de los demás como equivocado, y trata de mejorar ella en su interior, en lugar de malgastar energía queriendo enderezar al mundo externo (algo imposible)?
En aquella ocasión no dije nada por que vi que mi otra amiga no se ofendió tanto con el comentario. Lo tomó como bien intencionado y producto del estrés y el mal momento que estábamos pasando. Yo sé que hay ocasiones en que cuando alguien nos dice en qué andamos mal eso resulta en una apertura de ojos increíble, y nuestra vida cambia y quién sabe que más. Pero eso ocurre únicamente cuando estamos abiertos a las opiniones y no ponemos nuestro orgullo por delante. Además, los verdaderos cambios tienen impacto cuando los decidimos nosotros. Quítate la paja de tu propio ojo, antes de hablar…
Jejejeje el primer parrafo tiene TODO el encanto de un guion de woody Allen. Me hizo sonreir, gracias pq aunque no lo veas en estos momentos una sonrisa espontanea se me hace mas valiosa que todo el oro del mundo.
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