21 April 2006

i don't want to hold you and feel so helpless...

Horóscopo de hoy: “It’s about to be conclusively demonstrated that you’re sitting pretty regarding a vocational, romantic, artistic, or health issue. Since you’ve been pacing and fretting about whether your efforts were worthwhile for some time, this should come as welcome news.”

Hoy nos aprobaron la planta en Diseño. Al fin. Ayer estuvimos hasta las siete de la noche encerradas en un aula, esperando descifrar los misterios de las casas con rampas. Y valió la pena.

Necesito que me actualicen mi historial homeopático: siento a cada instante que todo esto se va a derrumbar encima de mi cabeza, y que sólo hay un hilo amarrado a mi cintura que evita que me caiga al vacío, del cual nunca me voy a poder levantar.

Le comentaba a Jose la predicción que le hicieron a mi mamá a los 17 años, que se iba a casar con un ingeniero y que iba a tener una hija monja. Cuando yo cumplí los 17 años, le dije a mi madre que quería tomar los votos, y ella me contó por primera vez esa anécdota. En ese instante me pareció todo tan impactante que no seguí con mi deseo con tal de retar al destino y ver si era realmente cierto. A ver si no importa lo que hiciera, estaba escrito y si se cumpliría. Cuando tuve novio tuve un ligero respiro de alivio, creyendo que aquello no podía estar más lejos. Pero después de toda la debacle, me encuentro, mucho tiempo después, sin haber pisado tierra firme en cuanto a expectativas, y con un sentido distorsionadísimo de la realidad. Recordé la terrible premonición.

Si me hubiese hecho monja cuando sentía el “llamado” y creía en todo aquello, hubiese sentido que estaba cumpliendo mi vocación. Que el apartarme del mundo era por un motivo trascendental e increíble, que me habría hecho encontrarme con un nivel superior de entendimiento. La perspectiva de hacerme monja hoy, sólo sería una confirmación de mi decepción del mundo, de mi incapacidad de lidiar con él y de no haber encontrado a alguien con quien poder crear un pequeño universo en el cual refugiarme, para huir del existente.

Hay épocas en las que añoro el pasado, por que la memoria tiene esa maligna habilidad de obviar lo que atravesaba cuando estaba en ese período y donde, ni aún entonces, las cosas se sostenían por sí solas.

Qué maldición. No sé qué hacer. La puerta que no se cierra y que no permite entrar a nadie más.


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1 comment

  1. El destino me enoja.
    Cuando creemos que lo estamos retando, en realidas estamos cumpliendo lo que verdaderamente tendría que pasarnos, a veces me desepera pensar que puede ser que no tengamos control sobre nuestras vidas, que alguien ya escribió todo por nosotros.

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